La vocación no es lo único que tienen en cuenta los jóvenes españoles a la hora de continuar los estudios después de la educación obligatoria. Más de la mitad de los estudiantes reconoce que habría elegido otro tipo de formación si hubiese tenido más salidas laborales que por la que finalmente optaron. La tendencia varía, sin embargo, según las condiciones socioeconómicas del alumnado: aquellos con menos recursos son los que rechazan en mayor medida las carreras, ciclos o cursos que realmente habrían querido cursar si les asegurasen cierta estabilidad económica en el futuro. 

A pocos días de que estudiantes de todas las comunidades autónomas se examinen en la selectividad, la Fundación SM ha presentado este miércoles el sondeo de la tercera Encuesta Flash. ¿Por qué estudiamos?, en la cual ofrecen una fotografía sobre las razones que decantan a los jóvenes españoles por un estudio u otro. Los datos reflejan que, si bien a casi ocho de cada diez jóvenes (el 77%) les "apasiona" lo que estudia actualmente, algo más de la mitad (el 54%) confiesa que habría elegido otro tipo de formación si tuviese su futuro asegurado económicamente. Aunque el 67% defiende que para tener éxito profesional es más importante estar bien relacionado que estudiar. 

El estudio —llevado a cabo entre finales de marzo y principios de abril mediante 400 entrevistas online a jóvenes españoles de entre 15 y 29 años— concluye así que hay dos principales motivaciones de los estudiantes hacia el estudio: para el 29% es crucial poder dedicarse a lo que le gusta, mientras cerca de uno de cada cuatro (23%) prioriza tener más oportunidades de empleo, por encima de otras cuestiones como el "interés por aprender" (9%), "formarse" (12%) o "cambiar el mundo" (3%).

Diferencias por clase social

Ahora bien, "la clase social condiciona la elección de los estudios", según la Fundación SM. Los resultados muestran que los jóvenes con menos recursos escogen en mayor proporción itinerarios formativos por la facilidad de obtener un título. "Y, en consecuencia, son los que sienten menos pasión por lo que estudian", subraya la investigación a la que ha tenido acceso 20minutos. Así lo constatan los datos: si el 18% de los jóvenes de clase media-baja afirma que eligió sus estudios por vocación, el porcentaje se eleva al 29% para el caso de los alumnos de clase media-alta. Lo mismo ocurre en el caso contrario: apenas el 5% de los jóvenes con más recursos escogieron sus estudios por la facilidad de obtener un título, frente al 16% de los de clase media-baja. 

Además, cuatro de cinco encuestados asegura que la sociedad da más importancia a tener un título que a ser una persona formada. De hecho, en esa línea, el 61% opina que tener en una serie de conocimientos o habilidades no sirve de nada si no se puede demostrar con una titulación académica. La mayoría (el 74) cree también que la oferta de plazas académicas debería estar supeditada a las necesidades del mercado laboral, y casi la totalidad (el 82%) demanda una educación más enfocada a las habilidades prácticas y aplicables al mundo laboral, que una meramente teórica y académica. 

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Con todo, el informe refleja que todavía resiste cierta estigmatización sobre la Formación Profesional (FP), pues más de la mitad (el 55%) no considera que este tipo de formación deba tener el mismo reconocimiento que la universitaria. Información que contrasta con la percepción que tienen respecto a la orientación profesional de los estudios. Y es que casi ocho de cada diez (el 78%) afirma que la FP se adapta más rápidamente que la formación universitaria a las demandas del mercado laboral, y a la mitad les preocupa haber elegido una profesión que en el futuro vaya a ser sustituida por la tecnología. 

Los españoles, los que más se guían por la vocación

La Fundación SM también recopiló datos de 1.200 estudiantes de México Brasil y Chile y, en comparación, los jóvenes españoles son, junto a los chilenos, los que en mayor proporción estudian para poder dedicarse a lo que les gusta. En el lado contrario se sitúan los brasileños y mexicanos, que priorizan las oportunidades profesionales en un 34 y 33%, respectivamente.