Sánchez se olvida del "miedo" a Vox tras los fiascos en Madrid, Andalucía y Castilla y León

El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (c), saluda a los asistentes a un acto electoral del PSOE en Badajoz.
El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (c), saluda a los asistentes a un acto electoral del PSOE en Badajoz.
Andrés Rodríguez / Europa Press
El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (c), saluda a los asistentes a un acto electoral del PSOE en Badajoz.

Desde que Vox irrumpió con fuerza en la política española hace cuatro años y medio, el PSOE le ha puesto en el centro de sus campañas electorales con diferentes resultados. Si bien en 2019 obtuvo un gran rédito, no lo pudo repetir ni Madrid, ni en Andalucía, ni en Castilla y León. Tras sendos fracasos, ahora la estrategia ha quedado guardada en el cajón de algún despacho de Ferraz, cuartel general de la formación. En los días previos a que se abran las urnas el próximo domingo 28, los socialistas han dejado de lado la estrategia de azuzar "la coalición del miedo" para centrarse en mensajes sobre la buena marcha de la economía española y con propuestas que, a los días, son llevadas al Consejo de Ministros sobre vivienda, feminismo o sanidad.

Solo hay que comparar dos imágenes. El 4 de octubre de 2019, a apenas mes y medio de celebrar las últimas elecciones generales -las de la repetición electoral y que terminaron conformando la coalición en enero del siguiente año-, Pedro Sánchez protagonizó un acto en Asturias en el que alertó de los "peligros" de la ultraderecha, cuyo "problema", dijo, era "cómo contaminaba con odio el discurso de la derecha". Ayer, a apenas cuatro días de los comicios autonómicos y municipales del próximo domingo, el presidente volvió al Principado. Pero ni una palabra de la "ultraderecha".

Cierto es que los momentos son otros. Aquel año, Sánchez ganó con claridad las elecciones de abril y el PSOE sacó un resultado histórico en las municipales y autonómicas de mayo. En las citas con las urnas posteriores, el miedo a Vox no ha hecho más que hundir al PSOE. En las elecciones que renovaron la Asamblea de Madrid en 2021, Moncloa puso en la diana a la presidenta Isabel Díaz Ayuso, que dobló resultados y se quedó a pocos escaños de la mayoría absoluta, pero también a la "ultraderecha", a cuyo discurso vincularon la navaja recibida por la entonces ministra de Industria, Reyes Maroto.

En las elecciones que celebró Castilla y León en febrero del siguiente año se repitió la estrategia, aunque con más motivo. El candidato del PSOE y ganador de los comicios de 2019, Luis Tudanca, alertó por activa y por pasiva de un posible gobierno de coalición entre PP y Vox. “El señor [Alfonso Fernández] Mañueco le ha abierto la puerta a Vox”, dijo en diversas ocasiones. Y acabó ocurriendo. El PP no obtuvo los resultados esperados y tuvo que meter en el ejecutivo autonómico por primera vez a la formación de Santiago Abascal.

Con ese precedente, el PSOE se presentó a las elecciones andaluzas de 2022. El resultado, eso sí, fue incluso peor para los socialistas, que vieron cómo una autonomía que habían gobernado siempre era el nuevo feudo de Juanma Moreno. El presidente se aseguró cuatro años más de gobierno con una mayoría absoluta que consiguió gracias a, entre otras cosas, reivindicarse como el voto útil para que Macarena Olona, la otrora candidata de Vox, no fuera vicepresidenta. El propio Alfonso Guerra, vicepresidente de Felipe González, aseguró que dicho éxito "se lo dio el PSOE con su campaña del miedo contra Vox".

Sabedores del error, en Ferraz dieron carpetazo a la estrategia. Sin embargo, a comienzos de este año pareció que volvían a resucitarla tras los vaivenes de la Junta de Castilla y León con el aborto: Vox aseguró haber conseguido implementar un plan contra este hecho frente a la versión del presidente Mañueco, que lo desmintió. Hubo un desembarco de ministros en la autonomía y los socialistas volvieron a hablar de "la coalición del miedo", presagiando un posible despliegue del lema para la campaña de las autonómicas y municipales.

De hecho, fuentes de la dirección socialista aseguraron entonces que el momento "era otro" y que en las autonomías no iba a haber gobiernos monocolor, por lo que había "un elefante en la habitación del PP del que había que hablar". Nada de eso ha ocurrido. Finalmente, el PSOE ha tratado de hacer su campaña con propuestas que, a los pocos días, han quedado plasmadas en el Boletín Oficial del Estado (BOE) tras ser aprobadas por el Consejo de Ministros. Ha impuesto así temas como la vivienda, la sanidad, la educación o el feminismo, marca de la "socialdemocracia" que, según defiende siempre que puede Sánchez, "tan bien le viene a España. 

Porque otra de las claves de su campaña ha sido la economía. Frente a los "profetas del apocalipsis", el presidente presume cada vez que puede de los datos del paro y del PIB. Y esto no quiere decir que no hayan confrontado, pero han obviado a los de Abascal para apuntar directamente a los 'populares', a los que acusan de tener un solo proyecto: "Derogar, derogar y derogar".

Mostrar comentarios

Códigos Descuento