El segundo y último día de la moción de censura protagonizada por Ramón Tamames y presentada por Vox ha seguido el mismo guion que la primera jornada. Salvo por los tiempos. En un discurso mucho más corto, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha vuelto a señalar al presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo -que se ha vuelto a ausentar del debate-, y su "indecente abstención" en lo que ha calificado como un "fraude constitucional". Minutos antes de que la moción se votase, Sánchez ha avisado también de que el Gobierno está "más fuerte que nunca" y que pretenderá consolidar "una década de avances". El candidato, por su parte, le ha criticado por "personalista".

El presidente socialista ha visto desde su escaño las intervenciones de Cuca Gamarra, portavoz del PP, que ha defendido la abstención de su partido y le ha pedido que "convoque elecciones"; y Patxi López, portavoz del PSOE, que ha definido la moción como un "tres en uno". Tras ellos, han intervenido el resto de grupos y el candidato, que ha acusado a todos los grupos de usar la moción como "un mitin preparatorio de las elecciones del 28M" y de estar "volviendo a las dos Españas otra vez, las del 36". El candidato también ha tenido tiempo para tener un rifirrafe con López -"le veo que se excita demasiado y le recomiendo mayor tranquilidad"- y para diagnosticarle a Sánchez el "síndrome de la Moncloa", por "pensar que lo está haciendo todo bien".

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El jefe del Ejecutivo ha utilizado un tono más que ayer para reprender a Tamames, al que ha acusado de faltarle el respeto al Congreso de los Diputados e ir contra el "espíritu" de la moción de censura, que ha tildado de "fraude constitucional". "La moción debe servir para dotar de un nuevo Gobierno al país, no para destruir y no hemos visto nada de eso: ni hay candidato, ni hay gobierno posible, ni hay programa, salvo el retroceso", ha reprendido el presidente. Sánchez tampoco ha querido dejar sin respuesta las sucesorias críticas de Tamames a los tiempos de intervención del Gobierno.

Eso sí, el grueso de la interpelación del presidente ha vuelto a tener como protagonista a Feijóo, a quien ha insistido de nuevo en mostrar como un rehén de Vox frente a la "decencia" que mostró Pablo Casado cuando se opuso a la primera moción de censura de Abascal, en 2020. "Necesitan a Vox para poder gobernar. Por eso el PP pasa de un decente no a una indecente abstención", ha lanzado el presidente, que ha declarado que no caben las equidistancias y ha dejado en manos de "la historia" el deber de otorgar el lugar a "esta moción de tierra quemada".

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Además, ha querido tirar por tierra el motivo expuesto por Gamarra para justificar su abstención. Según la portavoz parlamentaria 'popular', se debe al "respeto" que le tienen a Tamames, aunque Sánchez ha asegurado que el PP ya tenía decidido su no voto en contra "mucho antes de que Tamames aceptara el encargo". "Lo que les une a todos ellos no es otra cosa que detener las políticas progresistas", ha lanzado.

Las líneas expuestas por el presidente también traían consigo otro mensaje: el de la fortaleza del Gobierno, para el que esta moción ha sido un balón de oxígeno tras llevar semanas acumulando polémicas. Sánchez ha recordado cómo Vox lleva tiempo "proclamando el apocalipsis". "Fracasaron", ha continuado el presidente, que ha puesto en valor “los tres Presupuestos Generales aprobados y las más de 200 iniciativas” que ha sacado el Gobierno en el Congreso. "Estamos fuertes, con más ganas que nunca de seguir avanzando. Desde la humildad y el compromiso, pero con responsabilidad, ambición y valentía", ha finalizado el presidente, que ha visto minutos después cómo la moción decaía con 53 votos a favor, frente a 201 en contra y las 91 abstenciones del PP, Foro Asturias y los dos ex de Navarra Suma.