El mundo de la educación canina ha evolucionado mucho en los últimos años, cambiando los métodos que se utilizan para adiestrar y educar a nuestros perros. Con la llegada del refuerzo positivo como método en auge y preferido por educadores y etólogos, algunas herramientas han quedado obsoletas e incluso desprestigiadas y prohibidas, como el caso de los collares de castigo.
La nueva Ley de Bienestar Animal que se aprueba este 29 de septiembre prohíbe este tipo de collares (ahorque, pinchos y eléctricos o de descarga) que, a pesar de no recomendarse y estar prohibidos en otros países como Holanda, podían comprarse en tiendas y grandes superficies.
Con esta normativa se pretende extender la prohibición que ya algunas comunidades habían implementado a nivel autonómico (como Madrid, Cataluña o Valencia), pero que todavía no aplicaba al resto del territorio español.
"Quedan expresamente prohibidas las siguientes actividades sobre los animales de compañía: se prohíbe el uso de cualquier herramienta de manejo que pueda causar lesiones al animal, en particular collares eléctricos, de impulsos, de castigo o de ahogo", señala el artículo 27 de la nueva ley.
Europa, en contra de los collares eléctricos para perros
España se suma así a la tendencia europea de dejar de lado el uso de este tipo de collares que resultan molestos para nuestros perros y que pueden afectar a su comportamiento, pero no de la forma que se espera, sino con muchas connotaciones negativas.
De hecho, tan solo hace unos cuantos meses, la diputada del Parlamento Europeo Aurélia Beigneux, miembro de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria, envió una pregunta escrita a la Comisión Europea interpelando sobre el permiso de la venta y uso de collares eléctricos de adiestramiento canino. Defendía que estos accesorios van en contra del Convenio de Protección de los Animales de Compañía, que prohíbe el uso de ayudas artificiales para el entrenamiento que causen sufrimiento físico y psicológico.
Volviendo a la nueva normativa estatal, debemos recordar que esta prohibición no se aplica en perros de caza o de trabajo (pastoreo, policía, etc.), ya que estos canes han quedado exentos de la nueva Ley, a raíz de una enmienda presentada por el PSOE, antes de su aprobación en el Congreso.
De este modo, tan solo las familias y los profesionales que sigan utilizando este tipo de collares se podrán enfrentar a multas de entre 10.000 y 50.000, al considerarse el uso de estos collares como una infracción grave.
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