El PSOE busca ya el apoyo de los socios de la investidura a su reforma del 'solo sí es sí' mientras Podemos pide volver a negociar

La ministra de Justicia, Pilar Llop; laministra de Igualdad, Irene Montero y la ministra Portavoz, Isabel Rodríguez, en una foto de archivo.
La ministra de Justicia, Pilar Llop (PSOE); la ministra de Igualdad, Irene Montero (UP), y la ministra Portavoz, Isabel Rodríguez (PSOE), en una foto de archivo.
Alberto Ortega / Europa Press
La ministra de Justicia, Pilar Llop; laministra de Igualdad, Irene Montero y la ministra Portavoz, Isabel Rodríguez, en una foto de archivo.

La pugna entre PSOE y Unidas Podemos sobre la reforma de la ley del 'solo sí es sí' entra en un nuevo nivel. Una vez los socialistas han presentado su propuesta sin el concurso de los morados, se plantean ahora atraer a sus postulados al resto de partidos que conformaron la llamada mayoría de la investidura -ERC, PNV, EH Bildu o Más País, que de momento orbitan entre dos aguas- para marginar a Unidas Podemos. Por su parte, y pese a haber anunciado en un principio que no rechazan entrar ya en esta lucha, los morados optan primero por seguir negociando con el PSOE. Todo ello, con el hacer del Partido Popular como telón de fondo, ya que sus votos serán necesarios para reformar el articulado si Unidas Podemos termina optando por el 'no'.

"Se está hablando ya con los socios", reconocen fuentes socialistas. No lo tildan aún de negociaciones, pero sí hablan de contactos horas después de que Patxi López, portavoz parlamentario del PSOE, anunciase los pasos a seguir. "No hemos negociado con ningún grupo más, salvo con los socios [de coalición]. Ahora hablaremos con el bloque de la investidura, con el resto de formaciones que se mostraron dispuestas a reformar la ley", dijo en la rueda de prensa en la que presentó la proposición de ley.

Según las mismas fuentes, dan el paso conocedores de que hay agua en la piscina y pueden atraer a alguno de los socios. "Habrá un número considerable [de grupos] que verán positiva la modificación", dicen en Ferraz, sede de los socialistas, que recuerdan que ya ha habido declaraciones a favor de realizar cambios técnicos por parte del PNV, ERC o Más País. Para el PSOE, sumar a estos grupos es importante. No tanto por las matemáticas, sino por el relato. Es decir: si Unidas Podemos termina no aceptando la reforma del PSOE, los votos favorables de los diputados del Partido Popular serán imprescindibles. 

La dirección lo sabe y da casi por hecho que los populares apoyarán su reforma sí o sí. Esto puede suponer una imagen de desgaste para los socialistas. Por ello, la clave será que no sea solo el PP quien apoye la modificación y que no haya fotos que prueben que ha habido una negociación con los populares. "Con el PP no tenemos nada que negociar porque no quieren la ley", señaló López en su comparecencia. Eso sí, acto seguido desvinculó esa falta de conversaciones a lo que los de Alberto Núñez Feijóo "luego voten en Pleno".

Mientras los socialistas están a la caza del apoyo de los socios parlamentarios del Gobierno para solventar la tramitación de su propuesta en el Congreso, Unidas Podemos se resiste a dar por fracasadas las negociaciones. Al igual que el PSOE, los morados también avisaron este lunes de que están dispuestos a hablar con cualquier agente progresista para defender el espíritu de la ley del solo sí es sí "como haga falta", una vez que los socialistas han optado por "ir por su lado". Pero fuentes de Unidas Podemos aseguran que, hoy por hoy, lo que el Ministerio de Igualdad busca es presionar al PSOE lo suficiente como para que vuelva a la mesa.

Para los morados, empezar a negociar enmiendas conjuntas a la proposición de ley con ERC o EH Bildu, incluso aunque estas formaciones estén mucho más cerca de Igualdad que del PSOE, supondría aceptar que la modificación de la ley del solo sí es sí debe tomar como base la propuesta de los socialistas. Y eso es lo que Unidas Podemos quiere evitar a toda costa: aceptar por la vía de los hechos consumados que las conversaciones deben hacerse a partir de ahora en torno a los planteamientos del PSOE, puesto que, a juicio de los morados, lo que en realidad quieren los socialistas es volver al modelo anterior y renunciar, de facto, a que lo único que determine si ha habido una agresión sexual sea la ausencia de consentimiento.

Sin embargo, los principales socios del Gobierno se han pronunciado ya sobre la proposición de ley del PSOE. Y la recepción, en líneas generales, ha sido bastante fría, aunque ninguno de ellos se ha negado a hacer cambios en la norma del 'solo sí es sí'. ERC, que con sus 13 diputados es el aliado fundamental del Ejecutivo en el Congreso, sostuvo este lunes que la iniciativa unilateral de los socialistas es "demasiado laxa en el consentimiento" y, por boca de su portavoz Marta Vilalta, planteó que "en ningún caso se puede eliminar" el consentimiento como clave para determinar si ha habido o no una agresión sexual. "Es un tema nuclear, si no, se vuelve a poner el foco en las víctimas", señaló.

No solo ERC ha mantenido un discurso mucho más similar al de Unidas Podemos que al del PSOE. Fuentes de EH Bildu, de hecho, son incluso más claras y apuntan que, a su juicio, "las modificaciones que se hagan deberán contar siempre con el visto bueno del ministerio competente en este asunto, es decir, el de Igualdad". Los abertzale dicen estar dispuestos a "retocar" la ley del solo sí es sí, pero afirman, como ERC, que "dichos cambios no pueden suponer ningún tipo de modificación ni retroceso en la ley ni volver a un escenario anterior", porque el "corazón" de la norma, el "consentimiento", debe seguir vigente.

Quien ha tomado una postura menos clara es el PNV, cuyo portavoz en el Congreso, Aitor Esteban, defendió este lunes en una entrevista en Radio Euskadi que es "normal" que el PSOE intente hacer cambios en la ley del solo sí es sí para "precisarla y que no dé margen a interpretaciones diversas por parte de los tribunales". Los nacionalistas vascos, aseguró Esteban, podrían apoyar la reforma si entienden que conseguirá ese objetivo, aunque Esteban pidió algo de tiempo para analizar la proposición de ley antes de que el PNV se posicione. Además, la formación insistió, como ERC y EH Bildu, en que debe mantenerse el consentimiento expreso como base para determinar si existe o no una agresión sexual.

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