El enigma de Sánchez y los barones: el PSOE deja en manos de los líderes autonómicos la presencia del presidente en campaña

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (2d), la ministra de Hacienda, María Jesús Montero (d), la presidenta del partido Cristina Narbona (2i) y la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Economía Nadia Calviño (i) durante la foto de familia de la reunión especial de la Ejecutiva Federal del PSOE, celebrada en Madrid este viernes, en la que Sánchez analizará los retos de este año electoral.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (2d), la ministra de Hacienda, María Jesús Montero (d), la presidenta del partido Cristina Narbona (2i) y la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Economía Nadia Calviño (i) durante la foto de familia de la reunión especial de la Ejecutiva Federal del PSOE, celebrada en Madrid este viernes, en la que Sánchez analizará los retos de este año electoral.
Javier Luzón / EFE
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (2d), la ministra de Hacienda, María Jesús Montero (d), la presidenta del partido Cristina Narbona (2i) y la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Economía Nadia Calviño (i) durante la foto de familia de la reunión especial de la Ejecutiva Federal del PSOE, celebrada en Madrid este viernes, en la que Sánchez analizará los retos de este año electoral.

"¿Cómo no voy a ser 'sanchista'? Si a La Rioja no le ha ido nunca tan bien como cuando Pedro ha sido presidente". La frase la dijo el pasado jueves Concha Andreu, presidenta de dicha comunidad autónoma, en un desayuno informativo en el que la acompañaron varios ministros del Gobierno. Se da por hecho que en la campaña electoral de mayo en la que Andreu tratará de reeditar su puesto el jefe del Ejecutivo tendrá un papel destacado, algo que no es tan evidente en otros territorios. Vistas las diferencias que han separado al presidente de algunos de los barones, el PSOE ha decidido darles vía libre para que sean ellos los que diseñen sus estrategias. Incluidas las visitas del presidente, que sí hará una gira propia por toda España.

La precampaña electoral ya se ha iniciado. En 2023 habrá dos procesos electorales. En mayo, se la juegan los alcaldes y los presidentes autonómicos. A finales de año -más que probablemente, en diciembre-, será el turno de las elecciones generales. Ante estos envites, el PSOE sabe que necesita unidad de acción. Con esta idea en mente, Sánchez reunió el viernes en Ferraz, cuartel general de los socialistas, a la dirección del partido y a la mayoría de ministros del ala socialista -acudieron todos menos la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera-. La relación entre el Ejecutivo y la formación parece engrasada. El turno, pues, es ahora para las federaciones.

Tras el encuentro celebrado ayer compareció la vicesecretaria general de la formación, María Jesús Montero, que no aclaró qué papel jugará Sánchez en las elecciones autonómicas. "Estaremos allí donde nuestra presencia sea requerida", apuntó antes de destacar que en el PSOE "las federaciones tienen autonomía para organizar sus campañas". La otra cesión de la dirección a los barones es la no celebración de una convención autonómica, aunque es difícil imaginar que no se produzca una fotografía del presidente con los líderes socialistas. Lo que no es negociable es la gira que Sánchez acometerá por todos los territorios, empezando este sábado en Sevilla.

Con todo, la decisión de algunos barones de alejarse de la imagen de Sánchez no se debe a otra cosa que a su temor del coste electoral que podría producirles los pactos del PSOE a nivel nacional con ERC o EH Bildu. En este tema son especialmente peleones los presidentes de Aragón, Javier Lambán, y de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page. Sin ir más lejos, que Page organizó una rueda de prensa ad hoc para afear el pacto con los republicanos catalanes que rebajaba el castigo penal de la malversación. "No es tolerable pactar con delincuentes su propia condena", dijo a comienzos del mes de diciembre.

Lambán y Page no son los únicos que últimamente han mantenido diferencias con Sánchez. Dos de los considerados 'sanchistas' también lo han hecho. Es el caso del candidato a la Comunidad de Madrid, Juan Lobato, que también fue crítico con la malversación y se ha distanciado de la propuesta fiscal de la dirección socialista para intentar plantar cara a Isabel Díaz Ayuso, presidenta madrileña; o Ximo Puig, presidente de la Comunidad Valenciana, en pleno choque con el Gobierno por el trasvase Tajo-Segura. Además, de telón de fondo también están las rebajas de condenas a agresores sexuales tras la aprobación de la ley del 'solo sí es sí' -que varios territorios socialistas han presionado para que se reforme ya- o hechos similares pero para condenados por corrupción.

En el caso de los barones de la zona norte o de las islas, existe una sintonía total con Sánchez. Es el caso de Francina Armengol, presidenta de las Islas Baleares, que esta semana ha declarado que el presidente "es un activo" en campaña electoral. "Obviamente quiero que Pedro Sánchez participe en nuestra campaña electoral, es un valor y un activo. Con él en la presidencia hemos conseguido lo que nunca se había conseguido en la historia de la democracia para las islas y por ello lo considero un valor para esta campaña", declaró al Diario de Mallorca.

Diferente es la situación en lo que respecta a los alcaldes y candidatos municipales. Según destacó Montero el viernes, el PSOE prevé estar encima de estas campañas, con el fin de mejorar el resultado de 2019, cuando fueron primera fuerza al cosechar más de seis millones de votos. "La Comisión Ejecutiva Federal coordina, básicamente, la campaña de las municipales por lo que significa para nuestro partido", apuntó la ministra de Hacienda. Además, el PSOE celebrará una gran convención en el mes de abril, aunque no se ha decidido la fecha exacta ni tampoco el lugar.

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