Sánchez se garantiza acabar la legislatura con el giro a la izquierda y tras rearmar la relación con sus socios, pero Feijóo la ve agotada

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sonríe en un turno de réplica durante el debate sobre el estado de la nación.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sonríe en un turno de réplica durante el debate sobre el estado de la nación.
Chema Moya / EFE
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sonríe en un turno de réplica durante el debate sobre el estado de la nación.
Sánchez responde a Podemos que se pueden impulsar medidas sociales y además aumentar el gasto militar.
Europa Press

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, despidió con cierta tranquilidad este miércoles el Debate sobre el estado de la Nación celebrando que el parlamentarismo español volviera "a la normalidad". No era para menos, ya que esta cita, una de las más importantes junto con el debate de Presupuestos, llevaba siete años sin celebrarse. Eso sí, esa felicitación por la "normalidad" escondía algo más: sabedor de haber recuperado el foco, se ve ahora más fuerte que nunca para agotar la legislatura como presidente, algo que tampoco pasa desde hace siete años. El último mandato completo fue el primero de Mariano Rajoy (2011-2015), que tenía mayoría absoluta.

La visión es muy distinta del lado del PP. Su líder, Alberto Núñez Feijóo, vaticinó ayer a Sánchez "un futuro muy corto" y criticó la falta de medidas "estructurales". Además, le acusó de "podemizarse" con las últimas medidas económicas anunciadas por el presidente, principalmente por los futuros impuestos extraordinarios a empresas energéticas y grandes bancos.

Para colaboradores cercanos a Sánchez, el debate ha insuflado moral al Ejecutivo. En opinión de una de las primeras espadas del Gobierno, la coalición sale reforzada porque se ha visto que tiene proyecto, al contrario de lo que parecía durante las últimas semanas, en las que había perdido el liderazgo en las encuestas y no conseguía ganar el foco mediático. 

"La gente lo ha entendido muy bien", decía otra de las personas cercanas a Sánchez, que celebraba haber planteado "muy bien" el debate y haber conseguido que el PP "no haya estado presente". "Es un Gobierno progresista, que gobierna para el 95% del país", añadía a esta versión, asegurando que el discurso daba "profundidad" a la legislatura.

Otra de las fuentes consultadas recordaba que el presidente "siempre" ha mantenido que la legislatura finalizará en diciembre de 2023, cuando marca la ley. No obstante, solo el hecho de tenerlo que repetir en público creaba dudas. Sin ir más lejos, el Gobierno ha tenido que reiterarlo en los últimos dos meses. En mayo, por la crisis sobre las escuchas legales a líderes independentistas que supusieron un claro distanciamiento y un amago de ruptura con ERC. Para el presidente, esa polémica fue una "crisis puntual". Y "ninguna crisis puntual ni ninguna turbulencia", dijo, "va a desviar" al Ejecutivo ni a suponer que no llegase como presidente al final de legislatura.

El pasado mes fue la portavoz, Isabel Rodríguez, quien tuvo que defender esa versión. "El Gobierno no está centrado en ninguna cita electoral, lo que nos ocupa de una forma muy intensa es dar una respuesta adecuada al momento que vivimos, que tiene especial dificultad por las consecuencias económicas que está teniendo la guerra en Ucrania", señaló la también ministra de Política Territorial al ser preguntada por el resultado en Andalucía, donde el PP logró una holgada mayoría absoluta frente a un PSOE que cosechó los peores resultados de su historia y un Por Andalucía que se quedó con apenas cinco escaños- podía leerse como un golpe al Ejecutivo.

La postura de los socios, clave

Con todo, los ánimos de los socialistas tienen su réplica en Unidas Podemos, que celebra el giro a la izquierda del presidente. "Como pedimos, hoy se empieza a concretar el cambio de rumbo del Gobierno: recuperar el ritmo de avances sociales y acabar con los privilegios de las grandes empresas para estar a la altura de la gente", señaló en un hilo de Twitter la ministra Ione Belarra, mientras la vicepresidenta Yolanda Díaz insistió en que "las medidas son positivas para que no paguen los de siempre". El Ejecutivo, aseguró la dirigente, "hará lo que tenga que hacer frente la inflación", y el reflejo de esas medidas se verá en los próximos Presupuestos Generales del Estado, que a juicio de Díaz "serán decisivos para determinar quién paga la factura de la crisis".

Respecto a los socios parlamentarios de la coalición, el Debate sobre el estado de la Nación ha dejado diferentes sensaciones, pues casi todos le han dado una de cal y otra de arena. Es el caso de EH Bildu. La portavoz abertzale, Mertxe Aizpurua, felicitó a Sánchez por las medidas económicas anunciadas el pasado martes, y aseguró que suponen un "giro a la izquierda" del Gobierno. Pero, a la vez, aseguró que el paso dado por el Ejecutivo "se queda a medio camino" y pidió a Sánchez profundizar en estas medidas aprobando una reforma fiscal completa o topes de precios a bienes como los carburantes y la electricidad, para evitar que las empresas trasladen a los consumidores los nuevos impuestos anunciados.

En el caso del PNV, cuyos seis diputados son clave para la mayoría de la investidura, su portavoz Aitor Esteban afeó al presidente la falta de interlocución del Gobierno con sus socios. "Como me temía, ayer usted anunció medidas que no ha contrastado con sus socios, una vez más, como si tuviera mayoría absoluta", criticó. Como respuesta y para no hacer tambalear esta relación, prometió a los nacionalistas vascos reactivar una de sus reivindicaciones clásicas: la puesta en marcha de una nueva ley de secretos oficiales que acabe con la vigencia de la actual, que data de 1968, en plena dictadura franquista. 

El PNV insta a Sánchez a cumplir con sus socios parlamentarios. (EP)

Sánchez ya anunció el mes pasado que el Gobierno estaba ultimando un proyecto de ley en este sentido y este miércoles confirmó que el Consejo de Ministros lo aprobará en primera vuelta antes de final de mes. La reforma de la ley de secretos oficiales para que, entre otras cosas, se establezcan plazos máximos para mantener el secreto de los documentos clasificados lleva años siendo objeto de debate en el Congreso y el PNV siempre ha sido su máximo defensor.

Asimismo, tampoco con ERC la relación corre su mejor momento tras el 'caso Pegasus'. Se notó el martes. El portavoz republicano, Gabriel Rufián, protagonizó la primera gran bronca del Debate sobre el estado de la Nación desde la primera frase que le dedicó al presidente, ya que le dio la "enhorabuena" por haberse "levantado de izquierdas" tras las medidas anunciadas por Sánchez durante su intervención inicial. El portavoz de ERC tachó de "rácano" el desempeño del Gobierno por lo escaso, a su juicio, de las medidas y, como culmen, puso sobre el estrado del Congreso tres balas a la hora de criticar a Sánchez por las muertes de al menos 23 personas en la valla de Melilla hace unas semanas. Esto enfadó especialmente al presidente, que todavía tiene por delante la reunión de este viernes con el presidente catalán, Pere Aragonès, para cerrar definitivamente la crisis de apoyos. 

El PP echa en falta "reformas estructurales"

Feijóo ha asegurado que el debate sobre el estado de la nación ha visualizado que el Gobierno de coalición de PSOE y Unidas Podemos está "en crisis" y en "descomposición". (EP)

Desde la oposición, Feijóo tildó de incompletas las medidas de Sánchez por no incluir "reformas estructurales"; radicales, por haber "podemizado" la política del Ejecutivo; y "desconectadas" de la realidad, por "no cambiar el rumbo" hacia una crisis económica que considera en ciernes. 

"En su intento de parecerse cada día más a Podemos, todo indica que acabará pareciéndose al expresidente Rodríguez Zapatero", comparó el líder popular, quien además ahondó en la división del Gobierno y en las relaciones entre los miembros del Ejecutivo y "los tres partidos" que, a su juicio, lo conforman, pues cree que "la política territorial en nuestro país la marca ERC, la política de memoria democrática la marca Bildu y la política económica la marca Podemos". "Me entristece ver al Gobierno de la nación a merced de minorías que niegan la propia nación", aseveró.

Feijóo, por lo expuesto, vaticina "un futuro muy corto" a Sánchez, a quien también afeó que calificara al PP de "curanderos" al inicio del debate y sin la posibilidad de interpelarlo. Algo que el líder del PP considera un "insulto". Feijóo, que reconoció el "impacto enorme en la inflación" que supone la guerra en Ucrania, resaltó que antes del inicio del conflicto la inflación ya superaba el 7%. Y es que, advirtió, "la pésima política económica de España agrava la inflación".

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