El Gobierno aprobará este martes el real decreto que regula las enseñanzas mínimas de la etapa de Educación Infantil, la cual deberá desarrollarse en base a una serie de competencias clave como el fomento de la autoestima, la interacción social desde la diversidad y sin estereotipos, la igualdad entre hombres y mujeres o la resolución de conflictos.

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Este currículo, que entrará en vigor el curso 2022-2023, es el primero en aprobarse y forma parte de la reforma educativa impulsada con la nueva ley, la LOMLOE, que ordena el desarrollo de una nueva propuesta curricular competencial en todas las etapas educativas. De este modo, está previsto que en el mes febrero se dé luz verde también los reales decretos de Primaria, Secundaria y Bachillerato, según avanzaron fuentes del Ministerio de Educación. 

Así, tras haber recibido el informe positivo del Consejo de Estado, el Consejo de Ministros, a petición del departamento de Pilar Alegría, aprobará este martes el documento que establece la ordenación y las enseñanzas mínimas de la Educación Infantil, dividida en dos etapas: el primer ciclo (de 0-3 años de edad); y el segundo (de 3-6 años) que será gratuito. 

Aprender desde el juego

Según el documento al que ha tenido acceso 20minutos, toda la formación se llevará a cabo mediante la "experimentación" y el "juego" y sobre unos principios pedagógicos marcados como pilares de toda la etapa y que, en última instancia, buscarán fomentar la transición de los niños desde la "dependencia total del adulto" hacia una "progresiva autonomía".

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Con este currículo se pretende alcanzar una serie de objetivos, es decir, que los niños y niñas de Infantil desarrollen una serie de capacidades, entre las que Educación destaca: el "conocimiento del propio cuerpo y de los otros" y aprender a respetar las diferencias; observar el entorno familiar, natural y social; desarrollar capacidades emocionales y afectivas; relacionarse con los demás en igualdad y adquirir pautas de convivencia basadas en la empatía y la resolución pacífica de conflictos; desarrollar habilidades comunicativas; iniciarse en las habilidades lógico-matemáticas, en la lectura y la escritura; y promover y aplicar normas sociales que fomentan la igualdad entre hombres y mujeres. 

Del desarrollo del "yo" a saber vivir en sociedad

De este modo, desde septiembre de 2022, las aulas de Infantil incorporarán una serie de competencias nuevas que tendrán carácter transversal e irán reforzándose con cada curso. La "oralidad", por ejemplo, cumple un papel "destacado" en toda la etapa, pues se potenciará sobre todo la comunicación lingüística y el saber expresar las emociones desde el respeto y la empatía, o relacionarse con otras personas de manera "alejada de estereotipos sexistas".

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Los niños y niñas darán también en esta etapa los primeros pasos hacia el pensamiento científico (matemática, ciencia, tecnología e ingeniería) a través del juego, la manipulación y la realización de experimentos sencillos. Se inicia igualmente el proceso de alfabetización digital, para que empiecen a comprender cómo se accede a la información y a saber hacer un uso "saludable" de las herramientas digitales. 

En cuanto a lo personal, hay un refuerzo bastante importante en este sentido. El Ministerio hace hincapié en el desarrollo del "yo" y en la importancia de que los alumnos empiecen a conocerse a sí mismos como entes individuales, pero también como integrantes de una sociedad a la que comienzan a incorporarse desde su primer año de colegio. En ese sentido, sientan las bases del ejercicio de una "ciudadanía democrática", de respeto a la multiculturalidad y la sostenibilidad y ofreciendo pautas para la "resolución pacífica y dialogada de los conflictos". 

Contempla también el desarrollo de una competencia "emprendedora", que básicamente lo que busca es fomentar la expresión creativa de ideas, sentimientos y emociones a través de distintos lenguajes y formas artísticas. 

Otra de las novedades del nuevo currículo es que introduce un párrafo específico sobre la necesidad de "identificar" y "erradicar" los posibles "mecanismos de discriminación oculta" que puedan surgir en el entorno escolar. "Es la edad en la que se produce el descubrimiento de la sexualidad y se inicia la construcción sexual y de género, sin distinción entre ambas", indica el documento, añadiendo que a esa edad tienden a imitar y reproducir las "estrategias relacionales" de los adultos que les rodean. 

En definitiva, el real decreto aspira a reformular las bases educativas de esta etapa para "afrontar con éxito los principales retos del siglo XXI"; como los hábitos de vida saludables, la protección del medio ambiente, el consumo responsable, el manejo ético y eficaz de las tecnologías, promover la igualdad de género, manejar "la ansiedad que genera la incertidumbre", identificar "situaciones de inequidad" y "apreciar el valor de la diversidad", entre otros que destaca Educación en el texto.