La pandemia recrudece la precariedad en España y deja a 2,7 millones de jóvenes en situación de exclusión social

Un chico consulta el móvil sentado en la acera de la Gran Vía de Madrid.
Un chico consulta el móvil sentado en la acera de la Gran Vía de Madrid.
Jorge París
Un chico consulta el móvil sentado en la acera de la Gran Vía de Madrid.
Un total de 2,7 millones de jóvenes entre 16 y 34 años en España están afectados por procesos de exclusión social.
Europa Press

La pandemia ha agudizado la precariedad y desigualdad social en España. Los que ya estaban en posición de vulnerabilidad, vieron cómo su situación se agravaba. Junto a ellos, muchos fueron arrastrados por diversas dinámicas de exclusión social, ya existentes desde la anterior recesión, y que configuraron el caldo de cultivo perfecto para que las condiciones de vida de muchos españoles cayeran en picado. Dos años después, la brecha de desigualdad social se ha profundizado considerablemente, abocando a once millones de personas a una situación de exclusión social, de las cuales 2,7 millones son jóvenes de entre 16 y 34 años.

Cáritas presentó este martes el informe Evolución de la cohesión social y consecuencias de la COVID-19 en España, de la fundación FOESSA. Se trata de una investigación que ofrece, a partir de una encuesta a 7.000 hogares, la "primera radiografía social completa" de la crisis provocada por la pandemia. En el documento al que ha tenido acceso 20minutos, alertan sobre la fragilidad que persiste todavía en un amplio porcentaje de la población, y urgen a las instituciones a seguir impulsando medidas y políticas que sirvan como amortiguador del duro golpe que ha supuesto la pandemia.

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Esta última crisis, advierten, está dejando una "profunda huella social" que incide en la situación provocada por la recesión de 2008 y que, según consideran, "no fue plenamente resuelta" en ese entonces. Además, subraya el informe, la pandemia ha "intensificado" procesos de transformación que ya estaban poniéndose en marcha previamente, como el aumento de la inestabilidad laboral o la "digitalización intensiva", que ha puesto en relieve un nuevo factor de exclusión: la brecha digital.

La crisis sanitaria ha dejado, en total a 11 millones de personas en exclusión social (seis millones en pobreza severa), lo que supone 2,5 millones más que en 2018 y se posiciona como la cifra más elevada registrada en España desde 2007. "Cada crisis aumenta la desigualdad y el impacto de esta ha sido grave y severo", subrayó la secretaria general de Cáritas Española, Natalia Peiro. El nivel de exclusión social se compone por una serie de dimensiones o esferas de la vida que, al ir acumulándose entrañan más dificultades en el progreso de la vida de las personas en esta situación. Según el informe, todas las esferas de exclusión analizadas (empleo, consumo, vivienda, conflicto social, vivienda, entre otros) han crecido entre 2018 y 2021, siendo la del empleo la que más ha empeorado.

Dos millones de familias afectadas por la precariedad laboral

Según la investigación –llevada a cabo por un equipo de más de 30 investigadores procedentes de más de diez universidades y entidades de investigación social—, la precariedad laboral durante la pandemia se ha duplicado. Actualmente, hay casi dos millones de hogares que dependen económicamente de los ingresos de una única persona en situación de inestabilidad laboral grave. Esto es, que en el último año ha tenido: tres o más meses de desempleo, tres contratos diferentes, en tres o más empresas distintas. A ellas se les suma las 800.000 familias que, durante la crisis, han sufrido un paro de larga duración del sustentador del hogar. 

"Se ha producido un empeoramiento de las condiciones de trabajo que genera más trabajadores pobres y trabajadores más pobres y menos realizados personal y socialmente", señaló Peiro. Y es que, según resalta el informe, lo que empobrece a muchos trabajadores ya no es solo un salario insuficiente, sino que muchas veces trabajan una jornada de tres horas cuando desearían una jornada completa; o la temporalidad y estacionalidad de los contratos. La proporción de personas en exclusión severa que trabajan menos de 20 horas semanales se incrementó 25 puntos porcentuales entre 2017 y 2020.

A pesar del aumento de la protección social, alerta el informe, no se ha logrado compensar esta situación y un tercio de estos hogares (esto es, 600 mil familias) "carece de algún tipo de ingreso periódico que permita una cierta estabilidad y capacidad de generar proyectos vitales". Y es que la investigación pone en relieve como la crisis sanitaria no ha hecho más que agudizar la desigualdad ya existente hace dos años: la diferencia entre la población con más y menos ingresos ha aumentado más de un 25%, siendo esta brecha más amplia que la de la anterior crisis. 

"El nuevo analfabetismo del siglo XXI"

Advierten también de un nuevo factor de exclusión social "destapado" con la pandemia. La investigación revela que casi la mitad de los hogares en exclusión social sufren el "apagón digital", con especial afectación en los hogares conformados solo por personas de 65 años o más, y personas que viven solas. Es lo que los investigadores han denominado como "el nuevo alfabetismo del siglo XXI", en referencia a la brecha digital que supone "dificultades serias" para más de 800.000 familias (el 4,5% de los hogares) que, debido a ese "apagón digital" han perdido oportunidades para mejorar su situación.

Brecha de género

Como ya se ha visto con todos los problemas que permanecían antes de la pandemia, la brecha de género también se ha agravado como consecuencia de la crisis. El informe detalla que, puesto que el mayor golpe lo han sufrido los sectores más feminizados (como el comercio o la hostelería), el retroceso ha sido más extenso para muchas mujeres en términos de integración social. 

La exclusión social en los hogares encabezados por mujeres, pasó del 18% en 2018 al 26% en 2021. Un incremento que, según destaca el estudio, se ha disparado más del doble que el registrado en el caso de los hombres, que pasaron del 15% al 18%. "La desventaja acumulada por razón de género permanece, algo que remite a cuestiones de tipo estructural y que es importante tener en cuenta de cara a diseñar políticas públicas eficaces", apunta Flores.

2,7 millones de jóvenes en situación de exclusión social

"Hay un grupo de jóvenes que ha experimentado ya dos crisis muy importantes justo en una fase esencial de sus proyectos vitales en los que se plantea la transición al empleo, a la vida adulta, la emancipación o la construcción de nuevos hogares: a los que tenían 18 años en 2008 les ha alcanzado la crisis de 2020 con 30 años", subraya la secretaria general de Cáritas. Según los resultados del informe FOESSA, en España hay 2,7 millones de jóvenes de entre 16 y 34 años afectados por procesos de exclusión social que les impide realizar proyectos de vida.

Asimismo, solo en 2021, más de 650.000 jóvenes se sumaron a la situación de exclusión (500.000 más respecto a 2018), lo que supone que un total de 1,4 millones de jóvenes sufre una situación de exclusión severa. 

A una mayor vulnerabilidad se enfrenta la población inmigrante. El estudio refleja que más del 50,3% de los hogares con extranjeros están en situación de exclusión social; un porcentaje tres veces mayor al de los hogares españoles. La cifra, además, se dispara todavía más en el caso de la población gitana, que alcanza el 70,5%. 

Reforzar el sistema de protección

Ante estos resultados que, según el informe, sacan a relucir los "lastres" de la anterior crisis que no fueron resueltos, Cáritas plantea una serie de propuestas para "perfeccionar" el sistema de protección social y evitar que la situación continúe agravándose. Así, urgen mantener las medidas provisionales que se tomaron por la pandemia en materia de salud, vivienda o protección social, para que la intensificación de la exclusión severa no se haga crónica. 

En ese sentido, instan también a mejorar la cobertura del Ingreso Mínimo Vital (IMV), pues denuncian que, de los 850.000 hogares que en un principio se previó que iban a salir beneficiados de esta ayuda, a septiembre de 2021, solo ha llegado a 315.913. Dicho en otras palabras, ocho de cada diez personas en situación de pobreza severa en España no ha podido acceder todavía al IMV.

En cuanto a la "hiperflexibilidad" de muchos empleos, piden implementar medidas que acaben con las situaciones de irregular, sobre todo en los sectores llamados "esenciales" de la limpieza, la hostelería y las labores agrícolas, entre otros. Para estimular el empleo proponen complementar los salarios "escasos" con "otras medidas redistributivas", como prestaciones complementarias o deducciones fiscales reembolsables. 

Otro problema en el que consideran que hay que poner el foco es en la vivienda. Destacan que, en los últimos tres años se ha duplicado el porcentaje de hogares que viven en viviendas insalubres (hasta el 7,2% en 2021) o en una situación de hacinamiento (hasta el 4% en 2021). Además, la incesante subida de precios agrava el problema, según muestran los datos: más de dos millones de hogares sufrieron retrasos o no tuvieron dinero suficiente para el pago de alguno de los gastos relacionados con la vivienda, como el pago del alquiler o la hipoteca.

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