Iglesias presiona a Sánchez y Díaz para evitar a PP y Cs en la reforma laboral y cuidar a sus socios nacionalistas

  • El exlíder de Podemos llama a no caer en la "trampa" de "romper" la alianza con ERC, PNV y EH Bildu.
  • La vicepresidenta negocia ya con estas fuerzas y asegura que "siempre" ha "confiado" en ellas para aprobar la norma.
  • El PSOE se muestra más ambiguo y asegura que la reforma laboral "interpela a todas las fuerzas políticas".
  • Cs se deja querer: "El Parlamento tiene la obligación moral de respetar" el pacto con patronal y sindicatos.
La líder de Podemos y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, y el exsecretario general de la formación, Pablo Iglesias.
La líder de Podemos y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, y el exsecretario general de la formación, Pablo Iglesias.
EFE
La líder de Podemos y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, y el exsecretario general de la formación, Pablo Iglesias.

El Gobierno ha conseguido poner de acuerdo a patronal y sindicatos para cerrar un acuerdo para su reforma laboral, pero en 2022 tendrá que afrontar el segundo gran escollo para su aprobación definitiva: la negociación parlamentaria. En los últimos días, ERC, PNV y EH Bildu, los aliados habituales del Ejecutivo, han mostrado sus reservas con respecto a una norma que consideran tibia, y el Gobierno, habida cuenta de esta situación, no ha descartado recabar apoyos de formaciones como Cs. No obstante, Podemos presiona para que el Ejecutivo no abra la puerta a acuerdos a su derecha, y este lunes lo hizo por boca de su exlíder, Pablo Iglesias, que llamó a no caer en la "trampa" de "romper" la alianza que PSOE y Unidas Podemos tienen con los nacionalistas.

El pasado día 28 de diciembre, el Gobierno aprobó por real decreto la reforma laboral después de nueve meses de dura negociación con los agentes sociales. El texto ya ha entrado en vigor, pero durante el mes de enero tendrá que pasar por el Congreso para ser ratificado. De recibir el apoyo mayoritario de la Cámara Baja, el decreto seguiría en pie. Pero, si es rechazado, la nueva norma saldría del BOE apenas un mes después de haber sido aprobada, lo cual supondría una monumental derrota del Ejecutivo en uno de los asuntos clave de la legislatura. 

Por ello, una de las prioridades del Gobierno en estas primeras semanas del año será reunir una mayoría suficiente para convalidar el decreto sin sobresaltos. Concitar esos apoyos no va a ser fácil porque ERC, PNV y EH Bildu exigen profundizar en los cambios que recoge la reforma y, entre otras cosas, encarecer el coste del despido, un asunto que ni siquiera se ha discutido con patronal y sindicatos y del que la CEOE no quiere ni oír hablar. Los socios nacionalistas del Gobierno se han mostrado dispuestos a negociar, pero insisten en que el texto actual dista mucho de ser tan "histórico" como vende el Ejecutivo y aseguran que no lo apoyarán en sus actuales términos.

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La intención de ERC, PNV y EH Bildu de retocar la reforma laboral no gusta ni a los agentes sociales ni al propio Gobierno, que ha pedido aprobarla sin cambios. Al menos públicamente, en ello no hay diferencias entre PSOE y Unidas Podemos: el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pidió hace unos días a sus socios "sentido común" para aprobar el texto sin modificaciones, mientras la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, ha afirmado que la "vocación" del Ejecutivo es que la reforma laboral "permanezca como está y se respete el tenor de lo que las partes han acordado". La CEOE, por su parte, ha amenazado con salir del acuerdo si los grupos tocan "una sola coma" del mismo.

El Gobierno deja todas las puertas abiertas

La semana pasada, Díaz aseguró que tiene intención de negociar "sobre todo" con las fuerzas que "dan apoyo" parlamentario al Gobierno para conseguir convalidar el decreto, aunque no cerró la puerta a hablar "con todo el mundo". Más directo fue el portavoz del PSOE en el Congreso, Héctor Gómez, que afirmó hace unos días que los socialistas no van a "cerrar la puerta a formaciones políticas que quieran impulsar medidas en beneficio de la ciudadanía" al ser preguntado por un eventual apoyo de Cs a la convalidación de la reforma laboral. Sánchez, por su parte, sostuvo hace unos días que el decreto "interpela a todas las fuerzas políticas" y aseguró que "trasciende las ideologías".

Aunque no sea la opción preferida del Gobierno, aprobar una reforma tan importante como la laboral con el apoyo de la derecha supondría cuestionar de forma muy seria la estabilidad de la alianza con ERC, PNV y EH Bildu. Iglesias fue precisamente uno de los principales arquitectos de esa alianza, que ha anclado al Gobierno a su izquierda y ha permitido aprobar, entre otras cosas, los dos últimos Presupuestos Generales del Estado. Por ello, el exlíder de Podemos aseguró este lunes que la derecha va a "tratar de jugar" la carta de la ruptura de ese bloque porque es la principal interesada en que se fracture.

"La pieza de caza mayor ahora es Yolanda [Díaz], y van a por ella, y por eso el alcalde de Madrid [el portavoz nacional de los populares, José Luis Martínez Almeida] dejaba entrever ahora que el PP igual se abstiene" para permitir la convalidación del decreto de reforma laboral, reflexionaba Iglesias en la emisora RAC1. Ante esa posibilidad, el exlíder de Podemos se mostró "convencido de que el Ministerio de Trabajo, con Yolanda al frente, va a saber negociar con ERC, con Bildu, con el PNV, para reconstruir la mayoría de la investidura y la legislatura". Y avisaba de que, al igual que "hay que negociar con los empresarios", también "hay que negociar con los grupos parlamentarios".

Díaz comienza a negociar con ERC, PNV y Bildu

Consultado por este diario, el entorno de Díaz afirma que no considera las palabras de Iglesias un recordatorio dirigido a la vicepresidenta. El Ministerio de Trabajo, de hecho, ha comenzado ya a mantener contactos discretos con ERC, PNV y EH Bildu para aprobar en el Congreso la reforma laboral. Y fuentes del departamento que lidera Díaz -que pilotará la negociación- alejan la posibilidad de buscar el apoyo de Cs y aseguran que la dirigente "siempre" ha "confiado en la mayoría de la investidura" para sacar adelante la norma. 

Los naranjas, sin embargo, se dejan querer a la espera de ver cómo van las negociaciones del Gobierno con sus socios nacionalistas e independentistas. El domingo, su portavoz en el Congreso, Edmundo Bal, no cerró la puerta a apoyar el decreto de reforma laboral cuando llegue a la Cámara Baja e incluso afirmó, en la línea de lo que plantea el Ejecutivo, que "el Parlamento tiene la obligación moral de respetar" el acuerdo alcanzado por patronal y sindicatos, que es -dijo- "motivo de celebración".

Al contrario que Iglesias, el entorno de Díaz no interpreta esta disposición de Cs a pactar como un intento de debilitar a la vicepresidenta, sino como un movimiento de los naranjas en su batalla por la supervivencia en el bloque de la derecha. Según este análisis, si Cs se plantea apoyar la convalidación de la reforma laboral no es porque apoye las medidas que incluye, sino únicamente porque le da la oportunidad de diferenciarse de PP y Vox y porque, además, le permite acercarse a la CEOE en un momento en el que las relaciones de la patronal con los populares no pasan por su mejor momento.

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