El PP nacional retoma su tono más duro contra el Gobierno con la vista puesta en las elecciones de 2023 y en la disputa que mantiene con Vox por una parte importante del electorado de la derecha. El líder de los populares, Pablo Casado, cerró este domingo la Convención Nacional del partido con un contundente discurso en la plaza de toros de Valencia, repleta para la ocasión y donde Casado se reivindicó como "la única alternativa" para que España deje atrás el "trienio negro" de un Pedro Sánchez al que no quiso nombrar expresamente y a quien se refirió como "el aún inquilino de la Moncloa".
El cónclave, convocado para reforzar el liderazgo de Casado, fue clausurado con un acto final al que asistieron en torno a 9.000 personas –según la organización– y en el que el líder del PP se reclamó como el único capaz de "devolver el poder" a los españoles. Fue una exhibición de músculo de los populares, y Casado trató de inyectar optimismo en su militancia insistiendo en que el PP sigue siendo la principal fuerza de la derecha y dejando caer, en referencia a Cs pero también a Vox, que quienes han querido sustituirlos "se han ido quedando por el camino".
"El PP es mucho PP", declamó Casado, que insistió en que su partido es el único que puede hacer frente al PSOE para gobernar, "la única alternativa de esperanza para España". En esta reivindicación, el líder del PP asumió varios de los eslóganes más utilizados por Vox: llamó a hacer "políticas sin complejos", acusó a "los izquierdistas" de mirar "por encima del hombro" con una "falsa superioridad moral" y aseguró que el PP es "el partido de los españoles que madrugan".
Casado, asimismo, convirtió en uno de los ejes de su discurso el "nuevo contrato social" que, dijo, quiere poner en marcha el PP cuando vuelva a gobernar. El dirigente popular desgranó decenas de propuestas de este "plan para España", que de inicio pasa por derogar algunas de las leyes más señeras aprobadas por el Gobierno, como la ley educativa –mas conocida como ley Celaá– o la reforma de las pensiones –a pesar de que el PP apoyó las recomendaciones en las que se basa– para promover un sistema de ‘mochila austriaca’.
Las bajadas de impuestos, seña de identidad de los populares, también forman parte de esa hoja de ruta que planteó Casado en Valencia. "Menos Estado, menos intervencionismo, más libertad", coreó el líder del PP, que prometió derogar los impuestos de sucesiones y patrimonio si llega al poder y exigió "que el dinero esté en el bolsillo de los españoles".
El feminismo y la memoria histórica
Los temas de corte más identitario, muchos de ellos banderas de Vox, tuvieron igualmente hueco en el discurso de Casado, que cargó contra la ley de memoria histórica y la reforma que planea para la misma el Ejecutivo, acusó a Sánchez de "desenterrar los rencores" y anunció que aprobará una ley de concordia que sustituya a la actual norma. En relación al feminismo, exigió que la izquierda no le dé "ni una lección", porque el PP es el partido que ha creado "millones de empleos para las mujeres".
Además, Casado mostró sus reservas en relación al aborto, de actualidad por el reciente debate en el Congreso en relación al acoso al que se ven sometidas algunas mujeres al ir a ejercer ese derecho. "Creemos que las administraciones deben estar siempre a favor de la vida. Y si tienen dudas, que apuesten por la vida. Y si faltan recursos, que los pongan para salvar vidas. Y si se equivocan, que lo hagan a favor de la vida", sostuvo el líder del PP, que resumió su posición en una frase: "Libertad, igualdad y maternidad: esa es la nueva revolución".
En el discurso de Casado también estuvieron presentes las críticas al independentismo o la defensa de la monarquía. Y, ante las diferencias internas de los últimos tiempos, el líder del PP presumió de tener un partido "unido como una piña y fuerte como una roca". "Estamos preparados para volver a echarnos el país a las espaldas, para rescatar a nuestros compatriotas de la ruina", prometió.
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