Los colectivos LGTBI reclaman mayor formación a la policía y los jueces: "Se han normalizado los discursos de odio, incluso desde la impunidad"

Manifestación del colectivo trans
Manifestación del colectivo trans, en una imagen de archivo.
Federación Plataforma Trans
Manifestación del colectivo trans

Los delitos de odio han aumentado casi todos los años desde que comenzaron a registrarse en 2013. Solo en 2016 y en 2020 (año del confinamiento y el estado de alarma por el coronavirus) disminuyeron respecto al año anterior, según los datos que se recogen en los informes anuales que publica el Ministerio del Interior. Estos datos muestran una "realidad" que "nada tiene que ver" con la denuncia falsa del joven que se inventó que había sido agredido por ocho encapuchados que le grabaron a cuchillo la palabra 'maricón' en un glúteo. El caso, de gran impacto mediático, ha resultado ser mentira. Pero esta semana, sin ir más lejos, se han denunciado otras agresiones homófobas: dos en Valencia y otra Toledo.

Los colectivos LGTBI lamentan que se frivolice con este asunto tras el giro en la investigación de la finalmente falsa agresión de Malasaña. El secretario de organización de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB), Ignacio Paredero, ha asegurado que es "una vergüenza porque desacredita otros muchísimos casos" y opina que esta denuncia falsa "nada tiene que ver con una realidad que los datos acreditan". Y es que de entre los diferentes delitos catalogados como de odio, los cometidos por la orientación sexual e identidad de género de las víctimas son cada vez más frecuentes y más violentos

"En los últimos tiempos estamos observando con preocupación un aumento de todas las agresiones LGTBIfóbicas y una mayor agresividad que denota un comportamiento mucho más violento", alertaba este miércoles el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, antes de que el denunciante de Madrid se derrumbara y confesara que se lo había inventado todo para ocultarle una infidelidad a su pareja. Afirmaciones que mantuvo tras conocerse la nueva versión del denunciante. Un hecho "anecdótico" para el ministro, que sostiene que "los delitos de odio se han incrementado" por lo que pidió no "frivolizar" ni "banalizar" ante lo que considera una "realidad importante".

Razones del aumento de las agresiones

El caso de Malasaña "no quita un ápice, como cualquier otra denuncia falsa en otro ámbito, a la lucha, a la realidad, a las más de 600 denuncias, al odio, a la LGTBIfobia. Indudablemente va a ser aprovechada para intentar desacreditar lo que es una realidad, como ya hemos visto con la violencia machista, que siempre aparece quien pretende decir que todas las denuncias son falsas", lamenta la política e histórica activista trans Carla Antonelli, que considera "terrible y repugnante que alguien utilice dolor y golpes de otrxs, para hacer una denuncia falsa". El colectivo LGTBI denuncia que se da un "caldo de cultivo" alimentado con "discursos de odio" como elementos de fondo que explican el aumento de las agresiones homófobas que muestran las cifras.

El secretario de organización de la FELGTB apunta que los "elementos claros" detrás de este incremento de los delitos contra el colectivo LGTBI son "el aumento de los discursos de odio tanto en las redes sociales como en las instituciones por parte de determinados políticos". Expone Paredero que en la actualidad "se estigmatiza, se intenta vincular la educación sexual con la pederastia, se dice que el orgullo es una caricatura denigrante... cuando señalas a un grupo como privilegiado y peligroso, siempre hay gente que, fuera de sí, pone el foco en a quién dirigir su violencia", abunda.

En la misma línea se pronuncia Antonelli. "Se han normalizado los discursos del odio, incluso desde la impunidad", denuncia; al tiempo que lamenta que "ha prevalecido la libertad de expresión" frente a la incitación al odio. La exdiputada socialista en la Asamblea de Madrid y referente en la lucha por los derechos trans lamenta que "vivimos momentos tendenciosos a la involución", pues se muestra convencida de que "lo que hoy se dice, si hiciéramos un viaje en el tiempo y se dijera hace dos años, estaría calificado como delito de odio".

"Se intenta vincular la educación sexual con la pederastia, se dice que el orgullo es una caricatura denigrante"

La valoración de fondo, prosigue Antonelli, es que en la actualidad se da un "caldo de cultivo perfecto: el descontento social, y eso las fuerzas de ultraderecha lo saben".

La activista tiene claro que para ella "no hay distinción" y tienen la misma responsabilidad en esta escalada de las agresiones homófobas "tanto quien azuza a las masas como quien graba a cuchillo 'maricón' en el culo. Uno señala y otro ejecuta". "Para llegar a las cámaras de gas hubo antes un discurso previo", agrega.

En este sentido, la directora general de Diversidad Sexual y Derechos LGTBI, Boti G. Rodrigo, ha denunciado recientemente que "sin duda estamos pagando las consecuencias del incremento del discurso de odio no solo en redes sociales sino también en instituciones y responsables de partidos políticos".

Más formación para policía y jueces

Paredero reclama asimismo "mayor formación sobre delitos de odio" tanto en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado como en la judicatura. "Les falta formación y muchas veces no ven delitos de odio. El caso de Samuel Luiz es un caso recogido en el protocolo oficial y se cuestionó por parte de la policía que tuviera que investigarse por homofobia", expone.

El delito de odio, afirma el dirigente de la FELGTB, "está concebido para proteger a los grupos vulnerables". Por esta razón, no comparte que recoja también los delitos cometidos contra personas de ideología de ultraderecha y defiende que "hay que revisar el concepto del delito de odio". "No se pueden condenar los delitos de odio si no se condenan los discursos de odio", sentencia.

"Es una reacción por parte de determinadas personas que no soportan los avances en derechos a la diversidad"

A pesar de que España es "pionero en derechos a la diversidad", Paredero considera que el aumento de la LGTBIfobia es "una reacción por parte de personas con determinada ideología que no soportan estos avances".

En cifras

Los últimos datos ofrecidos por el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, arrojan un total de 748 delitos susceptibles de ser calificados como delitos de odio hasta el 31 de julio de 2021. En todo 2020 se registraron 1.401 (año marcado por las restricciones para frenar los contagios de covid-19); en 2019, 1.706; en 2018, 1.598; en 2017, 1.419; y en 2016, 1.272. Ese año es el único que se registra un descenso respecto al ejercicio anterior (además de 2020, año "no comparable" por la pandemia, según el titular de Interior). En 2015 las autoridades sumaron 1.328 delitos de odio; en 2014, 1.285; y en 2013, 1.172.

Según la memoria anual de la Fiscalía General del Estado, publicado este lunes con motivo de la apertura del año judicial, la orientación sexual es el motivo discriminatorio más frecuente, seguido del racismo y la xenofobia, aunque se observa un "sensible" aumento de las motivaciones ideológicas en redes sociales. Según los últimos datos hechos públicos por Interior, los delitos de odio denunciados aumentaron un 9,3% en el primer semestre de este 2021 (hasta los 610) con respecto al mismo periodo de 2019, el ejercicio anterior a la pandemia.

Sin embargo, en 2020, a pesar de los tres meses de confinamiento y las restricciones del estado de alarma, los delitos motivados en concreto por la orientación sexual o la identidad de género se mantuvieron en cifras similares al ejercicio previo (277 en todo 2020 frente a 278 en 2019). Desde que hay registros, los estos delitos han representado entre el 40% (en 2014) y el 12% (en 2015). En el último informe disponible, relativo a 2020, fueron el 19,8% del total de los delitos de odio. En cifras absolutas, en 2013 se registraron 452 delitos de odio por su orientación sexual e identidad de género; en 2014, estos ascendieron a 513; en 2015 bajaron a 169; en 2016 sumaron 230; en 2017; 271; y en 2018, 259, según los datos de Interior.

Además, según un estudio publicado este año por la Oficina Nacional de Lucha contra los Delitos de Odio, la gran mayoría de las víctimas, en torno al 89%, no denuncia. Respecto a este asunto, Carla Antonelli que, si bien el porcentaje que denuncia sigue rondando el 11 o 12 por cierto, actualmente "se denuncia más que antes" porque "la lucha es más visible, igual que ha pasado con la violencia machista". "Igual que llamaban al marido para que fuera a recoger a la mujer al cuartelillo después de que esta le denunciara por violencia machista, en los años 80 las denuncias por delitos contra el colectivo LGTBI no iban a ningún lado", recuerda.

"No hay que tener miedo"

Ante las declaraciones desde la FELGTB que afirmar que "por supuesto hay miedo", el ministro Grande-Marlaska ha defendido que el colectivo LGTBI "no tiene que tener miedo" y ha asegurado que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado "están preparados para dar una respuesta adecuada y proteger a las víctimas".

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, mantiene para este viernes la Comisión de seguimiento del plan de lucha contra los delitos de odio y ha reclamado el "máximo reproche social y político" para este tipo de agresiones. Sánchez pedirá también a los grupos parlamentarios que aceleren la tramitación de la ley para la igualdad de trato y la no discriminación, la conocida como ley Zerolo, mientras que Igualdad se ha comprometido a agilizar el desarrollo del anteproyecto de ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI.  

Por su parte, la ministra de Educación y Formación Profesional, Pilar Alegría, defendió este miércoles en una entrevista en RNE la educación en valores en las aulas para desterrar "hechos repudiables" como el ataque homófobo en el barrio de Malasaña (Madrid), porque educar "no se limita a instruir" sino también a aceptar valores como la tolerancia y la solidaridad.

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