Darias choca con Marlaska, Laya y Uribes por sus reticencias a hacer excepciones en el proceso de vacunación

  • La demora en la decisión sobre la Selección se suma a la tardanza de Sanidad en vacunar a diplomáticos y policías y guardias civiles en Cataluña.
  • Fuera del Gobierno, también colisionó con la Xunta por la vacunación de los marineros de alta mar.
La ministra de Sanidad, Carolina Darias.
La ministra de Sanidad, Carolina Darias.
EP
La ministra de Sanidad, Carolina Darias.

La ministra de Sanidad, Carolina Darias, es 'futbolera', pero esta semana la vacunación de la Selección le ha supuesto un nuevo traspiés, una nueva excepción en la estrategia estatal de vacunación y un nuevo choque con otro miembro del Gobierno, en este caso con el ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes. No es la primera vez. En los últimos meses, sus reticencias a dar luz verde a la vacunación de diplomáticos en países de alto riesgo por Covid o a hacerse cargo de la inmunización de policías nacionales y guardias civiles que estaba siendo retrasada en Cataluña fueron motivo de tiranteces con los ministros de Exteriores, Arancha González Laya, y del Interior, Fernando Grande-Marlaska.

Al margen de la polémica en redes sociales y entre partidos políticos -y entre los socios de la coalición- sobre si era adecuado vacunar a los jóvenes futbolistas de la Selección, Darias acogió el mensaje de que sí había que hacerlo que en todo momento ha defendido el ala socialista del Ejecutivo: "Es una decisión tremendamente importante, necesaria" para que "vaya en las mejores condiciones para jugar en nombre de España", zanjó el miércoles.

Sin embargo, para el resto del Gobierno no es un secreto que tanto ella como los técnicos del Ministerio que dirige se oponen a hacer excepciones al camino trazado para vacunar a toda la población contra la Covid: una vez inmunizadas las personas mayores que viven en residencias, los grandes dependientes y los sanitarios, los pinchazos deben recorrer un camino descendente desde la edad más alta a la más baja.

El lunes pasado, el director del CCAES, Fernando Simón, se mantuvo dentro de la posición del Gobierno a favor de vacunar a la Selección, pero también dejó claro que la única excepción que él defendió claramente fue que entre los primeros en vacunarse estuviera el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y los responsables políticos, en el Gobierno y en las autonomías, de gestionar la pandemia.

Las pocas vías rápidas que se han dado hasta ahora casan mal con esta filosofía, que empeora todavía más otro rasgo que se le atribuye a Darias dentro y fuera de su propio Ministerio: su dificultad para tomar decisiones  y su preferencia por implicar a otras instancias, sean las comunidades autónomas, los expertos de Sanidad o el Instituto de Salud Carlos III, como ocurrió con el debate sobre la segunda dosis de AstraZeneca.

Vacuna y Eurocopa

En este contexto, Darias ha propiciado esta última semana el último desencuentro con otro ministro, el de Cultura y Deporte. El viernes de la semana pasada, Rodríguez Uribes le trasladó la petición de que los jugadores fueran vacunados, con la monodosis de Janssen preferiblemente. En lugar de dar luz verde para que pasaran cuanto más días mejor antes del inicio de la competición, Darias pidió información sobre la edad de los jugadores y si habían pasado el coronavirus.

Su siguiente respuesta el lunes pasado al ministro de Cultura tampoco fue la autorización, sino la confirmación de que el tema sería discutido en la Comisión de Salud Pública, que no tuvo que pronunciarse en el precedente más parecido, ocurrido cuando el Comité Olímpico Español firmó con Darias, Rodríguez Uribes y la ministra de Defensa, Margarita Robles, un acuerdo para vacunar a los deportistas que irán a los Juegos de Tokio.

Cuando en Cultura y Deporte y en el Consejo Superior de Deportes ya daban por supuesto que la Selección se vacunaría, los directores generales de Salud Pública del Ministerio y de las Comunidades consideraron que no era una decisión que les correspondiera tomar y no lo hicieron. Era martes por la noche y, en lugar de firmar la orden correspondiente, Darias volvió a lanzar el balón hacia delante y elevó la cuestión al máximo nivel político con las comunidades, que no entendían qué papel tenían en el asunto. Poco antes de que empezara la reunión, la ministra accedió a decidir vacunar a la Selección y simplemente informó de ello a los consejeros.

Policías  y diplomáticos

No es la primera vez que algo así pasa, y en alguna ocasión anterior las reticencias de Darias a hacer excepciones a la ruta marcada han obligado incluso al presidente del Gobierno a implicarse en aspectos que en principio debían gestionar sus ministros.

Es así como en abril se desbloqueó la decisión de que el Gobierno asumiera la vacunación de los policías nacionales  guardias civiles destacados en Cataluña, ante la flagrante prioridad que el Govern estaba dando a la inmunización de los mossos, a pesar de que todos forman parte del colectivo de trabajadores esenciales y debían ser vacunados en el mismo momento.

La decisión la certificó Darias después de semanas de insistencia por parte de Grande-Marlaska, que llegó a recurrir a instancias más elevadas en el Ejecutivo para terminar con la diferencia de trato que en Cataluña se estaba dando a policías nacionales y guardias civiles con respecto a su policía autonómica.

Más recientemente, en mayo, Darias accedió a hacer otra excepción a la vacunación en función de la edad para permitir que recibieran sus dosis los diplomáticos destacados en países riesgo "extremo" por coronavirus y donde existan dificultades para inmunizar a la población, después de un forcejeo de semanas entre la titular de Sanidad y la de Exteriores, sobre un asunto que volvió a enfrentarla con el cuerpo diplomático y en cuyo transcurso murieron dos secretarios de las embajadas en India y en Ecuador.

En esta ocasión Laya y el sindicato mayoritario de la función pública, CSI-F, acordaron que así fuera, de la misma manera que Marlaska se había comprometido con los sindicatos policiales a arreglar la vacunación de los policías en Cataluña, pero ambos se toparon con Sanidad y con Darias, de la misma forma que esta semana ocurrió también con la Selección y Cultura.

Fuera del Gobierno, Darias también desoyó durante semanas la demanda de la Xunta de Galicia para vacunar a los marineros que pasan meses en alta mar, lo que les impediría acudir a su cita cuando fueran llamados, y conviviendo en barcos donde sería difícil escapar a la propagación del coronavirus si se daba algún caso. Finalmente, a mitad de mayo llegó la luz verde para que recibieran la vacuna monodosis de Janssen.

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