Bárcenas pide un careo con Rajoy, el PP le desacredita y Anticorrupción resta importancia a su confesión

El extesorero del PP Luis Bárcenas (d) sentado en el banquillo
El extesorero del PP Luis Bárcenas (d) sentado en el banquillo
EFE/Juan Carlos Hidalgo
El extesorero del PP Luis Bárcenas (d) sentado en el banquillo
El extesorero del PP Luis Bárcenas (d) sentado en el banquillo.
EFE/Juan Carlos Hidalgo

Ocho años después de que comenzara la investigación sobre los papeles de Luis Bárcenas que probarían la contabilidad b del Partido Popular, este lunes se ha celebrado la primera sesión del juicio en el que la Audiencia Nacional dirimirá si la formación que ahora dirige Pablo Casado pagó la reforma de su sede madrileña de la calle Génova con dinero irregular. Como no podía ser de otra forma, el extesorero, principal acusado en la causa, ha sido el gran protagonista en la primera jornada de un caso que se demorará meses por su dimensión y por la cantidad de testigos que declararán. Su defensa ha golpeado primero pidiendo un careo con el ex presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el abogado que representa al PP, juzgado como responsable civil subsidiario, ha respondido con dureza atacando su credibilidad. Mientras, Anticorrupción ha restado importancia a la confesión que aportó Bárcenas la semana pasada, en la que incriminaba a altos cargos del PP como receptores de sobresueldos y aseguraba que la contabilidad b existió desde 1982.

El extesorero, que se enfrenta a entre 35 y tres años de cárcel, ha llegado a la Audiencia pasadas las 8:15 horas de la mañana de este lunes. Con un semblante serio y mascarilla, se ha sentado en el centro de la sala para escuchar las cuestiones previas, en las que se da voz a todas las partes antes del juicio oral. Se prevé que las declaraciones de los acusados comiencen a mitad de esta semana. Todo ello, si no se suspende o se aplaza la vista, algo que ha pedido, entre otros, el abogado de Cristóbal Páez, sucesor de Bárcenas frente a la tesorería de los populares, también acusado en la causa y que ha intervenido por videoconferencia debido a que está aislado en su casa por padecer Covid

Sin embargo, que Bárcenas no haya hablado no ha sido impedimento para que la primera sesión del juicio, en la que también se enjuicia a responsables de Unifica, la compañía que realizó la reforma, no haya dado titulares. El primero lo ha lanzado Gustavo Galán, el abogado que Bárcenas fichó una vez su mujer, Rosalía Iglesias, entró en prisión, con la idea de tirar de la manta.

"No me gusta generar ningún tipo de circo, pero resultaría ilógico no solicitar una testifical [de Rajoy] y si existiesen contradicciones, un careo", ha defendido en su intervención. Esta petición ha sido reprendida por Jesús Santos, abogado del PP, y cuya estrategia se ha basado este lunes en restar toda la credibilidad posible a Luis Bárcenas. "El careo contribuirá al circo mediático" en el que, para el letrado, puede convertirse el juicio, que se demorará meses con alrededor de 40 sesiones. Después, el defensor del PP también ha pedido que no se cite a testificar al propio Rajoy, al expresidente José María Aznar y a otras personas que ocuparon cargos de poder en la formación. "Lo único que se pretende es el desgaste y el escarnio del adversario político", ha remachado.

Por oponerse a las testificales, se ha negado hasta que pasen por la Audiencia Nacional varios periodistas, entre ellos Ernesto Ekaizer o Eduardo Inda, para probar que existe una cinta en la que Álvaro Lapuerta, precedesor de Bárcenas ya fallecido, reconoce haber entregado sobresueldos a Rajoy. A ellos les quiere citar el abogado de Bárcenas, ya que dicha cinta, ha defendido, se la sustrajeron al extesorero en el estudio de su mujer. Este hecho lo ha relacionado, además, con la operación Kitchen, en la que la Audiencia Nacional juzga si el PP utilizó, cuando gobernaba Rajoy, fondos reservados para espiar a Bárcenas y robarle documentación que pudiera comprometer al partido. Da la casualidad de que en ese caso se produjo un careo similar al que quiere Bárcenas: el exministro Jorge Fernández Díaz se sentó frente a su ex número dos, Francisco Martínez.

La operación Kitchen no es baladí, pues también está relacionada con el caso que ha empezado a juzgarse hoy. Es más, Bárcenas lo utilizó como excusa para presentar, el pasado 2 de febrero, un escrito a la Fiscalía Anticorrupción en la que, además de señalar a Rajoy como destructor de pruebas, reconocía la supuesta existencia de la caja b en el PP desde 1982. Esa confesión la rechazaron los actuales líderes del PP diciendo que había llegado a un pacto con la Fiscalía, un extremo que ha rechazado el Ministerio Público esta mañana. Una vez empezada la vista, ha hecho público un comunicado en el que resta importancia al escrito. "Aporta escasas novedades, ninguna sustancial, tanto respecto de lo que constituye el objeto de acusación de la Fiscalía en el juicio que hoy comienza", reza el comunicado.

Además, la representación fiscal ha coincidido con el abogado del PP en su intención por acotar los hechos que se juzgan. Mientras Santos ha criticado sin pudor a las acusaciones populares, entre las que se encuentra Izquierda Unida y ha pedido librar al PP de delitos electorales y fiscales, la Fiscalía ha defendido que no debe juzgarse el delito fiscal cometido supuestamente por el PP con el impuesto de sociedades de 2008, así como tampoco el posible delito fiscal relacionado con el impuesto de sociedades de 2006 de la empresa Unifica. Sobre Bárcenas, el Ministerio Público tampoco considera que deba ser enjuiciado por apropiación indebida.

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