Desarticulan en Barcelona y Tarragona una organización dedicada al tráfico internacional de marihuana

  • La Guardia Civil ha desmantelado 12 plantaciones interiores y ha detenido a 31 personas de nacionalidad serbia, española, bosnia, británica y croata.
Un agente de la Guardia Civil en una plantación de marihuana del Solsonés (Lleida), en una imagen publicada el 25 de agosto de 2020.
Un agente de la Guardia Civil en una plantación de marihuana del Solsonés (Lleida), en una imagen publicada el 25 de agosto de 2020.
ACN
Un agente de la Guardia Civil en una plantación de marihuana del Solsonés (Lleida), en una imagen publicada el 25 de agosto de 2020.

La Guardia Civil ha desarticulado una organización dedicada al tráfico internacional de marihuana que operaba desde las demarcaciones de Barcelona y Tarragona. Hay 31 detenidos y 5 investigados más. Además, 12 plantaciones interiores han sido desmanteladas, con 12.600 plantas y 190 kilos de marihuana procesada. 

Se han hecho 19 registros en viviendas de Olivella, Canyelles, Sant Pol de Mar, Valls, Pla de Manlleu, Torredembarra, Tortosa, Cabra del Camp y Segur de Calafell. En las entradas, los agentes encontraron también 50.000 euros en efectivo. Se estima que la cantidad de electricidad defraudada es de unos 4.600.000 kw/h.

La investigación empezó en julio de 2019, cuando se produjo un incendio en una vivienda de Olivella. El origen era una instalación eléctrica ilegal que alcanzaba una plantación de marihuana. A partir de aquí, la Guardia Civil descubrió una organización liderada por una mujer serbia y su pareja sentimental, que alquilaban y ocupaban chalés situados en zonas residenciales y aisladas de las demarcaciones de Barcelona y Tarragona. Dirigían el negocio desde Valls.

En el interior de las viviendas instalaban complejas plantaciones de marihuana, con diferentes salas de cultivo destinadas a diferentes estados de crecimiento. Había expertos españoles en el montaje de sistemas eléctricos y refrigeración. Las tareas de vigilancia las hacían ciudadanos serbios que la líder de la banda llevaba hasta España con un sueldo fijo. Periódicamente se hacían rotaciones del personal para no levantar sospechas. La droga se venía procesada y empaquetada al resto de Europa mediante transporte terrestre.

En la operación ha colaborado la policía serbia, puesto que algunos de los detenidos ya tenían órdenes de investigación por parte de la justicia de su país y llevaban documentación falsa de Croacia y Eslovenia. Los detenidos son de nacionalidad serbia, española, bosnia, británica y croata. Se les atribuyen los delitos de tráfico de drogas, pertenencia a organización criminal y defraudación de fluido eléctrico.

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