El PNV gana con claridad en el País Vasco y podrá volver a gobernar con el PSE

Iñigo Urkullu (izda.) celebra la victoria del PNV en las elecciones junto a Andoni Ortuzar (dcha.), presidente del partido.
Iñigo Urkullu (izda.) celebra la victoria del PNV en las elecciones junto a Andoni Ortuzar (dcha.), presidente del partido.
LUIS TEJIDO / EFE
Iñigo Urkullu (izda.) celebra la victoria del PNV en las elecciones junto a Andoni Ortuzar (dcha.), presidente del partido.
Iñigo Urkullu (izda.) celebra la victoria del PNV en las elecciones junto a Andoni Ortuzar (dcha.), presidente del partido. LUIS TEJIDO / EFE

Los vascos han elegido continuidad. El PNV se impuso con claridad este domingo en las elecciones rubricando su duodécima victoria en 12 comicios autonómicos desde la reinstauración de la democracia. El lehendakari, Iñigo Urkullu, podrá seguir gobernando si reedita su pacto de la pasada legislatura con el PSE-EE, algo que parece probable, ya que ambas formaciones –especialmente el PNV– se han mostrado proclives a ello durante la campaña.

El hecho de que la participación fuera la más baja de la serie histórica (solo el 52,8% de los vascos fue a votar) no perjudicó a Urkullu, que obtuvo el 39,1% de los votos y 31 escaños. Son tres más que en las elecciones de 2016, cuando el PNV también fue la fuerza más votada. Y es que los nacionalistas se impusieron en las tres provincias vascas: en Álava obtuvieron el 32,2%, en Guipúzcoa el 36,5% y en Vizcaya el 42,6%. Los socialistas, por su parte, recuperan el tercer puesto que perdieron en 2016 a manos de Elkarrekin Podemos consiguiendo el 13,6% de los votos y 10 diputados. 

No obstante, el crecimiento de la candidatura de Idoia Mendia es muy discreto: apenas un sillón más que en las anteriores elecciones pese al desplome de Podemos, que queda relegada a la cuarta posición con el 8% de los votos y seis escaños. Son poco más de la mitad de los 11 de hace cuatro años, y el batacazo supone un duro golpe para el líder de Podemos, Pablo Iglesias, ya que la candidata morada, Miren Gorrotxategi, fue su apuesta personal contra el criterio de la dirección autonómica de su partido.

El contrapunto al pésimo resultado de Podemos es el crecimiento de EH Bildu, que consigue afianzarse como primer partido de la oposición mejorando sensiblemente sus resultados de hace cuatro años. Si en 2016 la izquierda abertzale consiguió 18 escaños y el 21,2% de los votos, este domingo la candidatura encabezada por Maddalen Iriarte se hizo con el 27,8% de los sufragios y 22 actas. 

Subida de Bildu, caída de PP+Cs

El de EH Bildu es el mejor resultado histórico de la izquierda abertzale en unas elecciones autonómicas, y cimenta buena parte del crecimiento nacionalista en Euskadi en estas elecciones. EH Bildu, incluso, podría sumar mayoría absoluta con PSE-EE y Podemos y gobernar, aunque esta opción parece hoy en día una quimera, ya que los socialistas la han rechazado tajantemente.

Mucho menos exitosa ha sido la coalición PP+Cs, que ha empeorado los resultados que consiguió hace cuatro años el PP en solitario. Este domingo, PP y Cs consiguieron el 6,7% de los votos y seis escaños, tres actas menos de las que obtuvo hace cuatro años el PP en solitario con el 10,1%. Ni siquiera en su feudo de Álava la candidatura liderada por Carlos Iturgaiz tuvo buenas noticias, ya que perdió dos de los cinco diputados de 2016.

Precisamente por Álava es por donde consigue colarse Vox en el Parlamento Vasco con su único escaño. La formación pasa del testimonial 0,07% que obtuvo en 2016 (apenas 771 votos en todo el País Vasco) a tener un 1,96% en la comunidad.

Composición del parlamento vasco tras las elecciones del 12-J.
Composición del parlamento vasco tras las elecciones del 12-J.
Carlos Gámez
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