El PNV apela a su papel de favorito para alejar el fantasma del tripartito de izquierdas

  • Los nacionalistas tienen al alcance de la mano una nueva victoria electoral, y quieren reeditar su coalición con el PSOE.
  • Los socialistas se dejan querer y aspiran a superar a Elkarrekin Podemos y ser primera fuerza de izquierdas no nacionalista.
  • EH Bildu ejerce de líder de la oposición y carga contra PNV y EH Bildu: "Parece que se presentan juntos".
  • Casado se vuelca con la campaña del PP vasco y une su suerte a la del candidato, Carlos Iturgaiz, del ala dura del partido.
El candidato del PNV a la reelección como Lehendakari, Iñigo Urkullu
El candidato del PNV a la reelección como lehendakari, Iñigo Urkullu
PNV
El candidato del PNV a la reelección como Lehendakari, Iñigo Urkullu

Salvo que se produzca una sorpresa enorme, el PNV volverá a ser este domingo la primera fuerza política en unas elecciones vascas. Hasta ahí, pocas sorpresas, ya que es lo que viene ocurriendo desde los primeros comicios autonómicos, en la década de los 80, y las encuestas coinciden en otorgar una posición de claro liderazgo a la candidatura que lidera el lehendakari, Íñigo Urkullu. Pero los nacionalistas vascos no bajan la guardia ante una posibilidad inédita, pero que podría sacarles del Gobierno: un tripartito EH Bildu-PSOE-Elkarrekin Podemos.

Tan pocas dudas hay de que el PNV será el ganador de los comicios que, según los sondeos, podría conseguir incluso mejorar sus resultados de 2016 acercándose al 40% de los votos. No obstante, incluso los mejores pronósticos lo alejan de la mayoría absoluta, y por ello la formación se ha mostrado proclive desde el inicio de la campaña a reeditar su coalición de los últimos cuatro años con el PSOE de Idoia Mendia, que ha ocupado tres consejerías en el último Gobierno Vasco.

Abiertamente lo planteaba hace unos días el número 2 de Urkullu y portavoz del Gobierno, Josu Erkoreka, que se mostraba "convencido de que la valoración" de los cuatro años de Ejecutivo de coalición en el PNV y en el PSOE "es enormemente positiva". Pese a que en las últimas semanas, con la campaña en ciernes, el PNV haya endurecido su discurso y haya criticado la supuesta tentación recentralizadora del Gobierno socialista de Pedro Sánchez, lo cierto es que las relaciones tanto en Madrid como en Euskadi con el PSOE son buenas, y una coalición supondría dar estabilidad al proyecto de los últimos años.

Los socialistas, por su parte, se han dejado querer durante la campaña, aunque han agitado el fantasma de un eventual pacto PNV-EH Bildu que parece bastante lejano a día de hoy. "Lo bueno", señaló su candidata Idoia Mendia hace unos días, de que la pelota de los pactos parezca estar en el tejado del PSOE "es que demuestra que el Partido Socialista es el centro de esta campaña, el partido que aporta sensatez y moderación a la política vasca, y es el cauce central de los acuerdos en este país". Pero "todavía no he escuchado a EH Bildu ni al PNV decir que rechazan una coalición nacionalista", denunció.

"Nosotros tenemos muy claro que queremos hacer políticas de izquierdas, progresistas, en el Gobierno en el que estemos", se puso Mendia como objetivo. Pero los socialistas descartan que ese Ejecutivo sea apoyado por EH Bildu, y mucho menos compartido con ellos. "Lamentablemente, en Euskadi se está todavía muy lejos de que podamos compartir Gobierno con EH Bildu. De todas maneras, EH Bildu ya ha dicho que no va a votar a Idoia Mendia como lehendakari y yo también he dicho que yo no votaría a Maddalen Iriarte como candidata a lehendakari", dejó claro hace unos días.

Podemos pide un pacto que Bildu no ve

Como objetivo secundario, el PSOE también quiere recuperar la hegemonía en la izquierda no nacionalista, que le arrebató Elkarrekin Podemos hace cuatro años. Y precisamente la coalición morada es la que más ha presionado desde el principio por una coalición a tres con EH Bildu y el PSOE que desaloje a Urkullu de Ajuria Enea. De hecho, su candidata, Miren Gorrotxategi, ha prometido "llamar al día siguiente a las elecciones a Idoia Mendia y Maddalen Iriarte para intentar conformar un gobierno de izquierdas".

Gorrotxategi, no obstante, también estará bajo la lupa por otro motivo: lo pronunciado de la caída de Elkarrekin Podemos. En línea con lo que ha ocurrido en el resto de España, las encuestas reflejan un descenso en la intención de voto morada desde 2016, y según los sondeos la coalición será superada por el PSOE. Pero si el descenso es ligero, Gorrotxategi conseguirá salvar los muebles, y de rebote también lo hará el líder de Podemos, Pablo Iglesias, de quien la candidata fue apuesta personal. Tanto, que su inesperada victoria en las primarias hace unos meses obligó a dimitir al hasta entonces líder de Podemos Euskadi, Lander Martínez, uno de los últimos reductos errejonistas del partido.

Por su parte, EH Bildu tampoco ve probable la opción de un tripartito de izquierdas que desaloje al PNV del Gobierno, aunque su candidata, Maddalen Iriarte, ha asegurado que no se cierra a ninguna opción. No obstante, a juicio de la formación abertzale, "parece casi que PSOE y PNV se presentan juntos a estas elecciones", e Iriarte ha señalado la continuidad de la coalición entre ambos como la más probable de las opciones tras los comicios, si dan los números.

El objetivo más realista de EH Bildu es el de consolidarse como líder de la oposición en el País Vasco. Y para ello, Iriarte se ha esforzado en campaña en criticar algunos de los puntos flacos de PNV y PSOE. "El Partido Socialista se ha plegado a los deseos del PNV. No hemos visto ninguna política progresista en ningún ámbito. Por su parte, el PNV ha abandonado todo lo que pueda suponer el derecho a decidir de la ciudadanía o una relación distinta con el Estado español", denunciaba la candidata en una entrevista en Público el pasado viernes.

Casado se vuelca con Iturgaiz

Por el contrario, el objetivo de la coalición PP+Cs en estas elecciones es amortiguar la caída que les pronostican las encuestas, que vaticinan un resultado peor que el que obtuvo el PP en solitario en 2016, ya escaso. El candidato, Carlos Iturgaiz, es un viejo conocido de la política vasca y una apuesta personal de Pablo Casado, que quiso elegir un integrante del ala más dura de su partido para liderar las listas, lo que provocó la abrupta salida de Alfonso Alonso como líder del PP vasco. 

Una severa derrota de Iturgaiz sería también un varapalo para Casado, especialmente si viene acompañada de un buen resultado en Galicia que permita a Alberto Núñez Feijóo (el referente del ala más moderada) mantener su mayoría absoluta. Y de ahí que el líder nacional de los populares se haya volcado en la campaña vasca.

¿Y Vox? La formación ultraderechista ha sido una de las más ruidosas en la campaña a causa de los incidentes que se han producido en algunos de sus mítines, los últimos el pasado jueves en Barakaldo, cuando la Ertzaintza tuvo que intervenir para dispersar una multitud que lanzaba objetos contra el secretario general de Vox, Javier Ortega-Smith. Las encuestas dan pocas opciones a Vox de conseguir representación en el Parlamento Vasco: sus esperanzas pasan por un solitario escaño por Álava.

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