Italia comienza a ver la luz al final del túnel. El país mediterráneo fue el primero en Europa en declarar en estado de alarma por coronavirus, el pasado 9 de marzo, y ha visto como durante varias semanas fallecían muchos de sus ciudadanos, hasta llegar a casi 27.000 personas y contar con cerca de 200.000 contagiados.
El pasado domingo 26 de abril el primer ministro Giuseppe Conte comparecía en rueda prensa tras cosechar los mejores datos desde el inicio de la pandemia. Lo hacía para anunciar como será la ansiada fase dos de la lucha contra el coronavirus. En primer lugar, quiso agradecer el “coraje y sentido de comunidad de los italianos”, durante esta primera etapa de cuarentena. Posteriormente, anunció tres fechas clave que marcarán el futuro del país, 4 y 18 de mayo, y 1 de junio.
Este plan es seguido de cerca por muchos países en el mundo, entre los que se encuentra España, que sin duda se fijará en el modelo italiano para establecer su propio plan de desescalada, aunque ya ha anunciado Pedro Sánchez que será "asimétrico".
Antes de anunciar en que consisten, Conte recordó a sus ciudadanos que la curva puede "volver a crecer" y anunció unas medidas generales. En primer lugar, fijó el precio de las mascarillas en 0,50 euros y su uso será obligatorio en todos los recintos cerrados. Además, estipuló que la distancia de seguridad de un metro y medio se debe cumplir siempre y por último estableció que toda persona con más de 37,5 grados de fiebre deberá permanecer en su domicilio.
4 de mayo: visitas a familiares, funerales y paseos sin límite
La primera gran fecha marcada en el calendario por los italianos es el lunes 4 de mayo. A partir de ese día se permitirán las salidas para visitar a familiares dentro de la misma región, aunque Conte avisa de que “no se permitirán fiestas privadas”. Además, ha indicado que se abrirán parques y jardines para poder practicar deporte individualmente, a dos metros de los demás, y con la novedad de que no habrá límite de distancia sobre tu vivienda, como estaba estipulado hasta la fecha.
Otro aspecto a tener en cuenta es que volverán a permitirse los funerales. De manera controlada, eso sí, pues el aforo máximo establecido será de 15 personas. De esta manera, quieren que los ciudadanos que han perdido a algún familiar o amigo cercano puedan despedirlo como prefieran. Sin embargo, no se permitirán las misas, algo que ha enfadado a la Conferencia Episcopal, que ha trasladado un comunicado al Gobierno italiano pidiendo una adaptación. Conte se pronunció al respecto afirmando: “Comprendo el sufrimiento que esto provoca respecto a la libertad de culto, pero todavía debemos seguir hablando con el comité científico para abrir las ceremonias religiosas".
Por último, las actividades económicas que se reanudarán serán casi todas las industriales y todo el sector de la construcción, así como el comercio mayorista del país. Además, los restaurantes podrán volver a ofrecer servicios de comida para llevar, y no únicamente a domicilio como estaba hasta ahora.
18 de mayo: vuelve la cultura y el pequeño comercio
Si todo sigue como lo previsto y la curva de contagios mantiene su tendencia sin repuntes, a partir del 18 de mayo se ampliarán las medidas. En primer lugar, volverán a poder abrir sus puertas museos, bibliotecas y espacios culturales, algo por lo que ha peleado mucho el ministro de cultura italiano Dario Franceschini.
Por otro lado, los pequeños comercios como tiendas o talleres podrán reabrir también, así como el resto de la industria que se mantenga paralizada.
1 de junio: bares y restaurantes, con protocolos de seguridad
Por último, la fecha que maneja el Gobierno italiano para la reapertura de bares, restaurantes, peluquerías o centros de estética y cuidado personal es el 1 de junio. Para poder hacerlo, deberán seguir un protocolo de seguridad que estipularán desde el ejecutivo, que conllevará una reducción de aforo.
El primer ministro se mostraba cauto al anunciar estas medidas, y estipulaba una norma clara: todas las regiones deberán aportar sus datos a diario, y el comité técnico y científico decidirá junto al ejecutivo si se deben paralizar las medidas. “El Estado podrá intervenir y cerrar el grifo. No podemos permitirnos situaciones fuera de control. Asumimos el riesgo de la reapertura, pero con todas las precauciones”, concluyó Conte.
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