Noruega vuelve a la normalidad tras el éxito de la estrategia nórdica: reabren escuelas, comercios y juzgados

Noruega reabre escuelas y comercios.
Noruega reabre escuelas y comercios.
EFE
Noruega reabre escuelas y comercios.

Noruega reabrió hoy las escuelas, para alumnos de hasta cuarto grado, y algunos pequeños comercios, mientras los juzgados daneses volvieron a la actividad habitual, dentro del plan de estos respectivos países para regresar a la normalidad en medio de la pandemia de coronavirus.

Tras reabrir hace una semana las guarderías, cerradas un mes antes, hoy le tocó el turno en Noruega a las escuelas, con medidas especiales de higiene y restricciones de distancia, al igual que las peluquerías, que se unieron a dentistas, psicólogos, fisioterapeutas, ópticas y podólogos, que funcionan desde hace días. Entre quienes acudieron al peluquero hoy figuran los ministros de Sanidad, Bent Høie, y de Cultura, Abid Raja.

En Dinamarca, que empezó a reabrir escuelas para los alumnos más pequeños y guarderías el pasado día 15, reanudaron hoy su actividad normal los juzgados, días después de que hicieran lo propio algunos negocios como peluquerías y clínicas de fisioterapia y belleza.

Las autoridades danesas exigen, no obstante, que se mantenga una distancia de dos metros en el interior de las salas y un mínimo de cuatro metros cuadrados por persona, y se estudia la posibilidad de alquilar locales más grandes para los casos con muchos acusados y con jurado.

El Gobierno socialdemócrata danés reanudará hoy las negociaciones con el resto de partidos parlamentarios para planear la segunda fase de la reapertura del país, fijada para mediados de mayo.

Ambos países han justificado el inicio de la normalización ante la buena evolución de la epidemia, con descenso continuo del número de ingresos hospitalarios y un índice de contagio por persona infectada inferior a uno, aunque han avisado de nuevas restricciones si la situación empeora.

Las autoridades danesas cerraron temporalmente el fin de semana varias zonas públicas, sobre todo en Copenhague, después de que se llenaran de gente en días anteriores debido al buen tiempo y empezaron a multar a quienes no respetaron la normativa.

El éxito de la estrategia nórdica

Con una estrategia de comunicación basada en la transparencia y la apertura, en la que los expertos juegan un papel destacado, los gobiernos de los países nórdicos han logrado un gran apoyo a su gestión de la pandemia, con escasas críticas y poco recorrido para las noticias falsas

Situados un año más a la cabeza de la clasificación mundial de libertad de prensa publicada esta semana por Reporteros Sin Fronteras (RSF), Noruega, Finlandia, Dinamarca y Suecia han usado su tradicional apertura y sobriedad para comunicar las restricciones que han impulsado según avanzaba la crisis.

Ninguno ha impuesto el confinamiento, aunque sí restricciones a la movilidad y distancia social, sobre todo Dinamarca y Noruega, y todos han tenido éxito en la contención de la epidemia, lo que se ha traducido ya en una reapertura gradual y lenta de la sociedad en estos dos países.

"Hay una gran confianza en los gobiernos, autoridades y medios, lo que facilita gestionar algunas situaciones"

Los sondeos de las últimas semanas revelan un creciente apoyo en los países nórdicos a sus ejecutivos y sus jefes de gobierno."Es una de las principales razones, hay una gran confianza en los gobiernos, autoridades y medios, lo que facilita gestionar algunas situaciones. Esa confianza es la que hace que los daneses hayan sido uno de los mejores siguiendo las recomendaciones", explica a Efe Anders Dybdal, experto en comunicación.

Dinamarca fue uno de los primeros países en cerrar instituciones y fronteras y limitar concentraciones en Europa a mediados de marzo, y el Gobierno de la socialdemócrata Mette Frederiksen ha sido el primero de la Unión Europea (UE) en reabrir guarderías y escuelas.

"Frederiksen lo ha sabido gestionar bien, ha aparecido rodeada por las autoridades sanitarias, enviando un mensaje claro. Y para la reapertura ha sabido incorporar a la oposición a las negociaciones", afirma Dybdal, cofundador del prestigioso laboratorio de ideas Cevea, de orientación de centroizquierda.

Libertad y transparencia

En Finlandia, el Gobierno dirigido por la primera ministra, Sanna Marin, también ha basado su política de comunicación en la transparencia y las recomendaciones de los expertos, con ruedas de prensa casi diarias de la propia Marin, sus ministros o las autoridades sanitarias.

La firmeza del Gobierno a la hora de afrontar la pandemia, declarando el estado de emergencia cuando en Finlandia apenas había 277 casos de coronavirus confirmados y ningún fallecido, hizo que se ganara el favor mayoritario de la población, aunque no han faltado también algunas críticas a su gestión en la prensa.

"No tienen ningún instrumento legal para intentar forzar o silenciar a los medios"

La joven primera ministra recibió los mayores reproches tras publicar un tuit afirmando que "los tiempos de crisis no son el mejor momento para cuestionar la competencia y la capacidad de las autoridades", frase que los medios interpretaron como un intento de silenciar las críticas al Ejecutivo.

Según explica a Efe Jarmo Mäkelä, presidente del capítulo finlandés de RSF, se trató de una frase desafortunada, pero no fue más que una simple opinión personal que no tuvo ninguna consecuencia práctica en la libertad de prensa. "Una de las cosas que hacen únicos a los países nórdicos es que sus gobiernos sencillamente no tienen ningún instrumento legal para intentar forzar o silenciar a los medios, estarían rompiendo la ley sólo con intentarlo", afirma Mäkelä.

El caso sueco

Suecia ha adoptado una línea contra el coronavirus más suave que el resto, siguiendo el criterio de las autoridades sanitarias, con muchas recomendaciones y alguna restricción, pero sin cerrar escuelas, guarderías, bares ni restaurantes, aunque fijando limitaciones a su actividad.

Lejos de las cifras de España, Italia o Francia, Suecia (con algo más de 10 millones de habitantes) supera, no obstante, los 2.000 fallecidos, con un índice de mortalidad que duplica el de Dinamarca y cuatriplica el de Noruega y Finlandia.

"España, Italia y Francia han tomado acciones muy rápidas, y eso crea pánico"

Pero eso no parece haber afectado a la confianza de los suecos en el Gobierno: al contrario, el Partido Socialdemócrata del primer ministro, Stefan Löfven, ha aumentado su apoyo a más del 30 %, varios puntos por encima que anteriores encuestas, según el último sondeo de la televisión pública SVT.

La tradición de autonomía de las agencias públicas explica que en Suecia hayan sido los expertos los que más hayan aparecido en ruedas de prensa, y aunque Löfven ha ido aumentando su presencia, lo ha hecho más "como si fuera un presidente". "España, Italia y Francia han actuado como un esprínter, han tomado acciones muy rápidas, y eso crea pánico. En Suecia aún podemos aumentar las restricciones, existe esa posibilidad. Suecia está siendo como un corredor de maratón", sostiene Paul Ronge, asesor en comunicación especializado en situaciones de crisis.

Noticias falsas

En Suecia ha habido algunas críticas a las autoridades, tanto a su estrategia como a errores puntuales (por ejemplo, la retirada de un informe de la Agencia de Salud sobre la inmunidad de grupo en Estocolmo), pero los mayores reproches han llegado del exterior.

Algunos medios internacionales han ofrecido una imagen de Suecia como un país sin restricciones donde la vida sigue igual, e incluso gobiernos extranjeros han criticado a las autoridades suecas. "Las desinformaciones sobre Suecia se explican quizás porque algunos quieren defender sus propias políticas", afirma Paul Runge.

"Cuando la gente entra en pánico porque todo está cerrado, las noticias falsas predominan, se alimentan de ese pánico" 

Menos recorrido han tenido noticias falsas o manipulaciones en medios sociales, como las acusaciones de la polémica doctora Vibeke Manniche, culpando al Gobierno danés de reacción exagerada, pero cuyos supuestos gráficos sobre la evolución del virus fueron desacreditados enseguida. "Tenemos una población informada y mucha gente activa en redes sociales. La desinformación no se sostiene mucho tiempo antes de que voces respetadas la desautoricen", dice Dybdal.

En el caso de Suecia, Runge apunta a la estrategia del gobierno contra la pandemia para explicar por qué no han florecido esas noticias como en otros países. "Cuando la gente entra en pánico porque todo está cerrado, las noticias falsas predominan, se alimentan de ese pánico", afirma. El Ejecutivo finlandés lanzó recientemente una campaña en la que pide la colaboración ciudadana para difundir información fiable sobre la pandemia en las redes sociales, con el objetivo de contrarrestar las posibles noticias falsas, promover la confianza en las instituciones y fortalecer el sentimiento de pertenencia a la comunidad.

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