Los niños vuelven a las calles 43 días después entre ilusión y 'desacato': "Ha sido como mi primera vez en la calle"

Un domingo de abril soleado y las calles plagadas de familias con sus hijos. Podría ser una estampa sin nada noticioso, pero, obviamente, no lo es. Tras 43 días confinados en sus casas, seis millones de niños menores de 14 años pudieron salir ayer a la calle por primera vez.

"Me ha dado el aire y ha sido como mi primera vez en la calle", decía Kevin, un niño de 12 años que disfrutaba de la mañana primaveral en Madrid sentado en un césped junto a su padre, Rudi. "Ha sido estresante, los niños se ponen un poco de mal humor, se pasa mal", admitía Rudi, que por la tarde volvió a salir con sus otros dos hijos, más pequeños que Kevin: "No puedo con los tres".

La de este domingo fue la primera de las medidas de desconfinamiento que el Gobierno irá poniendo en marcha en esta segunda fase de la pandemia, todas ellas sujetas aún a estrictas restricciones.

Tras 43 días confinados en sus casas, los niños menores de 14 años salen a la calle. (ATLAS)

Los niños pueden salir entre las 9.00h y las 21.00h, ir solo acompañados de un adulto y no pueden juntarse con otros niños, una norma, esta última, particularmente difícil de cumplir en unas calles que ayer se abarrotaron en toda España. En este sentido, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, no descartó hacer "algún ajuste" si fuese necesario para evitar que la situación vaya a peor.

El buen tiempo fue la nota predominante durante la mañana también en la costa mediterránea, donde se vieron imágenes de aglomeraciones en playas de Cataluña y Andalucía, donde muchas se reabrieron para favorecer el paseo con los menores.

En Valencia las grandes avenidas, como las paralelas al antiguo cauce del río Turia, se llenaron de familias que, en algunos casos, no respetaron las pautas a seguir. Por eso, el concejal de Seguridad Ciudadana valenciano, Aarón Cano, anunció ayer que desde hoy sancionarán a los padres que incumplan las normas de salida con los niños.

Patricia charlaba con otra madre mientras su hija de 7 años, Gabriela, jugaba a escasos metros con otra niña de una manera inusual, sin llegar nunca a tocarse entre ellas. "Nos encontramos con mucha gente porque todos somos del barrio, y después de cuarenta días es la novedad. Quieren saludarse y abrazarse, pero sin tocarse", declaraba Patricia, que aseguraba que los niños "tienen un poco de miedo y se acercan a la gente que conocen solo. Están siendo muy responsables".

Muchos niños salieron con juguetes, patinetes o balones, autorizados por el Gobierno con la condición de que se desinfecten al regresar a casa.

Sergio saludaba a un vecino mientras perseguía a su hija de 3 años, Candela, que correteaba pertrechada con una mascarilla que le cubría media cara. "Esto es un desahogo brutal, porque les hacía falta salir a la calle. Estaba muy tensa, si nos cuesta a nosotros estar encerrados a ellos les cuesta horrores", comentaba Sergio, que llevaba en la mano una motocicleta de juguete de su hija. "Todo esto, cuando lleguemos a casa, se higieniza con un spray que hemos hecho con agua y lejía, todo el calzado se queda fuera y la ropa directa a la lavadora".

En el norte, el clima nublado o lluvioso con el que amaneció en muchos puntos retuvo un tanto las ansiadas primeras salidas, como se pudo notar en Oviedo, donde el orvallo, la niebla y los 14 grados de temperatura no animaban mucho al paseo.

A medida que avanzaba la mañana, el deseo por volver a salir de casa de niños y padres se impuso y las calles también se llenaron. "Se quedaron boquiabiertos con las fuentes, como si no las hubiesen visto nunca. Me decían: ‘¡Mira, mamá, una flor!’", relataba una viandante junto a dos de sus hijos, afortunados respecto a su hermana adolescente, que como mayor de 14 años "se tuvo que quedar en casa pese a las ganas que tiene de ver al novio".

Mostrar comentarios

Códigos Descuento