La pandemia de coronavirus destada en todo el planeta desde que brotase a finales del año pasado en China ha impactado sobremanera en la economía mundial: la actividad social y comercial se frena bruscamente para evitar la propagación del contagio, la demanda se contrae, las empresas dejan de poder pagar a sus trabajadores y los organismos públicos se están viendo obligados a salir al rescate de unos ciudadanos sin ingresos y con el agua al cuello.
"Las necesarias medidas de contención en España y en otros muchos países europeos han llevado a una disrupción muy severa de la actividad económica", explica este viernes el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, en una nota emitida este viernes que valora el plan de choque de 750.000 millones anunciado esta semana por el Banco Central Europeo (BCE) para contener los efectos de un brote vírico que deja ya 10.000 fallecidos en el mundo, con más de 240.000 contagiados en 60 países.
Hernández de Cos califica la situación sin atenuantes. Considera que la situación económica actual es una "perturbación sin precedentes", de una "intensidad notable" y, lo que es peor, afirma que no existen aún indicadores que permitan precisar la intensidad de esta perturbación. "En todo caso, el deterioro de la actividad económica al que nos enfrentamos puede ser muy acusado en el corto plazo".
De hecho, el deterioro ya está siendo acusado y repartido en todos los sectores económico del país. El Gobierno decretó anoche el cierre de todos los hoteles del país en el plazo de una semana, todo un varapalo para un sector que aporta más del 10% del PIB a España. También la industria automovilística, que aporta otro tanto de riqueza y empleo al país, está sufriendo un dominó de ERTE y paralización de actividades que afecta a las grandes fábricas repartidas por Valencia (Ford), Vigo (Peugeot), Navarra (Volkswagen), Barcelona (Nissan), Madrid (Iveco), Vitoria (Mercedes) o Valladolid (Renault). Y las pymes y pequeños autónomos, el principal eje vertebrador de la economía en España, se ven agobiados por el cierre decretado de todos los negocios de hostelería del país y de cualquier otro comercio no esencial para las necesidades básicas de la ciudadanía.
El temor del Banco de España, sin embargo, no es tanto el efecto a corto plazo -lo califica de "episodio transitorio"- sino que los organismos públicos sean capaces de dar con la tecla para atajar los efectos del brote.
"La duración de sus efectos depende del éxito de las medidas para reducir los nuevos contagios y, también, de las políticas aplicadas para atenuar el impacto derivado del cese de la actividad de muchas empresas y de las consiguientes pérdidas de empleo".
Ahí radica el quid del problema. El gobierno de Pedro Sánchez anunció el pasado martes un paquete de medidas que movilizaba 200.000 millones de euros y el BCE lo complementó poco después con un generoso grifo de 750.000 millones hasta final de año para comprar tanto deuda privada como deuda soberana de los países de la eurozona, evitando así que se disparen las primas de riesgo de los estados más débiles, como sucedió en la crisis del euro de 2010.
El mercado, de momento, ha recibido de forma positiva estas medidas: las bolsas registraron este jueves ganancias tras la caída catastrófica de los últimos días y este viernes la Bolsa española crece a media mañana un 4,4%. De nuevo, en números verdes. Pero si ese dinero no logra frenar la expansión de la pandemia y la economía sigue paralizada más allá de los 15 días decretados por el Ejecutivo.... Hernández de Cos observa un nubarrón futuro aún más oscuro.
Pide medidas de mayor "ambición"
"Las políticas públicas son cruciales para evitar que lo que es una caída transitoria de actividad y rentas de familias y empresas acabe transformándose en una más persistente", insiste el gobernador del organismo regulador en su nota, en la que agradece que los gobiernos de la UE hayan tomado medidas presupuestarias de apoyo a familias, autónomos y empresas.
Hernández de Cos las califica como "medidas necesarias y adecuadas", pero todavía las ves insuficientes para encarar esta pandemia que ha dejado ya, solo en España, más de 800 fallecidos y más de 17.000 contagiados.
“Es necesaria una respuesta fiscal más ambiciosa y coordinada a escala europea”
"La dimensión de la perturbación hace necesaria una mayor ambición de las políticas fiscales europeas comunes", dice el jefe del Banco de España. Por ejemplo, apunta, actuar fiscalmente sobre los "presupuestos de la UE", también "compartir el riesgo presupuestario de cada país individual" y finalmente, una mayor coordinación de la respuesta a escala europea. "Esto no es una opción; es una necesidad", zanja.
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