Sánchez abre la Mesa de diálogo con Torra instalado en la autodeterminación

  • Echará a andar este mes sin el mediador que pedía Torra. Sánchez dice que quiere presidir la primera sesión.
  • Torra insiste en la autodeterminación y la amnistía; Sánchez, en autogobierno dentro de la Constitución.
Sánchez propone a Torra iniciar en febrero la mesa de diálogo
Sánchez y Torra reunidos este jueves en el Palacio de la Generalitat.
Europa Press
Sánchez propone a Torra iniciar en febrero la mesa de diálogo

El diálogo entre gobiernos sobre la "crisis política" en Cataluña echará a andar este mismo mes de febrero. Aún sin una fecha concreta, la reunión de este jueves en el Palacio de la Generalitat entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el presidente catalán, Quim Torra, ha terminado con el acuerdo para que este mismo mes se constituya la Mesa de diálogo que el PSOE pactó con ERC para la investidura.

Se desconoce quiénes la integrarán pero Sánchez quiere presidir la primera sesión. Sí se sabe que no habrá un mediador, una reivindicación de Torra a la que Sánchez ha cerrado definitivamente el paso este jueves. "El mediador van a ser los 47 millones de españoles, que van a conocer el diálogo franco y diáfano y todas las propuestas y decisiones".

Sin entrar tampoco aún en materia la distancia entre el Gobierno y, al menos, uno de los dos socios del Govern este jueves ha quedado patente. Sánchez ha planteado a Torra toda una batería de ofertas económicas, que el president no cree que deban formar parte de la Mesa. También lo piensa ERC, no invitado a la cita en la Generalitat pero que por la tarde se ha alineado con JxCAT para  excluir estas cuestiones de la Mesa de diálogo.

A diferencia de Sánchez, Torra ha incidido en cuestiones de gran calado político, el derecho a la autodeterminación y la amnistía para los políticos condenados por el 1-O y el reconocmiento de los "exiliados". "Si hacemos una negociación ha de ser para abordar los temas reales de fondo", ha advertido Torra en una comparecencia ante los medios después de la reunión en la que ha dicho desconocer "cuál es la propuesta por parte del Gobierno". No obstante, ha podido hacerse una idea de que Madrid no aceptará sus peticiones, que poco antes Sánchez había considerado muestra de "cuán alejadas están las posiciones". Según ha admitido el propio Torra, el presidente le ha trasladado su apuesta por el "autogobierno dentro de la Constitución", aunque buscando vías políticas para resolver una crisis en Cataluña en la que "la ley por sí sola tampoco basta", ha dicho Sánchez.

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Jornada ambigua

A pesar de las pocas expectativas que el Gobierno se había encargado de sembrar sobre su encuentro con Torra, Sánchez finalmente ha acotado este jueves a febrero el arranque de la Mesa de diálogo sobre la que, al mismo tiempo, ha mostrado una actitud ambivalente en una jornada ya de por sí ambigua, en la que Torra ha preparado a Sánchez un recibimiento propio de una visita de Estado. Ha sido uno de los componentes del pulso soterrado que, entre saludos y buenas formas, se ha vivido en la sede de la Generalitat, con el president actuando como si recibiera a un dirigente extranjero y Moncloa intentando que aquello no se convirtiera en un acto electoral de Torra. Al final, el Gobierno se ha mostrado "satisfecho" con la "normalidad" con la que ha transcurrido todo.

Las formas han sido exquisitas, sin malos gestos como el sainete de las flores amarillas de la cita anterior, la cumbre de Pedralbes. Sánchez ha manifestado su "honor" por estar en la Generalitat y ha agradecido a Torra "el tono y la predisposición a dialogar". Este mensaje, sin embargo, se ha mezclado con la advertencia más o menos velada sobre la legitimidad de su propuesta, no independentista, al recordar que los partidos que forman la coalición que preside tuvieron el 10-N "un respaldo muy amplio en Cataluña, equiparable al actual Govern de la Generalitat".

Sánchez se ha referido a la Mesa de diálogo como "comisión bilateral", obviando que se trata de un órgano nuevo pactado con ERC para buscar una salida "política" a la crisis catalana. Más aún cuando Sánchez y Torra también han acordado que la verdadera, la que contempla el Estatut, también se reunirá este mes.

Reticencias y dificultades

Eso no ha impedido al presidente revestir de solemnidad el inicio de un diálogo que "supera en relevancia a quienes lo hemos iniciado". Incluso ha elevado el tono épico aludiendo a "los sectores que se van a resistir", en Cataluña y en el resto de España, aunque se ha mostrado "seguro" de que "acabarán sumándose a la vía del acuerdo para no quedarse solos".

Sánchez quiere cerrar por medio del diálogo el "balance lamentable" de la última década en Cataluña. Para ello, ha prometido "honestidad y claridad" para el "reencuentro" entre el Gobierno y la Generalitat y ha advertido de que ante "una crisis larvada durante muchos años" como la de Cataluña hará falta "mucha paciencia, determinación y generosidad".

Tampoco Torra ha querido lanzar las campanas al vuelo este jueves, para "n o generar falsas expectativas". Según ha dicho, ahora trasladará el resultado de su reunión "al resto de fuerzas y entidades independentistas".

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