Moreno-Dodson: "La UE tendrá muy difícil reducir emisiones sin África"

Blanca Moreno-Dodson. Directora del Centro por la Integración del Mediterráneo
Blanca Moreno-Dodson. Directora del Centro por la Integración del Mediterráneo
Jorge París
Blanca Moreno-Dodson. Directora del Centro por la Integración del Mediterráneo

Blanca Moreno-Dodson dirige el Centro para la Integración en el Mediterráneo, que desde hace diez años fomenta el diálogo entre el norte y del sur sobre temas de interés general entre los países de la UE, del norte de África y de Oriente Próximo, también sobre el cambio climático. Se trata de una organización del Banco Mundial de la que también forman parte el Banco Europeo de Inversiones, Francia y doce países africanos, que tiene el objetivo general fomentar el entendimiento entre ambas orillas y, en lo concreto, apuesta por la interconexión energética.

«Las energías renovables son regionales. No se puede trazar una frontera y decir este tema es solo de la UE o del sur», dice Moreno-Dodson, que ha pasado por la Cumbre del Clima de Madrid para presentar un análisis del Green Deal de la UE enfocado en África.

¿Cuál es la aportación del Centro para la Integración del Mediterráneo en la COP25?

Presentamos un trabajo conjunto con la Comisión Europea sobre qué significa para los países del sur el paquete de energías limpias que se acaba de aprobar en la UE. Abre oportunidades de colaboración, la UE necesita que los países del sur del Mediterráneo colaboren porque muchas de las energías renovables vienen de allí. También hablamos sobre la resilencia territorial, cómo el cambio climático afecta a unas regiones, pueblos y localidades más que otras. Nos centramos en la zona rural, en cómo revitalizar la agricultura, no solo para evitar el abandono sino para revalorizar los ecosistemas porque los necesitamos para la seguridad alimentaria y proteger el planeta.

¿Qué puede ofrecer el sur del Mediterráneo al norte en la lucha contra el cambio climático?

Muchas cosas, y la UE lo sabe. Por ejemplo, las energías renovables. El viento, el sol, el terreno, la mano de obra. Hay una explosión demográfica en el sur que, si está bien canalizada a través de la formación y la creación de empleos unidos a la economía verde, puede ser una solución. Si no, puede resultar en un problema para el norte, pasamos a la emigración forzada, la tensión entre el Norte y el Sur. Pero los países europeos ya saben el potencial que ofrece el sur y hay políticas de diálogo que no están tan avanzadas como las del Este de Europa, pero en algunos sectores sí está bastante avanzado. En el sector energético, existen ya interconectores con cables submarinos entre España y Marruecos y Túnez e Italia. La idea es conectar mejor los dos lados del Mediterráneo en el tema energético para la producción de electricidad. El norte va a tener que consumir energía libre de carbono y el sur puede ofrecer un mercado mucho más amplio para productos europeos.

"Hay una explosión demográfica en el sur del Mediterráneo que, si está bien canalizada a través de la formación y la creación de empleos unidos a la economía verde, puede ser una solución"

¿El sur del Mediterráneo ya está preparado para proveer de energías limpias a la UE?

Tienen que hacer también sus reformas. El más preparado es Marruecos porque ha invertido mucho en analizar cómo esta transformación energética les afecta en su modelo de crecimiento. Los otros países tienen que hacer todavía bastantes cambios y lo que es interesante es que, de nuevo volvemos a por qué se creó el Centro, es que no tiene sentido hacerlo de manera aislada. Lo mejor sería coordinar sus regulaciones y sus políticas y sobre todo ver cómo se puede adaptar la legislación que ha aprobado la UE. El diálogo entre los dos lados del Mediterráneo es fundamental y el diálogo sur-sur, para poner en marcha las nuevas regulaciones. Por ejemplo, no tiene ningún sentido para Argelia, Túnez o Marruecos diseñar un impuesto al carbono sin consultar a los vecinos.

¿Qué efectos puede tener todo esto en la reducción del la pobreza en África?

Hay que ver esta transición energética y ecológica desde el punto de vista del crecimiento a largo plazo pero en el proceso va a haber ganadores y perdedores. Tenemos que tener medidas sociales que compensen a los perdedores. En los países del norte de África significaría la creación de muchos puesto de trabajo. Habrá otros sectores donde se van a perder, por eso es esencial que pensemos en medidas compensatorias. La UE ha desarrollado las suyas para sus los países, lo mismo tiene que ocurrir a nivel del sur. Los países más avanzados tienen que ayudar a los menos avanzado, no puede ser que les impongamos una velocidad que los desarrollados no han tenido. No es una ayuda caritativa, sino de transferencia tecnológica, de apertura de mercados para poder instalar esos interconectores submarinos e intercambiar ideas para que las organizaciones multilaterales y los banco de inversión puedan ayudar en las infraestructuras que se van a tener que crear. Tendrá que haber inversiones masivas.

El Green Deal de la Comisión Europa contempla acuerdos de asociación climática o sobre energía con el sur del Mediterráneo. ¿Es suficiente?

No, falta mucho mas. No podemos contar solo con la UE para las inversiones pero afortunadamente hay otros inversores. Vamos a necesitar a las multilaterales, como la UE o el BEI pero también a los bancos nacionales e inversores privados.

La UE y sus países destinan del orden de 21.000 millones al año a cooperación con África. ¿Así deberían ser las inversiones?

No creo que se trate de sustituir la cooperación porque no es solo para el cambio climático, también para el desarrollo sectorial, el comercio, la agricultura… Por otra parte, no hay que pensar solo en préstamos, la formación de capacidades en el sur, de capital humano es tan importante como los préstamos que en el norte de África y el Medio Oriente no han dado muy buenos resultados, porque vienen acompañados de reformas que a veces no dan los resultados deseados.

¿La UE puede reducir sus emisiones un 55% en 2030 sin tener en cuenta a África?

No, imposible, va a ser mucho más difícil, sería un gran error por parte de la UE y, de hecho, su estrategia ha tenido en cuenta los mercados que ofrece el sur. El Green Deal tiene en cuenta a la UE, pero estos sectores no se paran en el Mediterráneo, no hay una frontera, sabemos muy bien que el norte necesita al sur no solo por las energías renovables y los recursos humanos, también para expandir los mercados. Mi mensaje es que esa integración energética es necesaria para que tanto los países del norte como del sur puedan cumplir sus objetivos de reducción de emisiones.

"Sería mejor tener un mercado de emisiones donde los que contaminan paguen más. Si ponemos objetivos tan altos podemos decir que la Cumbre no ha tenido éxito, pero hay otros menos ambiciosos que van a dar resultado"

¿Qué balance hace de la Cumbre del Clima de Madrid?

Lo positivo es que por primera vez estamos hablando de escenarios concretos con ganadores y perdedores. En el pasado se hablaba de objetivos pero no se cuantificaron las pérdidas temporales, de trabajadores de sectores contaminantes. Ahora se está hablando de transición justa. También veo que por primera vez las organizaciones multinacionales, inversores inversores privados y bancos de desarrollo están de acuerdo en contribuir a financiar las inversiones nuevas que habrá que hacer y que se habla de solidaridad con las próximas generaciones. Sobre lo que crea dudas, como dijo ayer [por el miércoles] John Kerry, aunque hagamos todo lo que estamos prometiendo no es suficiente porque el cambio climático tiene efectos mucho peores de lo que pensábamos. La aparte negativa es que la gobernanza en temas globales es difícil, sería mejor tener un mercado de emisiones donde los que contaminan paguen más. Si ponemos objetivos tan altos podemos decir que la Cumbre no ha tenido éxito, pero hay otros menos ambiciosos que van a dar resultado. Creo que ha habido muchos avances, aunque no haya una solución global.

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