Todo comenzó el pasado 23 de mayo. El PP sacaba adelante los Presupuestos Generales de 2018 con el apoyo clave del PNV, el mismo partido que este pasado jueves le ha dado la presidencia del Gobierno al socialista Pedro Sánchez.

En solo cuestión de 13 días, el panorama político nacional ha dado un giro de 180 grados, en donde la sentencia del caso Gürtel —que ha condenado por primera vez a un partido, el PP, por corrupción— ha sido determinante y ha acelerado los acontecimientos hasta precipitar la marcha de Rajoy.

Un día después de aprobarse los Presupuestos y tras conocerse la sentencia de Gürtel, el PSOE vislumbró la posibilidad de presentar una moción de censura contra Rajoy, que se materializó 24 horas después, el 25 de mayo, con su registro en el Congreso de los Diputados.

La falta de asunción de responsabilidades por parte de Rajoy y del PP abre el "necesario debate sobre dónde ponemos el listón de la ejemplaridad de los cargos públicos", indicó la portavoz del PSOE en el Congreso, Margarita Robles, tras presentar en la Cámara baja la moción.

Ese mismo viernes, Rajoy recriminaba a Sánchez que el único objetivo de esta moción era que el líder socialista fuera presidente del Gobierno "a cualquier precio y con quien sea, lo demás es igual".

La sesión de control al Gobierno de este pasado miércoles en el Congreso sirvió de preámbulo y primer asalto de la moción contra Rajoy, donde el jefe de Gobierno acusó a Sánchez de usarla como un "atajo" y un "sistema torticero" para llegar a la Moncloa, ya que a través de las urnas es "imposible" que lo consiga.

Ese mismo día, el miedo empezó a apoderarse en el seno del PP. Esos temores quedaron expuestos cuando su portavoz parlamentario, Rafael Hernando, sembró la duda sobre el futuro de los Presupuestos si el PNV apoyaba la moción del PSOE.

"Todo está en juego y nosotros no tenemos ningún interés en que todo esto que hemos aprobado en los Presupuestos decaiga", aseguraba Hernando, quien dejaba la pelota en el tejado de los nacionalistas vascos: "Téndrán que decidir si quiere sacar adelante los Presupuestos o generar inestabilidad en el país y proponer un presidente del Gobierno que no tiene la confianza suficiente, en mi opinión, de la Cámaraa ni de los ciudadanos españoles".

De poco le sirvieron al PP las amenazas, ya que un día más tarde el partido que les apoyó en los Presupuestos acordó respaldar a Sánchez en la moción, eso sí, a cambio de mantener las cuentas aprobadas por el PP.

Este jueves se convirtió en una jornada frenética y maratoniana en el Congreso, en donde la intervención más esperada era la del portavoz del PNV, Aitor Esteban, que confirmó el voto afirmativo de los cinco diputados de su grupo, desterrando la esperanza del PP de seguir en el poder. "Creemos que respondemos a lo que mayoritariamente demanda la sociedad vasca y la responsabilidad votando sí", indicó Esteban.

La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, negó poco después que Rajoy fuese a dimitir, por lo que despejó todas las incógnitas y abrió el camino a Sánchez hacia La Moncloa. "La aritmética parlamentaria actual impediría investir a otro presidente del PP", justificaba, por su parte, Cospedal.

Las caras largas de los diputados populares a su llegada este viernes al hemiciclo del Congreso reflejaban lo que horas más tarde terminaría por cumplirse: una moción de censura acababa con la presidencia de Mariano Rajoy.

En su primera aparición pública tras el cambio de Gobierno, Rajoy ha comparecido ante su Comité Ejecutivo para anunciar que deja el liderazgo del PP: "Es lo mejor para España y para el PP", dice visiblemente emocionado. Dos semanas después, su vida ha dado un vuelco inmenso.