Pepe Domingo Castaño relata la dureza del coronavirus: "Me provocó las lágrimas más agradecidas de mi vida"

Pepe Domingo Castaño, en los estudios de la Cadena COPE.
Pepe Domingo Castaño, en los estudios de la Cadena COPE.
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Pepe Domingo Castaño, en los estudios de la Cadena COPE.

Pepe Domingo Castaño es una de las caras conocidas del deporte español que ha sufrido la dureza del coronavirus en sus propias carnes. El popular locutor de la Cope vivió un infierno como consecuencia de la enfermedad, aunque reconoce que este proceso le ha dejado "las lágrimas más agradecidas de mi vida", afirmó en una entrevista a Efe.

El gallego explica que, más allá de las dolencias físicas, lo pasó mal por no poder ir a la radio a hacer el programa, ya que se negó a que le instalaran el equipo en su casa.

Es por ello que su intervención por teléfono le dejó uno "de los momentos mágicos de toda esta tragedia" porque "se me rompieron el alma y la garganta al sentir el cariño de todo el equipo de "Tiempo de Juego", con Paco a la cabeza, y mientras escuchaba las llamadas de los oyentes, que provocaron las lágrimas más agradecidas de mi vida".

Ahora, por suerte, "ya estoy en plenitud de casi todo. Ya he vuelto a hacer mis ejercicios diarios, mis cuarenta y cinco minutos de cinta de andar, mis paseos... Sólo he tenido problemas más largos con mi garganta, que es donde el bicho se ha cebado más, pero poco a poco he ido recuperando mi tono de voz y este último domingo, el pasado, ya me he sentido casi como siempre en mi regreso a la radio. Hubo momento en los que creí que había perdido el instrumento con el que más trabajo, que es mi garganta, y mi voz", explica.

Al revivir el calvario, recuerda que el virus le machacó "bastantes días, pero los más duros fueron cinco en los que todo se recrudeció. No comía, no tenía apetito, las noches eran un martirio por las pesadillas que me rompían el poco sueño que lograba conciliar. Es una sensación extraña la que sientes, como si tu cuerpo no te perteneciese, como si se te estuviese yendo la vida. Luego, todo se complicó aún más con una diarrea muy gorda y unos dolores de cabeza tremendos, además del agotamiento total. De verdad, lo pasé muy mal, pero lo importante de todo es que al final logré cantar victoria".

El inseparable compañero de Paco González explicó que sufrió agotamiento, dolores de cabeza tremendos y pesadillas: "Te quedas totalmente sin fuerzas. No puedes andar ni unos metros porque te ahogas. Lo de pelar una manzana es un suplicio, porque no eres tú. Es como si te hubieras transformado en otra persona. Todo se compensa cuando recuperas el resuello, abres la nevera y te sirves tu primera cerveza en la terraza con unas aceitunas".

Pepe Domingo agradeció el apoyo de su pareja porque "ella me cuidó a mí cuando no era dueño de mi cuerpo y yo la cuidé a ella cuando pasó por lo mismo que pasé yo. A veces pienso qué sería de mí si ella no estuviese a mi lado en este y en otros momentos de mi vida en los que todo se viene abajo y crees que todo se acaba. ¡Qué suerte tuve de encontrarla!".

Además, confesó que "pasamos su cumple en plena pandemia y le regalé un centro de flores y un poema que termina diciendo: "Te busco en mi viejo calendario. Y ahí estás tú, oxígeno viviente. Un año más querida. Un año más eterna. Y siento que hasta el bicho se atreve a compartir tu cumpleaños firmando el negativo en su cuaderno".

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