Invertir en oro: un activo popular durante periodos volátiles

Actualizado: 23/01/2024

El oro es uno de los activos de inversión más antiguos del mundo. Desde hace miles de años este metal precioso ha sido, además de un símbolo de poder y divinidad, objeto de deseo de cualquier persona que quisiese acrecentar sus ahorros y hacer fortuna. Asimismo, durante muchos siglos fue utilizado como método de pago, por lo que formó parte indispensable del sistema monetario. Un valor que ha pervivido hasta nuestros días, aunque sus usos hayan cambio.

En la actualidad el oro está desligado del sistema monetario, pero sigue siendo un símbolo de riqueza y poder. Y, por encima de todo, es un activo de inversión muy interesante por la relativa estabilidad de su valor y el crecimiento constante, aunque paulatino, de su precio. De hecho, en los últimos cinco años su cotización ha crecido un 36%, lo que habla de su capacidad para generar rendimientos.

Sin embargo, el usuario interesado en el oro debe tener en cuenta que este metal precioso suele funcionar bien como inversión a largo plazo, porque, a pesar de que su valor se muestra estable al analizar las gráficas interanuales, experimenta fluctuaciones que pueden hacer caer su precio a corto plazo.

A continuación te explicamos las principales ventajas y desventajas de invertir en este metal precioso, dónde comprar oro, las distintas formas de invertir en él o cómo tributan sus ganancias, entre otros aspectos.

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¿Cómo invertir en oro?

Existen diversas formas de invertir en oro. La más tradicional consiste en comprar lingotes o monedas fabricadas con este metal precioso y acumularlos hasta que el inversor considere que su precio ha crecido lo suficiente como para obtener un buen margen de beneficios con su venta.

Con esta fórmula, el usuario consigue la posesión física del activo, lo que ofrece muchas garantías para la inversión, pero acarrea algunos inconvenientes importantes, como la necesidad de encontrar un lugar seguro para almacenarlo o el pago de comisiones de compraventa tanto al adquirirlo como al traspasarlo, entre otros.

Por otra parte, se puede invertir en oro mediante instrumentos financieros como los ETF o las acciones. En estos casos el usuario no adquiere el metal precioso, sino que compra participaciones de activos que especulan con la evolución de su valor o títulos de empresas que trabajan con él como materia prima a través de intermediarios conocidos como brókeres, plataformas digitales en los que también se pueden guardar.

Una de las principales ventajas de invertir en oro a través de instrumentos financieros es que el usuario no tiene que preocuparse por encontrar un lugar seguro donde almacenar los lingotes o las monedas. Además, algunos intermediarios de estos activos no cobran determinadas comisiones de compraventa. Sin embargo, este tipo de productos suelen ser más arriesgados que la adquisición física del metal precioso.

¿Cómo comprar lingotes de oro?

Existen diversos lugares donde comprar oro físico, tanto en lingotes como en monedas. En primer lugar, algunas joyerías ponen a disposición de sus clientes este tipo de productos en sus establecimientos, artículos que se pueden adquirir de la misma forma que cualquier alhaja.

Además de las joyerías, también existen establecimientos específicamente dedicados a la compra y venta de lingotes y monedas de oro con fines de inversión, unos negocios que se pueden encontrar en casi cualquier ciudad grande de España.

Por último, y como no podía ser de otra manera en estos días, también existen diversos comercios electrónicos especializados en metales preciosos que ponen a la venta monedas y lingotes de oro a través de internet y los envían al domicilio del comprador mediante una agencia de transportes. En este caso, al ser una mercancía especialmente valiosa, es habitual que estos paquetes estén asegurados por una cantidad máxima de dinero y gocen de algunas medida de seguridad adicionales, como la localización GPS, además de ser entregados siempre bajo firma.

En cualquiera de los tres casos, el interesado en comprar lingotes de oro o monedas de oro deberá asegurarse de que el comercio en el que va a adquirir el activo está certificado como distribuidor oficial por alguna ceca, un documento que garantiza que ese establecimiento cumple con los estándares de peso y calidad del metal precioso que oferta.

¿Cómo invertir en oro mediante productos financieros?

Por otra parte, las personas interesadas en invertir en oro también pueden hacerlo mediante instrumentos financieros como los ETF. En este caso, la compra de los activos se realiza mediante intermediarios de productos de inversión conocidos como brókeres, que son las plataformas en las que se pueden adquirir títulos de cualquier empresa, criptomonedas o pares de divisas, entre otros.

Las personas interesadas en invertir en oro mediante acciones deberán hacerlo a través de empresas que basen su negocio en este metal precioso, por ejemplo, en minas o en el comercio de esta materia prima. Los inversores pueden comprar títulos de estas compañías y, así, conseguir beneficios tanto del reparto de dividendos de la organización como con las especulación de la evolución del precio de las participaciones, es decir, venderlas por un precio superior al que fueron adquiridas.

No obstante, en este caso el valor de las acciones de la empresa puede seguir una evolución diferente a la del precio del oro, puesto que, a pesar de que base su negocio en el metal precioso, en la cotización de los títulos influyen muchos factores que no sólo tienen que ver con el producto de la compañía. Por lo tanto, si el usuario está buscando un instrumento financiero que siga fielmente las fluctuaciones de oro, tal vez deba optar por otras opciones.

Otro producto de inversión por el que pueden apostar los interesados en el oro son los ETF, siglas en inglés de fondos de inversión cotizados. Con este instrumento el usuario adquiere participaciones en un fondo en el que toman parte otros inversores y que administra una sociedad gestora, que es la encargada de investigar activos interesantes, comprarlos y venderlos con el objetivo de generar beneficios para las personas que intervienen en el ETF.

Los ETF suelen estar formados por diferentes activos, como las acciones, los futuros o los bonos, con el objetivo de diversificar la inversión y tener más posibilidades de obtener rentabilidad para sus participantes aunque algunos de esos instrumentos pierdan valor. Los fondos de inversión cotizados normalmente se especializan en un sector o en un área geográfica, de tal manera que adquieren títulos de empresas, opciones, futuros o bonos de esos ámbitos, y algo parecido ocurre en el caso del oro.

Así, los ETF en oro pueden estar respaldados por oro físico, futuros del metal precioso o acciones de compañías que basan su negocio en dicha materia prima. Esto hace que la evolución de su cotización pueda ser más cercana a la del precio real del oro que al invertir solamente en títulos de empresas, pero tampoco será un fiel reflejo de ese valor.

Ventajas y desventajas de invertir en oro

Ventajas

Estabilidad: el oro es un bien de inversión que suele mantener su precio y lo va incrementando de forma moderada pero constante a largo plazo. Esta estabilidad se da incluso en momentos de desequilibrios económicos, políticos o sociales y situaciones de inflación, por lo que es una buena opción para que el dinero propio no pierda valor.

Activo popular: el oro sigue siendo un metal precioso muy apreciado en todo el mundo, lo que facilita mucho su venta, de tal manera que su propietario puede convertirlo en dinero en efectivo de una forma mucho más sencilla y rápida que otros productos de inversión.

Diversas opciones de inversión: como hemos visto, el usuario puede comprar oro físico en lingotes y monedas o invertir en instrumentos financieros relacionados con el metal precioso.

Una opción para diversificar: además de ser un activo estable, el valor del oro suele evolucionar de forma inversa al del mercado bursátil o el monetario, por lo que es una gran opción para diversificar y proteger la cartera del inversor ante posibles caídas de otros instrumentos financieros.

Materia prima de productos: el oro no es sólo un metal precioso con el que se especula, también es una materia prima para varias de las industrias más potentes del mundo, como la tecnológica o la joyera. Esto implica que, más allá de que se trate de un bien codiciado por inversores, también es un material que se necesita constantemente para fabricar bienes, lo que ayuda a que su precio se estabilice aún más.

Desventajas

Tarda en generar beneficios: la estabilidad del oro hace que su valor no experimente grandes fluctuaciones, lo que protege a sus propietarios de pérdidas significativas pero, al mismo tiempo, les priva de poder obtener buenas ganancias en poco tiempo.

Peligro de crear una burbuja: al ser considerado un activo estable, muchos inversores recurren a él cuando comienzan a adivinarse turbulencias en el horizonte económico, lo que puede hacer que su precio se infle de forma temporal para, una vez pasado ese periodo de intranquilidad, volver a un valor similar al que tenía previamente. Si el usuario compra el metal precioso en el pico de esa inflación, puede tardar un buen tiempo en recuperar lo que pagó, y mucho más en obtener beneficios. Y, si necesita vender pronto, incluso tener pérdidas.

Almacenamiento y seguridad: en el caso de los inversores que decidan apostar por el oro físico, será necesario buscar un lugar para almacenarlo con todas las garantías y, en caso de volúmenes importantes, también es posible que sea preciso contratar un seguro para protegerlo de robos y deterioros.

Instrumentos de riesgo: en el caso de los inversores que no deseen invertir en oro físico, sino a través de instrumentos financieros, el problema es otro, ya que, por la naturaleza de estos activos, la estabilidad de operar con este metal precioso disminuye y el riesgo aumenta. Con las acciones y los ETF el peligro de incurrir en pérdidas es elevado.

¿Es mejor comprar oro físico o invertir mediante instrumentos financieros?

Como hemos visto, existen dos formas muy diferenciadas de invertir en oro, cada una con sus propias ventajas y desventajas. La conveniencia de optar por una u otra dependerá de las circunstancias personales de cada inversor, aunque en términos generales a buena parte de los usuarios les será más ventajoso optar por operar con este metal precioso a través de instrumentos financieros.

Y es que, a pesar de que el oro físico da mayor seguridad a la inversión, puesto que el usuario tiene en su poder el metal, su almacenamiento conlleva algunos inconvenientes, en especial si se trata de una cantidad importante. Este bien, qué duda cabe, es extremadamente valioso incluso en cuantías pequeñas, puesto que pocos kilos pueden llegar a valer cientos de miles de euros, lo que lo convierte en una pertenencia muy tentadora para los ladrones. Si se posee oro por un valor muy elevado, será muy recomendable conseguir un espacio de almacenamiento seguro en casa (por ejemplo, comprar una caja fuerte) o contratar los servicios de un banco o una empresa especializada en custodiar bienes de este tipo. En cualquiera de los casos, se añaden costes adicionales que restan beneficios a la operación.

Con los instrumentos financieros, en cambio, el usuario no tendrá que almacenar el metal precioso en ninguna parte y los títulos o contratos que adquiera estarán custodiados en la misma plataforma en los que los ha adquirido, es decir, en un bróker, quienes disponen de medidas de ciberseguridad propias para proteger los activos de sus usuarios sin costes adicionales. De esta forma, invertir en oro a través de estos productos es mucho más sencillo desde el punto de vista operativo.

Eso sí, hay que tener en cuenta que invertir en oro mediante instrumentos financieros como las acciones aumenta el riesgo de operar con el metal precioso y le resta estabilidad, puesto que ya no sólo entran en juego las propias características de la materia prima, sino también las del producto de inversión, como la marcha de la compañía a la que pertenecen los títulos o los sentimientos del mercado hacia ese activo.

Por esto, es aconsejable que quienes quieran invertir en oro mediante instrumentos financieros se informen bien del funcionamiento de estos activos y operen con ellos sólo si entienden bien sus peligros. 

En definitiva, invertir en oro físico puede ser interesante para personas que no vayan a mover sumas muy elevadas o que ya dispongan en casa de un buen sistema de seguridad, como una caja fuerte o alarmas, de tal manera que la posesión del metal precioso no vaya a suponer costes adicionales. Para quienes no cumplan con estos requisitos, es probable que apostar por instrumentos financieros sea mejor opción.

Invertir en oro: cómo tributa

La inversión en oro tiene un régimen fiscal muy particular que la diferencia de otros activos. Para empezar, aquellas personas que adquieran lingotes o monedas de este metal precioso con fines puramente de inversión no tendrán que pagar IVA (Impuesto sobre el Valor Añadido) porque la normativa de la Unión Europea los exime de impuestos siempre que cumplan con una serie de requisitos.

De acuerdo con las citadas leyes europeas, se considera oro de inversión a todos aquellos lingotes con una pureza igual o superior a las 995 milésimas y a todas aquellas monedas con una pureza superior a las 900 milésimas que hayan sido acuñadas después de 1800, que hayan sido de curso legal y sean comercializadas por un 80% del valor de mercado del oro que contienen. Los bienes que cumplan con estos requisitos están exentos de impuestos de compraventa. Los que no, en cambio, no se considerarán oro de inversión, sino materia prima para las diversas industrias que trabajan con este metal precioso, y sí estarán sometidos a un IVA del 21%.

La ausencia de impuestos de compraventa no significa, sin embargo, que invertir en oro esté completamente libre de tributos. Como ocurre con cualquier otro bien de inversión, si el usuario ha conseguido beneficios con su venta tendrá que reflejarlo en su Declaración de la Renta del año en el que se haya producido la transacción. Estos rendimientos se consideran ganancias patrimoniales y están gravados de la siguiente manera:

  • Con beneficios de 0 a 6.000 euros anuales, deberán tributar un 19% de lo ganado
  • Con beneficios de 6.000,01 hasta 50.000 euros anuales, tendrán que tributar un 21% de lo ganado
  • Con beneficios de entre 50.000,01 y 200.000 euros anuales, deberán tributar el 23% de lo ganado
  • Con beneficios de más de 200.000 euros tendrán que tributar el 26% de lo ganado

En el caso de que el inversor mantenga el oro físico en posesión, sin realizar ningún movimiento de compraventa, no tendrá que declararlo ni pagar impuestos por él.

Todo lo anterior hace referencia a las transacciones con oro físico. En lo que se refiere a la inversión en este metal precioso a través de instrumentos financieros, los usuarios también tendrán que tributar en función de los beneficios que obtengan con ellos en la Declaración de la Renta siguiendo los porcentajes especificados en la tabla de arriba.

Invertir en oro, ¿sí o no?

Como ocurre con cualquier tipo de inversión, apostar por el oro para hacer crecer tu dinero es una opción muy personal que debes evaluar detenidamente prestando atención a tus circunstancias personales y financieras y al contexto económico, político y social en el que desarrolles tu vida.

El oro, en especial cuando se trata del físico, suele ser una buena inversión a largo plazo. Su precio fluctúa a corto plazo como cualquier otro bien de inversión, y es con el paso del tiempo cuando esas subidas y bajadas se compensan y hacen que su precio se estabilice y crezca de forma modera pero continúa. Los usuarios que deseen obtener ganancias en poco tiempo pueden hacerlo con este metal precioso, pero como sus subidas no suelen ser muy acusadas, los beneficios no serán significativos.

Por otra parte, hay que tener en cuenta el contexto económico, político y social del usuario. Al tratarse de un activo considerado estable y relativamente seguro, muchas personas recurren a él como inversión fiable en tiempos de inestabilidad. Esto hace que su precio crezca en esos momentos ante la mayor demanda, por lo que operar con este metal precioso cuando esto ocurre, salvo que se haga muy pronto, no suele ser una buena idea a corto plazo, ya que cuando el periodo de agitación pase su valor, con toda seguridad, caerá por debajo del de compra.

Así pues, es precisamente cuando hay tranquilidad en los mercados cuando conviene invertir en oro, pues en esos momentos su valor probablemente sea más bajo que cuando la inestabilidad lance a muchos usuarios a comprar este metal precioso en busca de seguridad.

También hay que tener en cuenta la percepción que los inversores tienen del oro. Se trata de un bien muy apreciado desde hace muchos siglos que mantiene intacta esa alta consideración, lo que suma estabilidad a este metal precioso como bien de inversión y hace que se pueda intercambiar por dinero líquido con mucha mayor facilidad que otros instrumentos financieros.

En definitiva, invertir en oro es una buena opción para aquellos usuarios que estén buscando operar a largo plazo con un activo estable y de crecimiento relativamente lento pero constante. Y será particularmente buena alternativa si, además, el contexto económico estable acompaña, pues es cuando sus precios suelen estar más bajos. No es mala elección tampoco en momentos de inestabilidad para que el dinero propio no pierda valor, pero quienes inviertan en él en estas circunstancias deben concienciarse de que tardarán un tiempo en conseguir beneficios.

También es recomendable para aquellos usuarios que quieran diversificar su cartera de inversión, puesto que su valor suele evolucionar de forma inversa al de los instrumentos financieros más comunes, como las acciones o los ETF, por lo que es un gran respaldo.

Metodología: cómo establecemos cuáles son los mejores brokers de materias primas

Para establecer cuáles son los mejores brokers de materias primas tenemos que tener en cuenta cuál es el interés general de los consumidores, para ello nos preguntamos qué pueden estar buscando en un bróker y qué características son las más determinantes para diferenciarlos. Tras reunir todos los datos y mediante un exhaustivo análisis hemos ponderado los criterios para ofrecer un listado que ayude al lector a encontrar un producto que le interese y que se adapte a sus necesidades y preferencias.

Los brokers de materias primas analizados para hacer esta clasificación corresponden a diferentes entidades financieras que ofrecen productos de calidad con unas características destacadas y unas comisiones ajustadas o nulas.
Con el fin de explicar la clasificación vamos a desgranar los parámetros que diferencian unos brokers de otros:

– Instrumentos ofrecidos (30%): indica el número de instrumentos o activos en los que se puede invertir, esto aporta variedad y posibilidad de diversificación.

– Depósito mínimo (30%): es la cantidad de dinero que se necesita para operar, hace referencia al importe que se debe ingresar en la cuenta para poder operar.

– Características adicionales (40%):

  •  Comisiones por operar
  • App móvil
  • Regulación
  • Ventajas específicas

Con todo esto creamos una lista donde el consumidor puede encontrar los productos ordenados según su utilidad, siempre basándonos en nuestros propios criterios. No se debe olvidar que las necesidades son personales y pueden variar según el lector, por ello se recomienda estudiar bien las ofertas antes de decidirse por una específica.