Cómo comprar acciones: primeros pasos y los mejores brókeres para hacerlo

Actualizado: 23/01/2024

Las acciones son uno de los productos de inversión más populares del mundo. Esa relevancia tiene que ver con varios factores, como su dilatada trayectoria como instrumento financiero, su profunda implantación en el día a día económico de cualquier país o los beneficios que ofrecen, aspectos que han contribuido a que casi cualquier persona haya oído hablar de ellas.

Al estar tan difundidas en nuestras sociedades, es probable que sean el primer instrumento en el que cualquier persona interesada en invertir piense para mover sus ahorros. Y es aquí donde se encuentra con la paradoja: ha escuchado hablar de ellas hasta la saciedad, pero lo cierto es que no conoce el funcionamiento del mercado bursátil ni sabe cómo comprar acciones.

Es normal, ya que, aunque estén profundamente implantadas en nuestra cotidianeidad, las acciones no dejan de ser instrumentos de inversión complejos cuyo funcionamiento requiere de ciertos conocimientos financieros para ser comprendido. En el presente artículo profundizaremos en algunos de esos conocimientos: dónde y cómo comprar acciones, qué aspectos tener en cuenta para conseguir títulos con buenas perspectivas de rentabilidad o las distintas formas de ganar dinero con ellos, entre otros.

Los mejores brókeres para invertir en acciones

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Invertir implica riesgos. Acciones: Riesgo 6/6/. Este número es indicativo del riesgo del producto, siendo 1/6 indicativo del menor riesgo y 6/6 del mayor riesgo

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Las inversiones en valores y otros instrumentos financieros siempre están asociadas con el riesgo de pérdida de capital

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BaFIN

Invertir en la bolsa conlleva riesgos: el valor de las inversiones puede subir o bajar y es posible que recibas menos de lo que invertiste originalmente.

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eToro es una plataforma de inversión formada por múltiples activos. El valor de tus acciones puede subir o bajar. Tu capital está en riesgo. 

DEGIRO

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Depósito mínsin depósito mínimo
Instrumentos ofrecidos+ 1000
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 2 - 4 días laborables

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Regulado y registrado por

BaFin, AFM, CNMV

Invertir conlleva riesgos de perder su dinero.

Cómo empezar a invertir en acciones

Para empezar a invertir en acciones lo primero que se debe hacer es abrir una cuenta en un bróker. Estas plataformas son intermediarias de productos financieros y facilitan el acceso a los particulares a títulos de diversas empresas, por lo que son indispensables para comenzar a operar en el mercado bursátil.

La elección del bróker con el que se va a trabajar es muy importante, puesto en función de los mercados con las que éste trabaje, el usuario tendrá acceso a unas acciones u otras. En el mundo existen en la actualidad unas 70 bolsas de valores, y estas plataformas no suelen tener acceso a todas ellas, sino que se especializan en regiones o se concentran en trabajar con las principales del mundo. Por ejemplo, hay brókeres que ofrecen títulos de empresas estadounidenses y europeas, pero no asiáticas. Por eso, si el inversor está interesado en participaciones de compañías de mercados muy concretos, debe prestar especial atención a este detalle al escoger.

En términos generales, a los inversores principiantes les interesará tener una cuenta en un bróker que dé acceso a las principales bolsas de valores del mundo, es decir, las norteamericanas, las europeas y de Asia Oriental (fundamentalmente, de Japón, Corea del Sur, Hong Kong y China). Ya que en estos mercados cotizan las empresas más grandes del mundo, tales como Amazon, Apple, Tesla, Microsoft, Telefónica, Roche, Nestle, Toyota, Sony, Samsung o Hyundai.

Si el usuario tiene poca experiencia en los mercados de inversión, a la hora de elegir un bróker también es interesante que escoja uno con la posibilidad de abrir una cuenta demo. Con ella, el inversor accede a una versión de prueba con dinero virtual con el que puede realizar operaciones ficticias para ir adquiriendo experiencia sin poner en riesgo ni un euro y, así, empezar a familiarizarse con la interfaz de la plataforma, sus herramientas y las dinámicas del mercado bursátil.

Otra consideración que se debe tener presente al elegir un bróker es que éste opere en euros o, al menos, no cobre comisiones por cambio de divisa, ya que algunos sólo funcionan con otras monedas y las tarifas de conversión restarán rentabilidad a la inversión.

Para empezar a invertir en acciones también es importante disponer del capital suficiente para hacerlo. Si se quieren obtener buenos beneficios, lo recomendable es contar con al menos 5.000 euros, aunque se puede empezar con cifras mucho más bajas. De hecho, hay brókeres que permiten comprar fracciones de los títulos desde un solo euro, por lo que, en estos casos, no es necesario contar con un gran capital para iniciarse en el mercado bursátil.

Una vez se ha abierto una cuenta en un bróker y éste ha confirmado la identidad del usuario, el siguiente paso es ingresar fondos en el perfil del inversor. A continuación debe dirigirse a la ventana o pantalla en la que aparecen los activos disponibles de la plataforma y buscar las acciones, que en general se clasifican según su valor y se segmentan por su sector o el mercado en el que cotizan. Después de elegir el título que se desea adquirir, sólo restará mandar una orden de compra y, una vez sea ejecutada por el intermediario, el producto financiero se guardará en la cartera del cliente.

Por último, una vez se tiene la propiedad de las acciones, no es mala idea definir una estrategia de venta para que, cuando lleguen determinadas situaciones, el usuario tome decisiones basadas en datos y no se deje arrastrar por la pasión del momento. En este sentido, resulta muy útil fijar precios mínimos y máximos de traspaso de los títulos, de tal manera que se definan los umbrales de pérdidas y beneficios que el inversor considera aceptables. Esto sirve para que, en el caso de que las cosas vayan mal, se deshaga a tiempo de los activos en lugar de seguir esperando por si se recuperan para acabar incurriendo en cuantiosas pérdidas. Y en el caso de que marchen bien, para asegurarse unos buenos beneficios en lugar de aguardar a que sigan subiendo y que el valor descienda antes de que haya vendido.

¿Dónde comprar acciones?

Como hemos mencionado anteriormente, las acciones se compran a través de los brókeres, que son plataformas digitales con versión web y app móvil desde las que se pueden enviar órdenes de adquisición y de venta, consultar gráficas de los productos en los que el usuario esté interesado, buscar información financiera relevante, configurar distintas órdenes automáticas y establecer notificaciones y alertas ante determinados eventos, como la subida del precio de los títulos en cartera por encima de un valor determinado.

En el mercado existen varios brókeres que permiten a sus usuarios comprar y vender acciones, aunque cada uno de ellos tiene características propias que los diferencian entre sí. Por eso, a la hora de escoger la plataforma con la que se va a operar hay que tener en cuenta lo que ofrece cada una para optar por la que más se adapte a las necesidades particulares del usuario y mayores ventajas le proporcione. En general, los principales elementos a los que se debe prestar atención en estos casos son:

  • Mercados disponibles: los brókeres trabajan con una serie de bolsas de valores escogidas, no con todas las que existen. Por eso, si el usuario está interesado en las empresas de una región determinada, debe asegurarse de que la plataforma ofrece títulos de dicho mercado. Del mismo modo, hay brókeres que trabajan con unas pocas bolsas escogidas mientras que otros que dan acceso a una variedad más amplia, por lo que si el inversor quiere tener un número mayor de opciones entre las que elegir es aconsejable que opte por los segundos.
  • Comisiones: los brókeres tienen distintas comisiones y tarifas por diferentes conceptos, desde la gestión de la compraventa a la retirada de fondos. No todos cobran por lo mismo, ni establecen los mismos precios, por lo que conviene revisar bien este aspecto antes de abrir una cuenta en uno u otro. En especial porque varios de los que trabajan con acciones no cobran comisiones de compraventa con estos activos, lo que puede hacer mucho más rentable invertir con ellos.
  • Herramientas: además de ofrecer la posibilidad de comprar y vender acciones, los brókeres disponen de funciones y herramientas que permiten a los usuarios seguir de la evolución de los activos, estudiar cuáles resultan más interesantes y les ayudan a decidir si es buen momento para adquirir uno o deshacerse de otro. La cantidad de estos instrumentos disponibles, su complejidad y su alcance son también un factor muy importante que se debe tener en cuenta a la hora de escoger el intermediario con el que se va a trabajar.
  • Interfaz: entre los distintos brókeres disponibles encontramos algunos que tienen interfaces muy intuitivas y sencillas, con las funciones clave fácilmente accesibles, que están más enfocados a usuarios con menos experiencia, mientras que otros tienen un mayor número de opciones, ventanas y herramientas que permiten a inversores con más trayectoria trabajar mejor. Las primeras pueden resultar excesivamente simples para personas con amplios conocimientos de los mercados financieros, mientras que las segundas serán demasiado complejas para principiantes. No obstante, también hay plataformas que permiten personalizar botones y menús para aumentar o disminuir esa dificultad a gusto del cliente.
  • Depósito mínimo: muchas plataformas solicitan que sus nuevos usuarios depositen una cantidad mínima de dinero en su cuenta para poder empezar a operar. Dicho depósito puede oscilar de unos pocos euros hasta 200 o 300 euros. Estos fondos siguen perteneciendo al inversor y podrá usarlos más adelante para comprar acciones, pero si la persona no está interesada en mover tanto capital al principio, le conviene buscar un bróker que requiera una cantidad baja o no pida nada para empezar a invertir.
  • App y web optimizadas: la mayoría de los brókeres que existen en la actualidad tienen tanto una versión web como una aplicación móvil disponibles para el usuario. Sin embargo, algunos de ellos están muy enfocados en una y no tienen del todo optimizada la otra, lo que puede poner algunas trabas a los usuarios que deseen operar indistintamente con las dos.

¿Cómo ganar dinero al invertir en acciones?

Existen diversas formas de ganar dinero al invertir en acciones, desde el clásico comprar barato para vender caro hasta especular con la evolución de su valor, pasando por mantenerlas en cartera a largo plazo para recibir dividendos de la empresa.

La fórmula más habitual para obtener ganancias con las acciones es la de comprarlas cuando se estime que su precio va a aumentar con el objetivo, una vez lo haga, de obtener beneficios con la diferencia entre el valor de adquisición y de venta.

Otra forma de ganar dinero es comprar las acciones de una empresa, mantener su posesión y esperar a que dicha compañía reparta dividendos entre sus accionistas, siempre y cuando la organización haya tenido beneficios durante ese ejercicio. Esta fórmula es particularmente interesante con títulos de grandes corporaciones cuyo valor no suele fluctuar en exceso pero que, año tras año, consiguen buenas ganancias.

¿Cómo comprar acciones rentables?

Para comprar acciones que ofrezcan una buena rentabilidad el inversor debe prestar atención a los múltiples factores que afectan a la evolución de los precios de estos activos. Algunos, es cierto, son hechos repentinos difícilmente predecibles, pero otros, en cambio, se pueden rastrear y medir para hacer previsiones bastante bien encaminadas.

Los principales elementos que influyen en los precios de las acciones son:

  • Oferta y demanda: cuando muchos inversores empiezan a interesarse por las acciones de una empresa, esa mayor demanda ante una oferta que no ha crecido hace que el precio de los títulos aumente. Y cuando se produce la situación opuesta, es decir, hay muchos activos de una compañía disponibles con pocos compradores interesados, su valor baja.
  • Actividad de la empresa: la buena o mala marcha del negocio de la compañía también se refleja en la confianza que depositan en ella los inversores. En este sentido, el balance de resultados de la empresa suele ser buen indicador, pero no es el único elemento al que prestan atención los mercados, puesto que organizaciones con proyectos interesantes, desarrollos novedosos o expansiones ambiciosas que, sin embargo, estén incurriendo en pérdidas, también pueden resultar atractivas para los compradores por sus buenas perspectivas a largo plazo y ver incrementado el precio de sus acciones.
  • Contexto del sector: los sucesos que afecten a un sector, así como su evolución en conjunto, repercuten en las empresas que pertenezcan a él y, por tanto, al precio de sus acciones. El ejemplo reciente más claro lo encontramos en la tecnología, puesto que las compañías de este ámbito han generado una gran expectación entre los inversores dada la buena marcha de muchas de sus organizaciones, de las cuales varias han llegado a convertirse en poco tiempo en las firmas más valiosas del mundo.
  • Actualidad política y económica: los sucesos nacionales e internacionales también afectan al precio de las acciones de empresas que coticen o tengan intereses comerciales en esas regiones. Un gobierno inestable, nuevas leyes restrictivas o situaciones económicas adversas, como una inflación disparada, pueden generar desconfianza entre los inversores y hacer que el valor de los títulos caiga, mientras que la promulgación de normas favorables a la actividad, la estabilidad política o el crecimiento económico probablemente harán que suba.
  • Sensaciones del mercado: a veces no es necesario que un hecho llegue a consumarse para que tenga repercusiones en el valor de las acciones. Rumores, estimaciones o acontecimientos futuros pueden hacer que los inversores se sientan más o menos optimistas con respecto a los títulos de una o varias compañías. Por ejemplo, si se habla de la posibilidad de que una empresa sea adquirida por otra mayor, aún sin que esa información esté confirmada, es probable que el valor de las participaciones de dicha organización crezca. En cambio, si el congreso nacional de un país va a debatir la aprobación de una ley que perjudica la actividad de un sector concreto, hay muchas posibilidades de que las acciones de las empresas de ese ámbito caigan.

Invertir en acciones, ¿sí o no?

Como hemos visto, para invertir en acciones es necesario adquirir ciertos conocimientos sobre los mercados de inversión, estar atentos a los elementos que influyen en la evolución de sus precios, estudiar los títulos que tienen mejores perspectivas de crecimiento, definir estrategias de compraventa, aprender a utilizar los brókeres y estar dispuestos a arriesgar dinero, puesto que las posibilidades de incurrir en pérdidas son altas.

Todo esto quiere decir que invertir en acciones no es algo sencillo, ni rápido ni que deba tomarse a la ligera. Quienes quieran hacerlo deben ser conscientes de que deberán dedicarle muchas horas de aprendizaje y trabajo si quieren tener alguna perspectiva de éxito a medio y largo plazo. Asimismo, deben asumir que el riesgo de perder lo invertido es importante.

Ahora bien, si el usuario está dispuesto a todo ello, lo cierto es que el bursátil es un buen mercado en el que comenzar a invertir o diversificar la cartera de productos financieros. Como ya hemos comentado, se trata de un sector con una larga tradición y ampliamente conocido, lo que hace que haya una enorme cantidad de información disponible para seguir la evolución de sus precios, los elementos que pueden influir en su valor o aprender a operar en él. Asimismo, muchos de los brókeres que comercializan títulos de empresas disponen de cuentas demo en la que se puede ir practicando para adquirir experiencia sin arriesgar dinero.

En lo que se refiere a los beneficios, son activos con buenas perspectivas de rentabilidad, puesto que pueden generar ingresos por dividendos mientras se espera una buena oportunidad de mercado para venderlos. Asimismo, sus valores son relativamente estables, por lo que no es habitual que se produzcan grandes fluctuaciones de sus precios, lo que hace que sea más difícil incurrir en grandes pérdidas. A cambio, claro, tampoco generarán grandes beneficios en poco tiempo.

Metodología: cómo establecemos cuáles son los mejores brokers de acciones

Para establecer cuáles son los mejores brokers de acciones tenemos que tener en cuenta cuál es el interés general de los consumidores, para ello nos preguntamos qué pueden estar buscando en un bróker y qué características son las más determinantes para diferenciarlos. Tras reunir todos los datos y mediante un exhaustivo análisis hemos ponderado los criterios para ofrecer un listado que ayude al lector a encontrar un producto que le interese y que se adapte a sus necesidades y preferencias.

Los brokers de acciones analizados para hacer esta clasificación corresponden a diferentes entidades financieras que ofrecen productos de calidad con unas características destacadas y unas comisiones ajustadas o nulas.
Con el fin de explicar la clasificación vamos a desgranar los parámetros que diferencian unos brokers de otros:

– Instrumentos ofrecidos (30%): indica el número de instrumentos o activos en los que se puede invertir, esto aporta variedad y posibilidad de diversificación.

– Depósito mínimo (30%): es la cantidad de dinero que se necesita para operar, hace referencia al importe que se debe ingresar en la cuenta para poder operar.

– Características adicionales (40%):

  •  Comisiones por operar
  • App móvil
  • Regulación
  • Ventajas específicas

Con todo esto creamos una lista donde el consumidor puede encontrar los productos ordenados según su utilidad, siempre basándonos en nuestros propios criterios. No se debe olvidar que las necesidades son personales y pueden variar según el lector, por ello se recomienda estudiar bien las ofertas antes de decidirse por una específica.