El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, viaja este viernes a Dubái para participar en la reunión de jefes de Estado y de Gobierno al inicio de la Cumbre del Clima, la COP28, que arranca este jueves y se prolongará hasta el 12 de diciembre. Durante la jornada, además de intervenir en el plenario, en una mesa sobre adaptación al cambio climático y en diversos eventos paralelos sobre mercados de carbono o sequía, Sánchez acude al emirato con una agenda económica nacional, centrada en buscar inversiones en España en el sector de las renovables. Por una parte, intentará desatascar las negociaciones que empezaron el año pasado con la naviera Maersk para producir en España buena parte del metanol verde para sus barcos. Por otra, intentará reunirse con el CEO del fondo soberano de Emiratos y uno de los mayores de mundo, Mubadala, para que invierta en proyectos renovables españoles.
En ambos casos, se trata de una agenda paralela a la COP28 centrada en las oportunidades relativas al sector renovable español que empezará con una reunión prevista con los consejeros delegados de Maersk y de Cepsa para dar seguimiento al desarrollo de plantas de hidrógeno verde en España. En ella, fuentes oficiales explican que el presidente intentará impulsar las negociaciones que Moncloa lanzó hace justo un año para convertir España en uno de los puntos mundiales de producción de metanol renovable, el combustible derivado del hidrógeno verde con el que el gigante danés del transporte marítimo quiere sustituir el gasoil de sus barcos para 2040. El Gobierno calcula que sería necesaria una inversión de unos 10.000 millones y que crearía hasta 85.000 empleos directos e indirectos
Entonces, Sánchez y Søren Skou, acordaron explorar la posibilidad de crear plantas en Andalucía primero y después quizá otra en Galicia y se dispusieron a definir la financiación, para un acuerdo que en principio se anunció que llegaría en junio pasado. Cinco meses después, en el Gobierno se asegura que el proyecto va muy bien, que la negociación con Maersk es permanente, que se está trabajando para hacerlo realidad y que de lo que se trata con la reunión de Dubái es dar un impulso y avanzar en el acuerdo.
Inversiones emiratíes
Por otra parte, fuentes del Gobierno mantienen la esperanza de que la reunión que se acordó entre Sánchez y el consejero delegado del fondo de inversión Mudabala pueda tener lugar finalmente, después de una cancelación de última hora por motivos de logística y protocolo, en una Cumbre del Clima con serias dificultades para conseguir salas para reuniones o coordinar horarios, tal y como ha comprobado la delegación española incluso antes de empezar.
Mudabala es un fondo soberano de Emiratos Árabes Unidos, uno de los mayores del mundo, con una cartera de activos valorada en 276.000 millones de dólares y presente con sus inversiones en medio centenar de país. Entre ellos, en España, donde es el principal accionista de Cepsa.
Si, como desea Moncloa, es posible reprogramar la reunión, Sánchez intentará que Mudabala amplíe sus inversiones en España, en concreto en el sector de las renovables, un ámbito en el que el fondo está muy interesado. El Gobierno da una elevada importancia a esta reunión, en la que asegura que existe interés por las dos partes.
Aportación para Pérdidas y Daños
Estos dos encuentros, con los directivos de Maerks y de Mudabala, forman parte de la agenda de Sánchez en Dubái en los márgenes de la agenda oficial de la COP2, que el 1 y 2 de diciembre celebrará unos de sus días grandes, con una reunión al más alto nivel, donde los jefes de Estado y de Gobierno fijan posiciones e intentan dar un impulso a las negociaciones para luchar contra el cambio climático que se sucederán hasta el 12 de diciembre, primero a nivel técnico y la última semana, ministerial, con la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, a la cabeza de la delegación española.
La posición española en la COP28 consiste en insistir, como toda la UE, en la agenda de mitigación, en la necesidad de tomar medidas en la agenda de mitigación, para reducir las emisiones de efecto invernadero, de modo que se reduzcan a nivel global un 43% en 2030 y un 60% en 2050, en todos los sectores de la economía, para lograr contener el calentamiento global en el objetivo de París de 1,5ºC con respecto a niveles preindustriales.
Se trata de un ambicioso objetivo, dado que los análisis científicos constatan que, sin más medidas, el calentamiento superará de largo los 2ºC, que los planes de inversión de las grandes compañías energéticas no plantean dejar de invertir en combustibles fósiles -causantes del 80% de las emisiones- ni los gobiernos tienen intención de dejar de subvencionarlos, dos exigencias que hacen los grupos ecologistas y de la sociedad civil.
Como toda la UE, el Gobierno español se adhiere al objetivo de alcanzar el pico de emisiones en 2025 para empezar a descender a partir de entonces así como a triplicar las renovables y duplicar la eficiencia energética para 2030.
Sánchez podrá defender esta y otras cuestiones durante la intervención en el Plenario de la COP28 que hará a última hora del viernes -hora de Dubái, tres horas antes que en España-, que es el lugar donde los líderes políticos suelen hacer anuncios o compromisos en la lucha climática. Fuentes fuentes oficiales no descartan que Sánchez pueda desvelar una contribución española al que previsiblemente sea uno de los acuerdos de esta Cumbre del Clima, la puesta en marcha del Fondo de Pérdidas y Daños un año después de que en la COP27 los países vulnerables arrancaran un compromiso para crear un nuevo instrumento financiero para socorrerlos ante catástrofes naturales sobrevenidas debido al cambio climático. Fuente del Gobierno aseguran que España da mucha importancia a un fondo sobre el que, en principio, existe un acuerdo provisional para que sea gestionado temporalmente por el Banco Mundial y tenga una aportación mínima de 150.000 millones de dólares al año, que deberán hacer los países industrializados y, según el deseo de algunos como la UE, también por parte de las compañías más contaminantes, empezando por gasistas y petroleras.
Sánchez participará también en una de las mesas de discusión de la Cumbre oficial, dedicada a evaluar qué han hecho los distintos países en adaptación al cambio climático, otro de los tres puntos claves de la COP28.
Reunión con Lula da Silva
Antes de eso, el presidente mantendrá otras reuniones, entre ellas, una bilateral con el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, que el año pasado, recién reelegido, se convirtió en la estrella indiscutible de la COP27 de Sharm El-Sheikh, donde mantuvo un largo encuentro con Ribera. En esta ocasión, se reunirá con Sánchez, no tanto para hablar de cambio climático como de la oportunidad de cerrar el acuerdo comercial entre la UE y Mercosur en un momento en el que ambos mandatarios dejarán de presidir ambos bloques próximamente.
Las dos regiones negocian desde hace más de 20 años un acuerdo de libre comercio que sería de los mayores del mundo y que ha estado varias veces a punto de cerrarse sin éxito. El empeño español es que pueda cerrarse bajo presidencia brasileña del Mercosur antes de que le suceda Paraguay y ante la incógnita que plantea la llegada de Javier Milei, el nuevo presidente de Argentina, que junto con Uruguay completa los cuatro miembros de este bloque del Cono Sur.
De momento, el Gobierno español no tiene muchas pistas de cómo será la presidencia de Milei -que tomará posesión el 10 de diciembre- pero observa con cierto optimismo unas declaraciones de la que será su ministra de Asuntos Exteriores, Diana Mondino, acerca de que no obstaculizarán el acuerdo UE-Mercosur. Aun así y sin saber si ocurrirá antes de que España dé el relevo de la Presidencia de la UE a final de año, Sánchez querría darle un impulso con Lula en una reunión en las mismas instalaciones donde también estará Ursula von der Leyen, la presidenta de la Comisión Europea, responsable de la política comercial de la UE.
Sequía y mercados de carbono
Entre las citas que tiene Von der Leyen este viernes en Dubái está la de presidir junto con Sánchez sobre una eventual ampliación de los mercados de carbono, un instrumento que pone precio a las emisiones de CO2 y que desincentiva a países y compañías a liberarlas. Ha funcionado muy bien en la UE y en este encuentro, en el que también participará el FMI, el Banco Mundial o la Organización Mundial del Comercio (OCM) se explorará la posibilidad de ampliarlos o extenderlos, con la salvedad que pone el Gobierno español de que no se deben permitir mercados voluntarios por parte de compañías que supongan que sus países de origen rebajen los suyos en la reducción de emisiones.
Por otra parte, Sánchez y el presidente de Senegal, Macky Sall, harán balance conjunto en otra reunión paralela de la Cumbre del primer año de la Alianza Internacional de Resilencia ante Sequías que lanzaron en la COP27, de Egipto. Fuentes gubernamentales afirman que en este tiempo se han sumado a ella alrededor de 60 países. Este viernes, Sánchez y Sall estarán acompañados, entre otros, por Lula da Silva; el colombiano Gustavo Petro o los presidentes de Gana y de Mauritania.
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