Sánchez ultima su nuevo Gobierno de coalición con Sumar y Podemos en su peor crisis

La líder de Sumar, Yolanda Díaz, besa al presidente Pedro Sánchez tras la investidura.
La líder de Sumar, Yolanda Díaz, besa al presidente Pedro Sánchez tras la investidura.
EFE
La líder de Sumar, Yolanda Díaz, besa al presidente Pedro Sánchez tras la investidura.

Tras unos días de descanso tras las emociones del debate de investidura y una negociación dura con los secesionistas catalanes, Pedro Sánchez reemprende su actividad como presidente del Gobierno con una primera tarea: conformar su nuevo Consejo de Ministros.

Del aspecto que tendrá el nuevo Ejecutivo no ha trascendido mucho, más allá de que para el principal socio de Gobierno del PSOE, Sumar, recaerán cuatro o cinco ministerios, y que hay algunos nombres que se mantienen respecto al actual Consejo: el de la vicepresidenta Yolanda Díaz, que cuenta como uno de los de Sumar; el de María Jesús Montero en Hacienda; el de Félix Bolaños en Presidencia; el de Teresa Ribera en Transición Ecológica y el de Pilar Alegría, que ahora lleva Educación, pero podría ganar más peso.

Lo que más llama la atención va a ser la cuota que le corresponda a Sumar, que según las informaciones estará entre los cuatro o cinco ministerios. En este sentido entra en juego la poco disimulada guerra que hay en la coalición liderada por Yolanda Díaz y una de sus patas, el otrora poderoso Podemos, que una vez investido Sánchez, está deseando romper con la vicepresidenta para mostrar así su descontento con lo que ellos consideran un constante ninguneo (del que también responsabilizan al PSOE) y del veto absoluto de Sánchez y Díaz a Irene Montero para que repitiera como ministra de Igualdad.

Podemos lleva meses diciendo que merecen al menos uno de los cinco ministerios de Sumar, y uno de los importantes, además, pero no está nada claro que Yolanda Díaz lo conceda. Este fin de semana se ha escenificado una batalla muy representativa de lo que es esta guerra: Díaz propuso que un miembro de Podemos, el economista Nacho Álvarez y hasta ahora secretario de Estado de Derechos Sociales, fuera el ministro de la formación morada en el nuevo Ejecutivo. 

A cambio, Yolanda Díaz exigía un cese de los ataques velados (y no tan velados) de Podemos a su persona, incluidos los del líder en la sombra, Pablo Iglesias, desde su atalaya mediática.

La respuesta a la propuesta de Díaz no ha podido ser más gráfica. La ha dado Ione Belarra: "Los ministros de Podemos los elige Podemos". Esto ha desembocado en la dimisión de Nacho Álvarez de todos sus cargos en Podemos, debido a que, dice, no cuenta con el apoyo de su dirigencia. "Es evidente que la dirección del partido ha perdido la confianza que depositó en mí cuando me nombró miembro de la Ejecutiva del partido", dijo Álvarez.

Así, la postura de Podemos es o Irene Montero o nadie, y todo apunta a que, después de este roce, va a ser nadie, por lo que Yolanda Díaz podrá repartir los ministerios de su cupo a su gusto, sin las presiones de Podemos y a costa de que los cinco votos morados en el Congreso sean versos libres, con el consiguiente riesgo que puede suponer para la estabilidad de la legislatura.

Entre los ministrables de Sumar suena con mucha fuerza para Sanidad Mónica García. Impotente ante la supremacía de Ayuso e incapaz de evitar la mayoría absoluta del PP en la Comunidad, la política de Más Madrid puede encontrar acomodo en el Ejecutivo nacional, sobre todo en una cartera que se ajusta bien a su perfil, el de doctora en Medicina, como ella ha destacado siempre en sus campañas electorales, pero sin éxito.

Ernest Urtasun para Cultura y Pablo Bustinduy (hijo de exministra socialista y escindido de Podemos, por errejonista) para Derechos Sociales son otros de los nombres que suenan con fuerza para completar la cuota de Sumar en el Gobierno, que también podría dar acceso a políticos de Compromís, IU o los comuns catalanes. Se da por hecho también que Ione Belarra, que al menos mantiene su escaño, dejará de ser ministra.

En el resto de carteras, las que dependen del PSOE, hay incógnitas sobre Nadia Calviño (Economía), uno de los pesos pesados del Ejecutivo, cuyo puesto dependerá de qué ocurra con su candidatura a presidir el Banco Europeo de Inversiones (BEI), que no está asegurada. Marlaska (Interior) y Robles (Defensa) tienen un pie fuera del Consejo de Ministros, mientras que Isabel Rodríguez tendrá cartera, pero perderá la portavocía. Albares podría dejar Exterior para suplir a Robles en Defensa, y Escrivá (Seguridad Social) tampoco tiene garantizada su continuidad.

Luis Planas (Agricultura), Miquel Iceta (Cultura), Raquel Sánchez (Transportes) o Diana Morant (Ciencia) pueden ser también piezas movibles, y como caras nuevas suena otro descolgado del batacazo socialista en las autonómicas, Ximo Puig, o miembros de la vieja guardia socialista como Antonio Hernando u Óscar López, sin descartar alguna sorpresa o un perfil mediático como los que introdujo Pedro Sánchez en su primer Ejecutivo, Máximo Huerta y Pedro Duque, con dispar suerte.

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