Carlos Alcaraz quiere la triple corona en Madrid. Lo demostró este domingo en la pista central Manolo Santana de la Caja Mágica con una solvente victoria ante Thiago Seyboth Wild (6-3/6-3) a pesar de jugar a medio gas en un duelo clave para encontrar sensaciones tras su lesión de antebrazo.
Apenas necesitó una hora y cuarto de juego para cerrar su segundo partido en la capital de España, un partido resuelto tras unos 25 minutos iniciales de juego gris del murciano y tensión en el marcador. Wild tenía un plan de juego muy claro y que dio resultados hasta que la presión de la central y del vigente campeón desbarataron su buen inicio.
El brasileño no quería saber nada de peloteos largos y apostó todo al saque y el tenis de ataque. Dio en la clave ante un Alcaraz algo incómodo e incapaz de leer la dirección del servicio de su oponente, fundamental para llegar al primer descanso por delante (1-2).
Carlitos no tenía problema para cerrar sus turnos de servicio, pero no era capaz de neutralizar a su rival, todo un hueso hasta la llegada del empate a tres juegos. Fue entonces cuando Carlos, capaz de forzar a su oponente a disputar peloteos de más de tres intercambios, encontró confianza en su derecha y logró el break que dejó prácticamente decido el partido.
Fue el punto de inflexión. Carlitos, con ganas de divertir a su público, sacó todo su repertorio de dejadas, derechas y saques potentes para poner en pie en varias ocasiones a la tribuna y cerrar la primera manga por 6-3 en apenas 37 minutos.
Los nueve primeros juegos fueron todo para Seyboth Wild, capaz de lo mejor en el arranque del partido y de lo peor en la reanudación del duelo en el segundo set. Apenas enlazaba bolas dentro, en gran parte por la culpa de los tiros potentes de Carlos, ya totalmente desencadenado con la derecha.
"Hoy tenía nervios, no sabía como iba a tener el antebrazo, era la prueba de fuego, pero me he sentido muy bien", dijo a pie de pista tras cerrar el partido para verbalizar lo demostrado en la pista. Ocho juegos seguidos enlazó hasta el 5-0, justo cuando llegó una de esas desconexiones que acostumbra a sufrir en partidos demasiado sencillos.
Hasta el 5-3 conseguiría escalar el brasileño, ya sin ningún tipo de presión en un partido en el que parecía inapetente de seguir en pista. Sorprendió su inexpresiva respuesta al abultado marcador, completamente distinta a la decepción de los rostros de su equipo sentado en su 'box'.
Alcaraz cerró desde el servicio para alcanzar la tercera ronda y citarse allí con Jan Lenard Struff, finalista al que tumbó en la pasada edición para hacerse con su segundo Masters 1.000 de Madrid consecutivo. "Ojalá el partido vaya como el año pasado", dijo entre risas al recordar la final ganada en tres sets y que espera emular para acortar su camino hacia la tercera corona consecutiva, algo inédito en el cuadro masculino en las 21 ediciones disputadas hasta ahora.
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