De nuevo, Pedro Sánchez recicla a los suyos. Otra vez, la rueda del presidente del Gobierno en funciones. Esta vez los protagonistas son Óscar Puente y José Ramón Gómez Besteiro. Ambos han tenido protagonismo en el tiempo que lleva el jefe del Ejecutivo al frente del PSOE y llevaban tiempo en segunda línea. Uno dedicado exclusivamente a la Alcaldía de Valladolid y, el otro, a la Delegación del Gobierno en Galicia tras estar siete años fuera del foco público. Pero ambos han subido directamente al primer escalafón al formar parte del equipo negociador con el que el presidente buscará atar su investidura, la tercera de su carrera política.
Este es el segundo espaldarazo público que recibe Puente en menos de un mes. Integrarse en el comité socialista para la investidura ya es un mensaje potente, visto quiénes lo forman: la vicesecretaria general y ministra de Hacienda, María Jesús Montero; la titular de Educación y portavoz del partido, Pilar Alegría; el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños; el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán; o la secretaria de Política Internacional y Cooperación del PSOE, Hana Jalloul.
Pero no solo, sino que el diputado fue el elegido por Sánchez para dar la réplica a Alberto Núñez Feijóo en la sesión de investidura del presidente del PP, que resultó fallida. Fue una jugada ejecutada en silencio y a la perfección, pues los socialistas aseguran que descolocaron al candidato 'popular'. El discurso -con mucha dureza hacia el PP y con mensajes implícitos a los socialistas históricos críticos, como Felipe González o Alfonso Guerra- lo escribió el propio Puente -con la supervisión de Moncloa- y fue recibido con agrado por el presidente del Gobierno.
Así las cosas, es inevitable preguntarse si terminará siendo el elegido como portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados, un puesto que en la actualidad ocupa Patxi López. El entorno de Puente asegura no pensar más allá "del ahora", pero es cierto que la figura del exlehendakari ha ido mermando en las últimas semanas. Tuvo un papel importante en la campaña electoral, pero desde entonces ha tenido pocas apariciones públicas. Habló en rueda de prensa en la investidura de Feijóo y tras la aprobación de las lenguas oficiales, pero no lo hizo después de la reunión que mantuvieron en el Congreso el miércoles Sánchez y Yolanda Díaz.
La elegida fue Alegría, que junto con Montero e Isabel Rodríguez, portavoz del Gobierno, son las autorizadas para dar la versión de Moncloa y Ferraz. Es otro equipo en el que López no está. Además, cabe recordar que los portavoces parlamentarios del PSOE sí formaron parte de anteriores equipos negociadores: Antonio Hernando en 2016 y Adriana Lastra, en 2019. Ambos también son hoy diputados, aunque el papel de Lastra se espera que siga siendo discreto. No así el de Hernando, al que Sánchez recuperó para la Moncloa hace meses pese a que fue quien puso voz a la abstención para dejar gobernar a Mariano Rajoy hace siete años, un paso que le costó el puesto a Sánchez.
Además, Puente ya fue portavoz del PSOE, pero no aguantó más de dos ruedas de prensa. Fuentes de la dirección del partido aseguran que no le apartaron, sino que decidió centrarse en su faceta de alcalde de Valladolid, puesto en el que estuvo entre 2015 y 2023.
Por su parte, Besteiro es el otro gran restituido. Ejerció como secretario general del PSOE gallego entre 2013 y 2016, pero ha estado siete años apartado del foco mediático debido a diversas imputaciones en procesos judiciales -Operación Pulpo y el caso Garañón-. Sin embargo, terminó siendo absuelto de todas las acusaciones y el presidente en funciones ya le premió con la Delegación del Gobierno en Galicia en marzo de este año.
De hecho, fue el elegido para sustituir a José Miñones, actual ministro de Sanidad. Ese movimiento fue entendido como un paso para posicionarle de candidato para la Xunta en las elecciones que se celebrarán el año que viene, pero ahora Besteiro también está en la carrera toda vez que en esta ocasión no será Feijóo el rival, sino Alfonso Rueda. Además, tampoco es el primer gesto que tiene Sánchez con él, puesto que también fue el primer diputado en hablar en gallego en el Congreso en el Pleno en el que se aprobó la reforma del reglamento para permitir el uso de las lenguas cooficiales en el hemiciclo.
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