Sánchez buscará un "acuerdo de legislatura" con Junts y ERC, a los que ofrece "generosidad", pero evita hablar de amnistía

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ha anunciado tras ser designado por el rey como candidato a la investidura que quiere iniciar mañana mismo "sin tiempo que perder" las conversaciones con las formaciones políticas.
El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ha anunciado tras ser designado por el rey como candidato a la investidura que quiere iniciar mañana mismo "sin tiempo que perder" las conversaciones con las formaciones políticas.
El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ha anunciado tras ser designado por el rey como candidato a la investidura que quiere iniciar mañana mismo "sin tiempo que perder" las conversaciones con las formaciones políticas.
El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ha anunciado tras ser designado por el rey como candidato a la investidura que quiere iniciar mañana mismo "sin tiempo que perder" las conversaciones con las formaciones políticas.
EFE

Pedro Sánchez acepta el encargo del rey Felipe VI para intentar formar gobierno. Además, La intención del presidente del Gobierno en funciones no pasa solo por buscar un pacto para asegurar la investidura -para la que no hay fecha-, sino que intentará cerrar un acuerdo "de legislatura" con los partidos a los que aspira a convencer: Sumar, que se introducirá dentro de la coalición, ERC, Junts, EH Bildu, PNV, BNG y, posiblemente, también Coalición Canaria. Eso sí, el jefe del Ejecutivo sigue sin mencionar la palabra amnistía, una de las condiciones 'sine qua non' que le ponen los independentistas catalanes, aunque insiste en que será coherente con lo realizado y presume de la eficacia de los indultos. Sí ha rechazado de plano la celebración de un referéndum.

"Es la hora de la política. Hacer política implica generosidad, implica compromiso con tu país y implica lógicamente liderazgo", ha declarado en una comparecencia en el Palacio de la Moncloa en la que ha anunciado que comenzará con una ronda de contactos con los partidos representados en el Congreso de los Diputados. Este mismo miércoles se reunirá con Yolanda Díaz, líder de Sumar, y pretende hacer lo propio con el resto, salvo con Vox. Esto podría suponer una primera fotografía del presidente reunido con ERC, EH Bildu o con Junts, aunque en este último caso la representación de los independentistas no correría a cargo de Carles Puigdemont, expresident ahora fugado de la Justicia en Bélgica.

En esta ronda también contactará con el PP y buscará reunirse con Alberto Núñez Feijóo, presidente de los 'populares' y protagonista de la sesión de investidura fallida de la semana pasada. Eso sí, el presidente ha asegurado que no tratará de convencerle para que le vote. A ojos de Sánchez, esto estaría "fuera de lugar" conociendo "la posición del PP y sus alianzas territoriales" con Vox. Tampoco, ha lanzado, apelará al "transfuguismo", pero sí les pedirá "que cumplan con las leyes y con la Constitución". Es decir, que se avengan a renovar el CGPJ, cuyo mandato cumple cinco años caducado el próximo mes de diciembre. También, que "destierren el insulto y la descalificación". "Podemos discrepar sin deslegitimar al oponente, sostener posiciones opuestas sin perdernos el respeto", ha apuntado.

En su discurso, Sánchez ha dejado claro que su apuesta pasa por formar una mayoría que dé estabilidad al Ejecutivo y cuya supervivencia resida en los independentistas y nacionalistas. Es el mensaje que, a su juicio, dieron los españoles el 23 de julio y es lo que va a tratar de hacer realidad. "Había dos opciones para la gobernabilidad del país: o un gobierno de PP y Vox o uno de PSOE con Sumar. Las elecciones hicieron inviable la primera opción. Me dispongo a formar un gobierno de coalición progresista con los suficientes apoyos parlamentarios para garantizar la estabilidad del país y continuar avanzando en políticas progresistas", ha remachado. No sin antes, eso sí, lanzar un nuevo mensaje a Feijóo: "No se puede aspirar a gobernar España sin reconocer la diversidad territorial ni la pluralidad política".

Así las cosas, la comparecencia del presidente en la Moncloa no ha despejado dos de las grandes incógnitas que se presentan ahora: la fecha de la investidura y qué acordará con los independentistas catalanes, con los que más difícil es llegar a un acuerdo. Respecto a la primera, la presidenta del Congreso, Francina Armengol, se ha limitado a señalar que el plazo para que haya nuevo gobierno finaliza el 27 de noviembre. El presidente ha lanzado que, si fuera por él, sería "cuanto antes", pero no parece que vaya a ponerse un límite sin tener bastante avanzado el acuerdo con la amalgama de partidos que forman la nueva 'mayoría de la investidura'. El PSOE apuntó a octubre, pero ya se abre la puerta a que sea noviembre el mes elegido.

En cuanto a los acuerdos con ERC y Junts, Sánchez ha reconocido que existen "conversaciones" y negociaciones con ellos pero se ha remitido a la "discreción". Como viene siendo habitual desde las elecciones, el presidente se ha negado a pronunciar la palabra amnistía, pero ha seguido sembrando el terreno para llevarla a la práctica. El jefe del Ejecutivo en funciones ha defendido que "un conflicto político se ha de resolver en el ámbito de la política" y ha añadido que "nadie puede sentirse orgulloso" de lo que pasó en Cataluña en el año 2017. Ha citado aquí la "eficacia" de los indultos y ha asegurado que, lo que se acuerde, seguramente tenga que ser avalado por el Tribunal Constitucional. "Cuando tomé la decisión de los indultos confiaba en sus efectos positivos. Hoy puedo constatar que la decisión fue acertada", ha añadido. Sí ha querido constatar su rechazo al referéndum de autodeterminación "por convicción política". "No entra en la Constitución, es contrario a mi palabra y a mi acción política", ha añadido.

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