El Congreso de los Diputados vivió ayer una jornada con dos imágenes diferenciadas entre sí. Dentro, el PSOE ganó una nueva votación al reunir a su favor a la mayoría de la investidura -sumando a Junts y a Coalición Canaria- para dar un paso más en la aprobación del uso de las lenguas cooficiales en la Cámara Baja. Fuera, Oriol Junqueras, líder de ERC, negó que los independentistas tengan pensado abandonar la unilateralidad, una condición que han pedido ya públicamente los socialistas y Sumar para pactar una hipotética ley de amnistía que se traduzca también en un nuevo mandato de Pedro Sánchez en la Moncloa.

Podría entenderse que esas declaraciones dificultarán que la amalgama de partidos que necesita el presidente en funciones para recuperar todas sus competencias se uniera para ello en su votación de investidura, como han ensayado ya hasta en dos ocasiones en esta legislatura. No lo creen así destacados miembros de la dirección socialista, que excusan las declaraciones de Junqueras en una suerte de competición entre Junts y ERC y creen que se está siguiendo el camino para asegurar la continuidad del jefe del Ejecutivo en funciones.

"Están en una pugna entre ellos a ver quién coge antes la bandera", reflexionaba a la salida del Pleno un miembro de la dirección federal del PSOE. En el partido creen que seguirá escuchando una "retahíla" de palabras como las de Junqueras, que aseguró que "en ningún caso" renunciarán a la unilateralidad. "Nadie debe arrepentirse de aquello que en ningún momento ha constituido un delito", apuntó en un día en el que, casualmente, Junts rebajó el tono. La portavoz de la formación de Carles Puigdemont, Míriam Nogueras, reconoció el "esfuerzo" hecho por el Gobierno para intentar hacer oficial el catalán en la Unión Europea.

El Congreso da el primer paso para aprobar la reforma exprés del reglamento que blinda el uso de lenguas cooficiales en la cámara

Por su parte, otros socialistas se centraban en el resultado de la votación en la que, según reflexionaban, el PP "volvía a dejarse votos por el camino", en referencia a que Coalición Canaria -que apoyará la semana que viene la investidura de Alberto Núñez Feijóo- se sumó al bloque del PSOE, que ganó la votación con 179 votos a favor frente a 171 en contra. "Seguimos en el camino", decía uno de los ministros en funciones. Eso sí, ninguna de las fuentes a las que se consulte cree que ese "camino" vaya a ser fácil. "Somos muchos", reflexionaban fuentes parlamentarias, en referencia a la suma de partidos a los que necesita convencer Sánchez. Desde Sumar, cuyo acuerdo se prevé el más fácil al haber ya rodaje entre Sánchez y Díaz, hasta Junts, pasando por ERC, EH Bildu o PNV, a quien molestó que el Gobierno haya decidido priorizar el catalán frente al euskera para lograr la cooficialidad en la UE.

Así las cosas, las conversaciones discretas entre partidos seguirán estos días, pero no habrá fotos hasta que se celebre la sesión de investidura del presidente del PP, fijada para los días 26 y 27 de septiembre -la segunda votación sería el 29-. Las mismas fuentes confirman que la intención es comenzar a reunirse después de esa fecha y avanzan que se baraja la posibilidad de no esperar a que el rey Felipe VI comience una nueva ronda de consultas en la que, previsiblemente, encargaría a Sánchez la formación de un nuevo gobierno.

Hasta entonces, en Moncloa siguen con la estrategia del silencio. De hecho, se reafirman en ella y rechazan que esté provocando un desgaste hacia las siglas. "El Gobierno habla como Gobierno", defienden para justificar que no hayan fijado posición sobre las peticiones para la investidura. Especialmente sobre la amnistía. "Cuando nos toque hablar, hablaremos", añaden, pese a que esto dé pie a escenas como la de este martes, cuando la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, no quiso desmentir públicamente que la amnistía ya estuviera pactada aunque sí lo hicieran otros ministros en privados. Este miércoles será el turno del presidente en funciones, que comparecerá en Nueva York en la que será su primera rueda de prensa en un mes.