España perderá más de medio millón de alumnos en la próxima década, pero puede servir para transformar el sistema educativo

Varios niños en un aula del colegio Arturo Soria, el primer día de curso escolar, a 6 de septiembre de 2023, en Madrid (España).
Varios niños en un aula del colegio Arturo Soria, el primer día de curso escolar, a 6 de septiembre de 2023, en Madrid (España).
Marta Fernández / Europa Press
Varios niños en un aula del colegio Arturo Soria, el primer día de curso escolar, a 6 de septiembre de 2023, en Madrid (España).

La tendencia es clara: España lleva años viendo cómo cada año nacen muchos menos niños, y eso se traduce en un vaciado de las aulas que irremediablemente irá a más. Ya solo desde 2013 se ha constatado que hay en torno a 450.000 menores menos de 16 años, y las previsiones apuntan a una contracción demográfica mucho mayor para la próxima década alimentada por la bajada de la natalidad: 600.000 alumnos menos en poco más de diez años

Esa caída de la población estudiante irá calando, año a año, en las distintas etapas educativas, ya que los nacimientos están alcanzando ahora su pico más bajo, y la falta de niños se percibirá inicialmente en los primeros años de escuela, y se irá asentando a medida que vayan avanzando de curso. Ya se nota en Infantil, donde la matriculación es cada vez menor (-21,5% desde 2012); y en Primaria se alcanzará un mínimo histórico en 2032, cuando se estima que caiga el número de alumnos por debajo de los 2,4 millones —frente a los tres millones de 2017—. Para 2037, se prevé que la ESO pierda un 25% de su alumnado respecto al máximo alcanzado este año con más de dos millones de alumnos. Es decir, medio millón de adolescentes menos de 12 a 15 años.

Así, si el máximo histórico de alumnos se alcanzó en 2013 con los hijos del baby boom (casi ocho millones), el número de población de 0 a 15 años llegará a su mínimo histórico en 2037. ¿El resultado? Un millón de alumnos menos de 2013 a 2037, según el escenario que maneja EsadeEcPol. El centro de estudios ha publicado este jueves un informe en el que desgranan esa caída demográfica que arrancó hace ya diez años, y que plantean contemplar más bien como una oportunidad para redireccionar los recursos disponibles y "mejorar la equidad y calidad de la educación en España". 

Aprovechar el aumento de gasto por alumno

Según los investigadores, si la inversión pública continúa con la tendencia actual, el gasto por alumno crecerá sustancialmente (mismo dinero, menos alumnos), por lo que puede usarse ese excedente de recursos públicos para impulsar una serie de políticas concretas. "Tenemos, por un lado, un excedente de inversión por alumno, y por otro una caída muy desigual territorialmente", detalla a 20minutos Jorge Galindo, director adjunto de EsadeEcPol y coautor del informe.

Ante este "telón de fondo", la investigación propone "rediseñar la red escolar" para aprovechar de manera estratégica ese excedente de recursos. Para los investigadores, no hacerlo y dejar las cosas como están, no es más que "posponer decisiones" que tendrán que llegar tarde o temprano en el futuro. "La decisión no es entre cerrar o no cerrar escuelas, sino entre cerrar escuelas y líneas ahora y hacerlo bien o cerrarlas en 10 años y hacerlo mal", subraya el documento. 

Equilibrio territorial

De este modo, una de las propuestas pasa por reestructurar la red escolar, pero teniendo en cuenta las particularidades de cada territorio. Según la investigación, habrá provincias, como Zamora, donde la caída demográfica llegará al 44%; mientras en otras como Madrid o Barcelona esa bajada de alumnos estará por debajo del 10%. Las estrategias, por ende, deben ser diferentes en un sistema educativo extremadamente polarizado. 

"Si tenemos un colegio que está en una zona muy aislada, muy mal conectada, muy lejos de la siguiente población… la proximidad es extremadamente importante. Pero, en otras zonas en declive demográfico que están mejor conectadas con localidades de mayor densidad, quizás la proximidad sí es un criterio que cuesta menos porque es más fácil conseguirla. Cuando hablamos de declive demográfico en seguida pensamos en el primer caso, pero no tanto en el segundo", argumenta Galindo. 

Así, los investigadores abogan por el "cierre de líneas y centros" y facilitar la reubicación del alumnado desplazado con mecanismos de compensación, como planes de transporte específicos o comedores gratuitos. "Lo que pierdes es un poco de proximidad, pero lo que ganas después es un recorrido mucho más coherente que a largo plazo puede salir muy a cuenta para los alumnos", sostiene el coautor del estudio.

Además, según defienden en la investigación, "la parte positiva es que el cierre de escuelas rurales obliga a recolocar al alumnado sin escuela que, al ser poco numeroso, permite liberar recursos adicionales con un coste bajo". Un punto que, según reconoce Galindo, contrasta con el "contraargumento" de quienes defienden que hay que evitar el cierre de escuelas en las zonas más vacías para no agravar el problema de la despoblación. 

Bajar ratios y aumentar tiempo de refuerzo

En las zonas urbanas, sin embargo, los problemas son muy distintos. En las ciudades, lo que complica un buen funcionamiento del sistema educativo es más que los colegios no tengan los suficientes medios, que los profesores tengan que trabajar en aulas muy saturadas o que no exista una jornada que permita conciliar. "Hablamos de fijarnos en las aulas más presionadas y pensar en cómo reducir las ratios alumno-profesor", explica Jorge Galindo. El documento sugiere ir reduciendo ratios a medida que avance la caída del alumnado, de tal manera que se invierta en recursos e infraestructuras en aquellos cursos donde siga habiendo mucha demanda (que no hayan notado esa bajada de alumnos), y se vayan añadiendo docentes (y, por ende, aulas con menos alumnos).  

En ese sentido, el informe de EsadeEcPol señala también la falta de tiempo de refuerzo de muchas escuelas.  "Hay buenas razones para apostar por más tiempo en la escuela, más refuerzo y más cuidado", asevera el documento, en el que se señala la jornada continua en las escuelas como una medida que "puede perjudicar el aprendizaje de los alumnos, pero también a la igualdad de género en el empleo". 

Con tiempo de refuerzo se refieren a las actividades extraescolares o a las tutorías individualizadas o en grupos. "Por lo que hemos visto, nos parece que las tutorías de refuerzo pueden tener un efecto muy importante entre alumnos en situación de riesgo de abandono escolar", incide Galindo.  "Luego también hay que seguir expandiendo la educación infantil de 0 a 3 años, que ya se ha empezado a hacer hace unos años", añade. 

Todo ello, teniendo en cuenta que sin mejorar las condiciones laborales de los profesores no podrá garantizarse ninguna de las medidas. Más estabilidad, mejores salarios y menos horas lectivas, son los tres ejes que propone el centro de estudios en su informe. 

"En resumen, es mejor salir de la inacción y aprovechar la oportunidad ahora en vez de reaccionar tarde. La caída demográfica es un fenómeno imparable que comenzó hace más de un lustro y tiene todavía una década por delante", concluye el documento, que alerta de que actuar "cuando todo haya pasado" obligará a impulsar "políticas educativas más agresivas y drásticas, recortes innecesarios y una mala planificación e improvisación que puede lastrar la calidad y equidad del sistema educativo". 

 

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