Moncloa enfría las expectativas -ya de por sí bajas- de la reunión que mantendrán este miércoles Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo. PP y PSOE han confirmado este martes que el presidente del Gobierno en funciones y el candidato a la investidura se verán las caras mañana en el Congreso de los Diputados, pero el entorno del presidente es claro: el jefe del Ejecutivo irá a "escuchar", aunque el 'popular' se dirige a una investidura "fallida" por no contar con los 176 votos afirmativos necesarios y "está haciendo perder un mes a España".

Fuentes del palacio presidencial trasladan así toda la presión a Feijóo. Como candidato a la investidura, defienden, debe ser él quien lleve el orden del día y argumentos para convencer al presidente de "derogar el 'sanchismo'". "Se antoja difícil", ironizan. Indirectamente, este argumentario aleja cualquier posibilidad de pacto -como el de la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), cuya reunión lleva pendiente desde hace cinco años- y supone que el encuentro se traducirá en una mera foto. No está claro, además, que sea el propio Sánchez quien comparezca para explicar el desarrollo del mismo.

"[Feijóo] ha decidido hacernos perder el tiempo a todos", replican desde Moncloa, que pese a la crítica también se afana por insistir en el "máximo respeto" que le otorgan al proceso de investidura. "Absoluto respeto y normalidad democrática, es un procedimiento constitucional que llega por el encargo del rey Felipe VI", ha argumentado la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros celebrado hoy.

El PP niega una llamada al transfuguismo, pero recuerda que Sánchez votó en contra de lo que marcó la dirección del PSOE en 2016

Desde el entorno de Sánchez también han hecho hincapié en contar la intrahistoria de cómo se ha cerrado la celebración de la reunión, un hecho inusual visto los antecedentes: la última vez que se vieron fue en Moncloa en octubre del año pasado. El vicesecretario de Cultura del PP, Borja Sémper, hizo un llamamiento público el lunes. Por la tarde, relatan desde el equipo del jefe del Ejecutivo, Feijóo mandó un whatsapp al presidente, que tardó en contestar "dos minutos". Le ofreció tres posibilidades: esta misma tarde, el miércoles o el jueves; siendo la opción de mañana la elegida.

Con este relato, las mismas fuentes intentan destacar la "inmediatez y disponibilidad" de Sánchez. "Contrasta con la actitud del candidato, que ha pedido un mes para ganar tiempo, no sabemos para qué si sabe que va a perder", ha añadido Rodríguez, que también ejerce como ministra de Política Territorial en funciones. Porque este es el otro punto que llevan días destacando en el PSOE y en el Gobierno: el proceso de investidura de Feijóo, que no culminará hasta el día 29 con la segunda votación en el Congreso de los Diputados, está provocando una "parálisis" en España al estar el Gobierno en funciones.

“Deseamos tener un gobierno en plenas funciones, un gobierno de progreso”, ha añadido la portavoz. Entre tanto, unos y otros obvian que fue Francina Armengol, socialista y presidenta del Congreso de los Diputados, quien dio el 'ok' a la petición de Feijóo. Moncloa argumenta que es lo que le pidió el candidato y tenía que otorgárselo.

Así las cosas, estas críticas no quieren decir -o no lo dicen abiertamente- que, una vez fracase la investidura de Feijóo -si realmente termina fracasando,- Sánchez vaya a realizar su investidura de manera exprés. Dejan aquí el poder al monarca Felipe VI, quien tiene la competencia para convocar una necesaria nueva ronda de consultas. Lo que sí dejan entrever es que este mes el PSOE y Moncloa lo utilizarán para "trabajar". Es decir, para negociar con los partidos con cuyo apoyo pretende revalidar Sánchez su mandato. El antecedente está claro y se produjo hace dos semanas, en el Pleno inaugural en el que se designó a Armengol como tercera autoridad del Estado con 178 votos afirmativos, los de PSOE, Sumar, ERC, Junts, EH Bildu, PNV y BNG.