El regreso a la primera línea de Meghan Markle: Instagram, un nuevo negocio y ¿volver a actuar?

La duquesa de Sussex, Meghan Markle, en La Haya, en abril de 2022.
La duquesa de Sussex, Meghan Markle, en La Haya, en 2022.
Samir Hussein / WireImage / Getty
La duquesa de Sussex, Meghan Markle, en La Haya, en abril de 2022.

Reinventarse o morir. O más bien, reinventarse y renacer. El verano le ha servido a Meghan Markle para reorganizar sus prioridades de cara a eventuales cambios que ya prepara con la idea de estabilizar su futuro. Uno, de hecho, que pasa por volver a la primera línea, dejando atrás sus anteriores intentos y centrándose en ser una figura mediática aún con más peso del que ya tenía. Sobre todo a tenor de las últimas noticias que protagonizó antes de las vacaciones estivales y las primeras que han llegado una vez que cumplió los 42 años el pasado 4 de agosto.

Fue entre junio y julio cuando la duquesa de Sussex, junto con su marido, el príncipe Harry, afrontaron unos fuertes rumores de crisis en su matrimonio, asegurándo que se estaban "tomando un tiempo separados" para poder reconstruir el vínculo que les unía. "Ambos están tratando de avergiuar qué les ha ocurrido", decía un tabloide anglosajón.

Ellos no dudaron, a través de una fuente cercana, en negar la idea del divorcio —"No es cierto. Literalmente se lo están inventando", explicó el informante— y, de hecho, se encontraban inmersos en una nueva búsqueda de piso en Malibú, más cerca de la costa que su actual mansión en Montecito, aunque ambos lugares están en California.

Por si fuera poco, a todo ello se unió un par de importantes reveses empresariales que hacían peligrar su porvenir económico. El principal sin lugar a dudas fue la rescisión de su contrato millonario con Spotify para el podcast que conducía Meghan, Archetypes, si bien hay que añadir el ultimátum que les dio Netflix ante la falta de buenas ideas por parte de la pareja para proponer y crear contenido que de verdad interesase a los sucriptores del gigante del streaming.

En otro frente de batalla, sin embargo, estaba la familia real británica. Nada más llegar agosto, borraron desde Buckingham Palace todo rastro de Meghan Markle en el certificado de nacimiento de su hijo Archie —algo que La Firma ya hizo con Lady Di cuando se divorció del ahora rey Carlos III de Inglaterra— , y poco después iban un poco más allá y no felicitaban el cumpleaños a la duquesa de Sussex, ni a través de un comunicado ni en redes sociales.

Meghan y Harry aprovecharon entonces para salir reforzados como pareja al ir a cenar juntos en uno de sus restaurantes italianos favoritos y, quizá entonces, ante la cantidad de capítulos abiertos de sus vidas —no hay que olvidar los procesos judiciales que tienen contra varios medios británicos— fue cuando Meghan decidió que tenía que volver a esa primera línea que, desde que entró en los Windsor y, más tarde, siendo madre, ha evitado, con contadas excepciones.

Y con ese fin, en pleno 2023, no puden faltar las redes sociales. En especial, Instagram. La idea de Meghan Markle de convertirse en una influencer de pleno derecho no es nueva: al fin y al cabo, su idea siempre ha sido utlizar su posición privilegiada para mandar alegatos y mensajes a favor de los más desamparados, así como ayudar a la infancia y a causas feministas por todo el mundo.

Y hace falta Instagram. Si bien cuando ella y el príncipe Harry tomaron la decisión de abandonar dicha red al desvincularse de Buckingham Palace tenían algo más de nueve millones de seguidores, la nueva cuenta de Instagram de la duquesa, en apenas unos días ya acumula más de 100.000 followers. Y eso que no ha publicado nada.

Porque sí. El equipo de la exactriz ha dado a conocer al periódico Daily Mail que la cuenta llamada simplemente @meghan es Meghan Markle. Su avatar, una imagen de unas peonías rosas, coincide además con el de una recién creada página de Facebook de un "personaje público". Y ya el año pasado dio a conocer que se estaba planteando regresar a la red social.

"Sí, es ella. Muy pronto habrá un anuncio. Va a volver", ha dicho un informante, así como hay otras pruebas de que dicha cuenta es suya, como que entre sus seguidores se encuentran varias amistades importantes de la duquesa, como la activista Mandana Dayani, que hasta el pasado diciembre fue presidenta de Archewell, la fundación de los Sussex.

Este relanzamiento como influencer también le podría funcionar a nivel de negocio. Según expertos en marketing, como Kent Moore, CEO de OneEyedSocial, que utiliza para cuantificar y calificar el éxito de diversas campañas, siendo para la inmensa mayoría indispensable las redes sociales, un perfil verificado de Meghan Markle podría fácilmente posicionarse en poco tiempo entre en el top 10 de influencers mejor pagados del mundo.

Esto haría que pudiese cobrar, como por ejemplo varias de las Kardashian, cheques de cinco o seis ceros por publicación. Es decir, que a casi millón de dólares por post, los presumibles problemas crematísticos del matrimonio desaparecerían muy pronto.

Pero a ello hay que sumarle otro aspecto. Y no, no es la cacareada vertiente política de Meghan, sino su antiguo empleo. El tremendo y revitalizado éxito de la serie que coprotagonizó, Suits, en su llegada a Netflix —se ha convertido en uno de los mayores hits de la historia de la plataforma— ha hecho que la duquesa se plantee volver a los rodajes.

Según informan medios como Page Six, Meghan ya ha iniciado conversaciones con algunos y algunas "directores y productores de renombre". "Está emocionada", ha declarado una fuente a la revista Life & Style sobre la cantidad de fans que están deseando volver a verla actuar.

Eso sí, añade un importante matiz: "Si bien le encantaría conseguir un nuevo papel en televisión, Meghan lo que realmente desea es hincarle el diente a un papel dramático en una buena película. Ella cree que es posible estar en la terna de los Oscar en un futuro". Eso sí, otro informante añade que quizá dicho sueño le llegue por otra vertiene: ser la productora.

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