El PP celebró este domingo por la noche una amarga victoria. Tras una jornada de infarto en la que los populares vieron reventar sus altas expectativas, Alberto Núñez Feijóo salió al balcón de la sede nacional para prometer que "intentará gobernar". Lo hizo tras proclamarse ganador en las urnas y exigir al resto de grupos que le faciliten la investidura.

Feijóo sacó pecho de haber logrado pasar de ser segunda fuerza, con 89 diputados, a ser el partido más votado con 136. "Nunca antes nuestro partido había subido con tanta intensidad en unas generales: superamos al PSOE en votos y escaños y la coalición del Gobierno [con Unidas Podemos] no ha ganado ni un escaño con relación a 2019", lanzó desde la madrileña calle de Génova, donde hace poco más de año y medio los populares vivieron su peor crisis interna.

Con la cara aún descolocada por los resultados tan reñidos, Feijóo prometió ser quien desbloqueará el país formando gobierno como ha hecho todo aquel candidato en democracia que ha ganado las elecciones. Sin embargo, consciente de la dificultad de su propósito, el dirigente popular advirtió de que sería una "anomalía que en España no pudiera gobernar el partido más votado" y que eso supondría un "bloqueo, que en absolutamente nada beneficia a la seguridad de las inversores y la imagen internacional" del país.

Por ello, Feijóo pidió al PSOE y al resto de fuerzas que "no bloqueen el gobierno de España una vez más". "No hay ningún presidente de España que haya gobernado después de perderlas", recordó. Y como ganador de las elecciones, asumió "con humildad, pero con determinación" el papel de ser quien inicie el diálogo para formar un gobierno "de acuerdo con la voluntad mayoritaria" de los españoles expresada en las urnas. "Nuestra obligación es que no se abra un periodo de incertidumbre en España. Mi deber es abrir el diálogo para liderar este gobierno e intentar gobernar nuestro país", dijo.

Desde el PP buscaron remarcar la principal baza de su campaña electoral: "No hay modelo que no pase o por Feijóo o por el sí expreso de Bildu", alegaron fuentes populares con relación a un posible pacto del bloque de izquierdas. Así, el PP exigió al PSOE una abstención como la que asumió el PP en Vitoria para evitar la entrada de Bildu. "El objetivo, restar capacidad de decisión a la izquierda abertzale", explicaron.

Los ánimos de decepción se apoderaron del séptimo piso de Génova. La música que animaba la calle el pasado 28-M se mantuvo apagada durante el recuento de votos. Los cientos de seguidores que se habían acercado a celebrar los resultados se mantuvieron en silencio durante horas. Aquello recordaba a un funeral. Solo cuando el líder del PP -y la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, a la que vitorearon- salió al balcón, agitaron fuerte sus banderas para celebrar una victoria que muchos calificaron de ‘amarga’, como la del expresidente José María Aznar en 1996 sin recordar que este logró finalmente formar gobierno. Es en este mismo escenario en el que se mueven en el PP. Ya de madrugada, fuentes del PP insistían que van a "intentar la investidura por todas vías". El PP no da nada por perdido y trabajará por gobernar.

Sánchez da a PP y Vox por "derrotados" y no avanza posibles pactos

Yolanda Díaz: "La esperanza venció al miedo"