El PP gana, el PSOE resiste y el Gobierno queda en manos del independentismo

El Partido Popular ha ganado las elecciones generales de este 23 de julio con 136 escaños.
El Partido Popular ha ganado las elecciones generales de este 23 de julio con 136 escaños.
El Partido Popular ha ganado las elecciones generales de este 23 de julio con 136 escaños.
El Partido Popular ha ganado las elecciones generales de este 23 de julio con 136 escaños.
Iñaki Cano | Carlota Chiarroni Martin

El resultado de las elecciones generales de este domingo deja un panorama que invita más a pensar en un bloqueo político que en un próximo gobierno. Tras un ajustadísimo escrutinio, el PP de Alberto Núñez Feijóo fue el partido más votado, con el 33% de los sufragios, lo que se tradujo en algo más de ocho millones de papeletas, superando al PSOE de Pedro Sánchez por dos puntos porcentuales y unos 300.000 votos. Sin embargo, los socialistas resistieron el envite de los populares y, pese a quedar segundos, están en disposición de intentar formar gobierno con Sumar y apoyo externo de las fuerzas independentistas. Incluido Junts, el partido de Carles Puigdemont, que tendría la llave con un voto afirmativo o una abstención.

Desde el PP informaron de madrugada de que Sánchez envió un mensaje a Feijóo poco antes de comparecer ante sus seguidores. En él, según explicaron los populares, el líder socialista no entró en las "particularidades del escrutinio ni tampoco en las opciones de cara a la investidura". El dirigente popular, por su parte, le emplazó a "mantener contactos en los próximos días de cara a evitar el bloqueo político" en España.

En su primer intento para ser presidente, y menos de un año y medio después de su llegada a Génova, Feijóo cumplió su objetivo de superar a Sánchez, pero se quedó más lejos de lo que auguraban las encuestas hasta el mismo momento de cerrarse las urnas y lo que esperaba el propio partido. El PP consiguió 136 escaños en el Congreso, volviendo así a ser primera fuerza. Ser la lista más votada llevó a que la primera reacción de los populares fuera asegurar que Feijóo se presentará a la investidura y así lo confirmó el propio dirigente del PP desde el balcón de la sede de Génova. Su única opción sería unir sus votos afirmativos a los de Vox, PNV, UPN y CC. Los diputados de estos partido sumarían 176, los justos para la mayoría absoluta, pero se trata de una aritmética complicada por la incompatibilidad de los nacionalistas con el partido que lidera Santiago Abascal. Eso sí, Feijóo avisó de que espera que no haya bloqueo, en una alusión velada a los socialistas para que permitan su investidura por ser el PP la fuerza más votada.

En el lado contrario del PP se situó el PSOE. Pedro Sánchez no solo resistió con respecto a lo que auguraban casi todos los sondeos (salvo el Centro de Investigaciones Sociológicas), sino que logró sumar dos escaños a su resultado de noviembre de 2019, situándose en 122 diputados en el Congreso. Si une sus votos a los de Sumar, se podría reeditar el gobierno de coalición de estos últimos cuatro años, pero, eso sí, necesitaría el voto afirmativo de los socios parlamentarios de la pasada legislatura –ERC, Bildu, PNV– y al menos la abstención de Junts, que ya dijo anoche que no facilitará la investidura de Sánchez "a cambio de nada".

El presidente del Gobierno en funciones no avanzó anoche nada sobre una posible negociación para formar gobierno. En una calle Ferraz abarrotada de seguidores, Sánchez solo dio las gracias por los votos y afirmó que PP y Vox han sido "derrotados" y son "muchos más" los ciudadanos que quieren que España "avance".

Sumar, la coalición que lidera la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo Yolanda Díaz y que integra a las fuerzas a la izquierda de los socialistas, se quedó por debajo de sus expectativas, pues logró siete escaños menos que la suma de Unidas Podemos, Más País y Compromís en 2019, pero consiguió salvar los muebles y quedar por encima de los 30 diputados. Díaz afirmó tras el escrutinio que España y Europa "respiran mejor" con los resultados de este domingo y que dialogará con todas las "fuerzas progresistas y democráticas" del país para garantizar un gobierno alternativa a la derecha.

Eso sí, Sumar no logró su objetivo de ser tercera fuerza, lugar en el que resistió Vox. El partido de Santiago Abascal sufrió la concentración de voto en torno al PP de Feijóo, lo que le hizo perder 19 escaños con respecto a hace cuatro años, situándose en 33. En su comparecencia desde la sede del partido, Abascal acusó al PP de haber "desmovilizado" al electorado de derecha y dijo estar preparado tanto para hacer oposición como para un posible bloqueo y, por tanto, una repetición de los comicios.

Entre las fuerzas minoritarias del arco parlamentario también se produjeron cambios relevantes. En Cataluña, la desmovilización del independentismo de izquierda hizo caer a ERC de 13 a 7 escaños, que empató con su principal adversario político, Junts, el partido de Puigdemont, que también perdió un diputado. Este escenario complica las cosas a la coalición PSOE-Sumar, que pierde apoyo de los republicanos, uno de sus socios principales durante la pasada legislatura. 

Este 23 de julio también se produjo un vuelco entre las fuerzas independentistas vascas. Bildu y PNV empataron en escaños en el País Vasco, al conseguir cinco diputados cada uno, pero los abertzales sumaron un escaño más por Navarra, de modo que en el Congreso superan a los nacionalistas por primera vez. El líder de Bildu, Arnaldo Otegi, aseguró que inclinarán «la balanza hacia la izquierda».

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