Sánchez da a PP y Vox por "derrotados" y no avanza posibles pactos

Pedro Sánchez, junto a su mujer Begoña Gómez y la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, se dirige a los militantes y simpatizantes socialistas en Ferraz.
Pedro Sánchez, junto a su mujer Begoña Gómez y la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, se dirige a los militantes y simpatizantes socialistas en Ferraz.
Pedro Sánchez, junto a su mujer Begoña Gómez y la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, se dirige a los militantes y simpatizantes socialistas en Ferraz.
Pedro Sánchez, junto a su mujer Begoña Gómez y la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, se dirige a los militantes y simpatizantes socialistas en Ferraz.
Europa Press

Pedro Sánchez empezó el 23 de julio siendo presidente del Gobierno con plenas facultades y lo terminó en funciones, pero con un escenario inimaginable en Ferraz hace apenas 54 días. El jefe del Ejecutivo puede volver a ser investido si Junts, el partido del expresidente prófugo Carles Puigdemont, vota a favor o se abstiene. El candidato a la reelección dio al "bloque involucionista" formado por el Partido Popular y Vox por "derrotados", aunque no mencionó nada del abanico de posibilidades que se le abre ahora ni si intentará convencer a Junts para no terminar repitiendo las elecciones.

"El bloque involucionista y de retroceso, que planteaba una derogación total de todos los avances de estos últimos cuatro años, ha fracasado", lanzó Sánchez desde el balcón de Ferraz, cuartel general de los socialistas, a última hora de la noche de este domingo. Las expectativas eran tan bajas hace pocas semanas –e, incluso, días– que hasta el último momento del recuento no se desveló si el presidente en funciones iba a salir al balcón de la sede socialista. El propio Sánchez lo explicitó en su discurso frente a la militancia, a la que la dirección socialista amenizó con canciones como Quédate de Quevedo; Perra, de Rigoberta Bandini;o la sintonía de Verano Azul, uno de los lemas de los populares. Ni una sin su mensaje político detrás.

El candidato del PSOE perdió la primera plaza en el parlamento, pero mejoró resultados –casi un millón más de votos y dos escaños por encima– en comparación con 2019. Sobre todo, en Ferraz ponen el foco en que el bloque de la derecha tiene muy difícil llegar a la mayoría absoluta. Y en eso se centró el presidente en funciones en su discurso, que duró apenas unos minutos.

El jefe del Ejecutivo en funciones recordó el momento en el que convocó el adelanto electoral. Lo comunicó el 29 de mayo, un día después de que el PSOE perdiera de facto seis comunidades autónomas de las nueve en las que gobernaba –solos o en coalición–. Solo resistieron Asturias, Castilla-La Mancha –con Emiliano García Page, uno de los más críticos con el propio Sánchez– y Navarra, donde la investidura todavía está por suceder. "Creía", aseguró el presidente, "que teníamos que decidir como sociedad qué rumbo tomaba España, o uno de avance durante los próximos cuatro años o un rumbo involucionista".

"Los que planteaban el machismo, el retroceso en derechos y libertades han fracasado", lanzó convencido Pedro Sánchez, que aseguró que son "muchos más" los que "quieren que España siga avanzando". "Somos más, muchos más", aseguró.

Lo que no aclaró es cómo alcanzará Sánchez los 176 escaños necesarios para volver a ser investido. El bloque de los socialistas con Sumar, ERC, Bildu, PNV y BNG llega a los 172 escaños frente a los 170 de Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal. Es necesario, por tanto, el apoyo de Junts para alcanzar la mayoría absoluta o la abstención para llegar a la mayoría simple. Si no, España se vería abocada a una repetición electoral.

De momento, el silencio guardado por Sánchez se extiende por el partido. "El titular de hoy es que no habrá en España un gobierno con la ultraderecha. Es la noticia. Luego, ya hablaremos", decían fuentes del PSOE.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento