Tiburones en las costas, medusas en el Mar Menor, cigüeñas que no emigran... así afecta el cambio climático al reino animal

'El ballet de la medusas', de Ángel Fitor. (GDT)
'El ballet de la medusas', de Ángel Fitor, imagen ganadora del premio 'European Wildlife Photographer of the Year' sobre la destrucción de los ecosistemas.
Ángel Fitor
'El ballet de la medusas', de Ángel Fitor. (GDT)

Que el cambio climático está cambiando nuestro mundo no es ninguna novedad. Sequías, aumento de las temperaturas, tormentas intensas… son algunos de los efectos que la emergencia climática está provocando en varios puntos de la Tierra, un problema que se encuentra incluso "fuera de control", según ha alertado la ONU después de que este verano se hayan registrado varios días seguidos en los que la temperatura global del planeta ha ido alcanzando un récord tras otro.

Y estos efectos se están notando especialmente en el mundo animal. Numerosos estudios científicos ponen ya de manifiesto como el calentamiento global está cambiando el modo de vida de algunas especies, desde ranas que se vuelven más pequeñas y que croan más agudo en Puerto Rico, pasando por gansos que producen nuevas rutas de migración o águilas y buitres que llegan a Bélgica y Países Bajos huyendo del calor.

Son solo algunos de los ejemplos que está experimentando la fauna de los ecosistemas conocidos. Según explica a 20minutos David Vieites, investigador científico del CSIC, nos encontramos en un momento en el que "los cambios son muy grandes" y afectan a todas las especies, aunque las más perjudicadas son las aves, los insectos y las "poblaciones pequeñas o con muy baja adaptabilidad".

"El cambio climático provoca que los animales se enfrenten a tres situaciones. Si eres capaz de moverte, como las aves o los peces, te vas a otro lado; la segunda opción es adaptarse, aunque no todas las especies pueden; la tercera opción es morirse", declara Vieites. "Hay ejemplos de especies que se están adaptando, pasando de ser diurnas a nocturnas, hay aves del norte de Europa que ya no bajan, otras especies están desapareciendo", añade.

Abocados a la extinción

La extinción es precisamente el mayor problema al que se enfrentan gran cantidad de animales. Para el experto del CSIC, el oso polar, un depredador de focas que vive sobre el hielo marino del Ártico, es uno de los grandes afectados del calentamiento global. "Este animal se está quedando sin hábitat, empieza a estar sofocado por el aumento de las temperaturas y se está yendo hacia zonas de costa. También está cambiando su dieta, antes comía focas y ahora está comiendo otras cosas. Se están muriendo de hambre, así que se están reduciendo sus poblaciones".

Pero el problema no ocurre solo fuera de nuestras fronteras. En España, los cambios de temperaturas también están cambiando los movimientos migratorios de varias especies. "La cigüeña ya no se va a África, ahora se queda en la Península", detalla Vieites, quién alerta de que precisamente hay varias especies en nuestro país en peligro de extinción por el cambio climático.

Entre ellas, por ejemplo, se encuentra el urogallo, una especie de gallina que vive en las zonas de montaña de la Península: “Cuando el clima era más frío vivía muy bien, ahora que es más cálido está desapareciendo". Lo mismo ocurre con la perdiz nival, un ave adaptada al frío extremo y que vive en los Pirineos. "Ahora no se dan sus características y está también desapareciendo", asegura el experto.

El Cambio Climático "cambiará las cosas"

Las aves son así uno de los grandes damnificados por los efectos de las temperaturas. Para Marc Illa, ornitólogo del Instituto catalán de Ornitología, el cambio climático "cambiará las cosas". "Hay especies que se adaptan a los cambios y no hay previsión de que tengan problemas, pero hay otras que son más sensibles a estas consecuencias y les va a ir mal si no consiguen ajustarse a sus ciclos biológicos", cuenta el experto. 

Aunque Illa detalla que los cambios son lentos y se producen “poco a poco”, señala que se están produciendo pequeños ajustes que tendrán un "impacto a largo plazo". "Todas las migraciones son básicamente por la alimentación", señala el ornitólogo. "Si un pájaro puede permitirse no migrar porque no lo tiene pautado, no lo va a hacer", añade.

El problema, según Illa, es que hay especies de aves a las que les cuesta mucho migrar y que se están forzando a ello debido a este problema. Otras, en cambio, migran "sí o sí" y por ello tendrán que "ajustarse" también a esta serie de efectos medioambientales.

Además, la temperatura es otra de las claves de este fenómeno. "Hay muchas especies de patos que se distribuyen en el norte de Europa que viajan hacia el sur para evitar los inviernos más fríos e hibernar donde encuentren aguas no tan congeladas y prados más verdes. Como cada vez los inviernos son más suaves y no se producen períodos de nieve tan intensos en los países del norte, todos estos pájaros que antes llegaban hoy lo hacen en menor medida", explica Illa.

Otro animal, la golondrina, ha visto también modificada su migración hacia la Península Ibérica por estos mismos motivos. "Antes llegaba a mediados de marzo pero ahora es muy común que llegue ya en febrero", señala el experto, que detalla que es una especie a la que le está afectando gravemente el aumento de la temperatura. "Se llegan a tirar de los nidos porque no aguantan el calor".

Un aumento de las temperaturas que afecta de la misma forma a los períodos reproductivos de muchas de estas especies, influidos así por las circunstancias meteorológicas del lugar en el que habitan. "Cuando se van acumulando varios años de mucho calor o tormentas, la productividad reproductiva cambia. [...] Está claro que la cosa va mal", señala Illa.

"Cuando se van acumulando varios años de mucho calor o tormentas, la productividad reproductiva cambia. [...] Está claro que la cosa va mal"

La alteración de las corrientes marinas

El mundo marino tampoco se salva. En nuestro país, a los avistamientos de tiburones producidos en las costas españolas, hay que sumar la presencia de las medusas, que han invadido este verano las costas del Mar Menor debido a las altas temperaturas y la transparencia de las aguas. 

Como explica José Carlos García Gómez, catedrático de biología marina de la Universidad de Sevilla, el calentamiento global está afectando también a las corrientes marinas y a los movimientos migratorios de varias especies, como los tiburones, que están experimentando "migraciones de carácter local" provocadas porque sus áreas de afloramiento de nutrientes están "cambiando".

"En el Atlántico Norte se habla de un 'proceso de 'subtropicalización' de este mar. Allí están llegando las sardinas, los boquerones, las caballas, los jureles... Se están produciendo varios movimientos en las especies que se pueden desplazar", asegura.

Y todo ello, según García Gómez, está cambiando los sitios por donde se situaban normalmente esas especies: "Esto está alterando el mapa de distribución y las áreas nativas que estaban prefijadas; ahora todo eso se está desmoronando".

Un proceso de cambio "muy grande"

Ante el futuro, los expertos señalan la necesidad de entender el problema y de invertir en políticas que ayuden a revertirlo. "Estamos en medio de un proceso de cambio global muy grande", declara Vieites, quien afirma que el planeta está cambiando hacia un "clima distinto".

"Este será mucho más calido a nivel global. Hay sitios que se van a calentar más que otros y las condiciones climáticas que vamos a experimentar van a ser muy diferentes a las que hemos experimentado durante miles de años". Por ello, Vieites asegura que se va a producir una "reestructuación" donde muchas especies animales van a tener que adaptarse o van a desaparecer.

"Hay que apostar por estudiar mejor las especies para poder identificar cuáles se van a adaptar mejor a estos cambios y poder invertir en mejores políticas ambientales", opina también Illa, quién incide en la importancia de tener datos y estudiar a las especies a nivel general para poder analizar los cambios en sus carácterísticas.

"Hay que plantar ya las semillas, producir un cambio de modelo energético, recuperar masa forestal y cambiar la forma en la que interactuamos con el planeta"

Aun así, Vieites declara que todavía se puede revertir el cambio, aunque asegura que se trata de un proceso lento y en el que es imprescindible mirar hacia el futuro: "Hay que plantar ya las semillas, producir un cambio de modelo energético, recuperar masa forestal y cambiar la forma en la que interactuamos con el planeta". De lo contrario, el experto del CSIC asegura que nos acercamos a una situación en la que el planeta será un sitio "inhóspito".

"Los Gobiernos tienen que tomar decisiones políticas a largo plazo y no pensando en la encuesta que sale al día siguiente", concluye el científico. En palabras de Vieites, el problema es que estas decisiones "requieren un consenso entre todos; Es un reto muy difícil". 

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