Trucos para evitar el "desplazamiento digital" y los deberes mientras se mantiene el derecho de los niños a "su tiempo libre" en verano

Los expertos recomiendan limitar el tiempo de exposición a las pantallas y realizar en su lugar actividades lúdicas con familiares y amigos durante las vacaciones escolares.
Los expertos recomiendan limitar el tiempo de exposición a las pantallas y realizar en su lugar actividades lúdicas con familiares y amigos durante las vacaciones escolares.
Henar de Pedro
Los expertos recomiendan limitar el tiempo de exposición a las pantallas y realizar en su lugar actividades lúdicas con familiares y amigos durante las vacaciones escolares.

Las vacaciones escolares no coinciden en toda su extensión con las laborales de los progenitores, por lo que estos se ven abocados a 'rellenar' un tiempo libre que tienen los menores pero ellos no. Esta situación lleva a tirar de los clásicos cuadernillos de deberes y de pantallas para suplir una carencia de tiempo libre de calidad para muchas familias trabajadoras. Sin embargo, los especialistas en educación defienden que los menores también tienen derecho a desconectar de las tareas repetitivas que realizan durante el curso en el colegio y abogan por seguir con el aprendizaje, pero a través del juego y actividades diferentes que durante el año se quedan pendientes.

El debate de los deberes en verano lleva ya muchos años abierto. Desde la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnado (CEAPA) de la escuela pública sentencian que los deberes son "un método pedagógico obsoleto" que sobrecarga al alumnado, que también "necesita vacaciones" puesto que "su ocio y tiempo libre son imprescindibles para su adecuada educación integral", afirman en una campaña para exigir la erradicación de los deberes.

La psicóloga infantil Silvia Álava afirma que este tema es un "dilema" cada año, pero recuerda que "el cerebro sigue aprendiendo todos los días del año". En su opinión, el verano se puede aprovechar para "seguir trabajando una serie de procesos cognitivos básicos como la atención, la memoria, la planificación o la organización, pero a través del juego, en lugar de las fichas y cuadernos más tradicionales". Respecto a la lectura y a la escritura, cuando son más pequeños y han de automitazarlas, sí aconseja "leer todos los días un rato". Pero, de nuevo, "de forma divertida". Álava insta a "buscar el placer de la lectura" y para ello propone dejarles elegir el cuento o escribir una carta.

Los peques de la casa "necesitan descansar de deberes, deberes, deberes y fichas, fichas, fichas que realizan durante el año y tienen menos sentido en verano", sostiene. Además, en septiembre, a la vuelta de las vacaciones, el profesorado comenzará repasando los conocimientos adquiridos el curso anterior. 

Por su parte, el director corporativo de Educación del Grupo SM, Carles Suero, prefiere huir de lo que considera "falsas dicotomías" puesto que "todo depende". En el caso de los deberes, opina que "sí, con sentido y sin que implique una carga de tiempo que impida otras actividades". Se refiere el experto a jugar con iguales, visitar un museo o hacer turismo activo en familia, por ejemplo. "Los adultos luchamos por tener una vida laboral que nos permita tener vida personal. Ese derecho se ha de respetar también con los alumnos, que pasan mil horas trabajando en el colegio y fuera durante el curso. Si los deberes se usan para evitar exposición a las pantallas, te puede salir bien. Pero si sustituyen tiempo de calidad con la familia o los amigos, son contraproducentes", considera.

Con ellos también coincide el doctor en Educación y autor del blog Yo soy tu profe Miguel Ángel Ruiz, que reivindica el descanso de los más pequeños durante las vacaciones. "Es importante que los peques disfruten de su tiempo libre y del ocio, que puedan desconectar". Si bien recomienda fomentar un aprendizaje más lúdico como por ejemplo a través de los pasatiempos, juegos de mesa, invención de historias, experimentos, retos matemáticos o sudokus, pero siempre "de forma voluntaria, que no lo sientan como una obligación".

Sobreexposición a las pantallas

Ocho de cada diez menores de entre 8 y 16 años que viven en España pasan casi cinco horas diarias de media frente a las pantallas los findes de semana, una cifra que recoge un informe de la Gasol Foundation, de los hermanos Pau y Marc Gasol, del pasado mes de abril y que los expertos en salud infantojuvenil califican de "barbaridad". Entre otras razones, porque la OMS recomienda limitar el uso de pantallas a un máximo de dos horas al día. 

Para Ruiz, "hay que tener cuidado porque al final estás como durmiendo a la mente y los pequeños están en el proceso contrario, en pleno desarrollo", advierte sobre el uso de los dispositivos a modo de "apaciguamiento, para que el tiempo pase", en lugar de darles una utilidad más constructiva y de aprendizaje.

Suero anota que "para los niños es muy importante escuchar las conversaciones con los adultos, tener relaciones de proximidad con ellos y que sean partícipes. Está demostrado que, si cuentan con esto, serán mejores lectores y estudiantes. Un niño que interactúa con adultos será un adulto con mejor desarrollo intelectual y cognitivo", subraya el directivo de SM, a la vez que pide que las pantallas no eviten estas interacciones o momentos de juego, aburrimiento, lectura, actividades en familia o simplemente acompañar, estar presente. 

El especialista añade que "usados con sentido, con criterios de seguridad y con supervisión, los dispositivos en algún caso pueden aportar aprendizaje. Pero nuestra recomendación es limitarlos mucho en verano, analizando la finalidad de su uso y con un exhaustivo control sobre todo en menores de 16 años", recalca. "Las pantallas no son malas, pero cuando se usan para sustituir actividades con más potencial, el beneficio es muy relativo", sentencia.

Coincide con ellos la psicóloga Silvia Álava, que asevera que "la sobreexposición tiene bastantes efectos negativos en el correcto desarrollo de los niños y, por tanto, hay que controlar el tiempo para evitar el desplazamiento digital, es decir, dejar de hacer cosas interesantes e importantes porque estás frente a la pantalla. Si estoy mirando el móvil en lugar de hablando con mis amigos, voy a desarrollar menos habilidades sociales, o en lugar de leyendo, voy a desarrollar menos vocabulario", ejemplifica.

Álava señala que el tiempo máximo delante de las pantallas depende de la edad y del tipo de familia, sin embargo, da una pauta: "Si pasamos frente a las pantallas más tiempo que haciendo otro tipo de actividades, entonces tenemos un problema". Tampoco es lo mismo, agrega, ver en familia una película en la televisión que estar jugando con un dispositivo solo en la habitación, donde no hay ningún tipo de supervisión sobre los contenidos consumidos, que pueden tener efectos nocivos.

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