Atajar la brecha de género en el trabajo propiciaría un aumento de en torno al 8% de la riqueza de España en 40 años

Una mujer trabajando en una oficina.
Una mujer trabajando en una oficina.
EUROPA PRESS - Archivo
Una mujer trabajando en una oficina.

"La igualdad de género no es solo un imperativo moral: también puede traducirse en empleo y crecimiento económico", asevera la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en su último informe sobre la materia. Sin ir más lejos, atajar la brecha que se da entre hombres y mujeres en el mercado laboral podría suponer, en 40 años, un aumento adicional del 9,2% de media en la riqueza de los 38 países que integran la organización; del 8% en España. 

Eliminar las desigualdades que todavía persisten entre hombres y mujeres en cuanto a salarios o jornadas laborales acarrearía un importante impulso para la productividad de los países. Según la OCDE, hay dos "desafíos" que están provocando "una reducción de la fuerza laboral en muchos países": el envejecimiento de la población y la disminución de las tasas de fertilidad. Por ello, la organización apunta que impulsar el empleo femenino podría ser un "factor crucial" para "mantener el crecimiento económico y los niveles de vida en las próximas décadas". 

Concretamente, el documento calcula que equiparar la tasa de actividad y el tiempo de trabajo de las mujeres al de los hombres permitiría incrementar el PIB per cápita de todos los países un 9,2% para 2060; con un aumento de 0,23 puntos porcentuales adicionales por año. En el caso de España, ese aumento sería algo menor a la media de la OCDE, aunque igualmente significativo: 0,21 puntos porcentuales anuales y en torno a un incremento del 8% del PIB per cápita en las próximas cuatro décadas. 

Los escenarios son considerablemente diferentes según el país en cuestión en función de las brechas de género subyacentes en cada territorio. Por ejemplo, aquellos países con brechas más profundas —tanto en la actividad laboral como en las jornadas laborales— podrían experimentar un impulso mucho más notable que los que tengan cifras de desigualdad menores. Es el caso de Colombia, Costa Rica o Turquía, donde la OCDE calcula que la riqueza podría aumentar unos 0,40 puntos anuales, hasta llegar a un crecimiento de entre el 17 y el 20% mayor del esperado para 2060. Lo mismo ocurriría con México, que con un aumento de 0,52 puntos anuales podría agregar un 22% de riqueza a su PIB en 40 años. 

Por otro lado, los países con brechas de género mucho más reducidas experimentarían un impulso de su riqueza mucho más moderado, "pero aún notable", destaca el documento al que ha tenido acceso 20minutos. Letonia, Lituania y Eslovenia, por ejemplo, podrían sumar entre un 2 y un 3% a su producción económica. 

"Oportunidades perdidas"

En el informe publicado este martes, la organización insta a los países a tomar medidas para avanzar hacia la igualdad entre hombres y mujeres, tanto en el mercado laboral como en la educación, en el ámbito empresarial y la vida pública. Ellas, sostiene el documento, siguen estando infrarrepresentadas en los puestos de poder y liderazgo, en los que se toman decisiones que les afectan, y, sin embargo, dedican una "cantidad de tiempo desproporcionada" a las tareas domésticas y al cuidado no remunerado. 

"Lo que complica su participación en el mercado laboral, especialmente una vez que se convierte en madres", subraya el texto. El resultado se traduce en que las mujeres acaban teniendo, en general, tasas de empleo más bajas, trabajan menos horas a la semana, están muchas veces condicionadas por los prejuicios que las encasillan en unos u otros sectores y se enfrentan a "techos de cristal persistentes" que, al final, implican un salario inferior al de sus compañeros. 

Todos estos factores acaban repercutiendo en los ingresos a lo largo de la vida y en las pensiones de las mujeres lo que, precisan los expertos en el estudio, "significan oportunidades perdidas para la creación de empleo, el crecimiento y la innovación, lo que afecta a toda la economía".

Ellas trabajan cinco horas menos por semana

Y es que, a pesar de las mejoras impulsadas en materia de conciliación por la mayoría de países, las mujeres siguen dedicando cinco horas menos a la semana al trabajo que sus compañeros. "Las madres todavía se ausentan del mercado laboral de manera desproporcionadamente prolongada después de dar a luz", señala el texto. Además, incluso cuando vuelven a incorporarse a sus puestos de trabajo, la carga de los cuidados implica en muchas ocasiones que deban optar por una jornada parcial y, por tanto, renuncien a promocionar o cobrar más. 

Así lo demuestran los datos, que a pesar de todo si reflejan cierta mejora respecto a 2010: de media, en la OCDE las mujeres trabajan 5,3 horas semanales menos que los hombres (6,5 en 2010). En España, la cifra desciende hasta las cinco horas (que supone una mejora de un punto respecto a 2010). Suiza, Países Bajos y Costa Rica, son los países con brechas más acusadas (9.8, 9.1 y 8.5, respectivamente). 

En cuanto a la tasa de actividad femenina (el porcentaje de empleados entre las personas en edad de trabajar) la tasa de actividad femenina en España durante el cuarto trimestre de 2022 fue del 59,4%, frente al 69,2% de los hombres. Dato ligeramente peor que el de la media de la OCDE, que apunta una tasa de actividad femenina del 66,7% (del 76,6 para los hombres).

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