Unidas Podemos falla en su intento de forzar una votación 'in extremis' para limitar los pisos turísticos en la ley de vivienda

Los ministros Félix Bolaños y Ione Belarra, este miércoles en el Congreso.
Los ministros Félix Bolaños y Ione Belarra, en el Congreso en una imagen de archivo.
EFE
Los ministros Félix Bolaños y Ione Belarra, este miércoles en el Congreso.

El Congreso aprobará este jueves la ley de vivienda sin que se escenifique la división entre PSOE y Unidas Podemos con respecto a la limitación del número de pisos turísticos en los territorios en los que el mercado inmobiliario está más tensionado. Los morados pretendían presentar una enmienda de última hora con el fin de forzar una votación para incluir esta medida en la nueva norma. Pero finalmente no han podido ni llegar al registro: ningún grupo se ha prestado a acompañar a Unidas Podemos en su propuesta y los morados no se habían reservado ninguna enmienda a la que poder añadir su medida de última hora para que fuera votada este jueves.

Una vez se aprueban en comisión los textos finales de las leyes, los que después el Pleno del Congreso tiene que ratificar, los grupos parlamentarios tienen la potestad de mantener 'vivas' algunas de sus enmiendas que no han sido aceptadas para que sean debatidas y votadas una vez más antes de que la norma sea finalmente convalidada. El reglamento, no obstante, no permite proponer nuevos cambios en el texto: únicamente mantener los ya planteados y negociar entre grupos parlamentarios para fusionar enmiendas similares en una sola que tenga más opciones de salir adelante.

A esta última práctica, en jerga parlamentaria, se la llama "transaccionar". Y eso es precisamente lo que Unidas Podemos pretendía hacer para forzar la votación de su propuesta sobre pisos turísticos este jueves: transaccionar ese texto con alguna enmienda presentada por otro grupo parlamentario que siguiera viva. Eso es así porque los morados decidieron la semana pasada no mantener ninguna de sus enmiendas rechazadas una vez la ley de vivienda recibió la luz verde para ser aprobada definitivamente este jueves. Y, por tanto, no podían añadir su iniciativa sobre alquileres turísticos a ninguna otra enmienda propia ni presentar una nueva, ya que el reglamento lo prohíbe.

Hasta este miércoles, Unidas Podemos intentó que algún otro grupo parlamentario introdujera su propuesta en alguna de las enmiendas que tuviera 'vivas', pero no tuvo éxito. Las negociaciones que más avanzaron, según fuentes conocedoras de las mismas, fueron con el PNV, pero finalmente la formación nacionalista vasca no accedió a que pudiera debatirse y votarse la iniciativa en el Pleno.

En cualquier caso, incluso si alguna formación se hubiera avenido a intentar esa modificación de última hora en la ley de vivienda, la enmienda no habría tenido ninguna opción de prosperar. La negociación con el PSOE se cerró hace un par de semanas tras muchos meses de bloqueo y los socialistas dejaron claro ya el lunes pasado que consideran que la limitación de los pisos turísticos es una competencia autonómica y local, no estatal, y por tanto no corresponde legislar sobre ella en la ley de vivienda. No obstante, que se votara la propuesta habría servido a Unidas Podemos para que el PSOE se viera obligado a posicionarse ante una cuestión que promete ser capital en la campaña para el 28M.

En concreto, Unidas Podemos apostaba por establecer un tope de este tipo de pisos turísticos del 2% del número de habitantes de la zona tensionada en cuestión. Eso supondría, por poner un ejemplo, que en una área tensionada en la que hubiera 10.000 residentes no se pudieran ofrecer más de 200 plazas de alquiler turístico. La propuesta también reclamaba reforzar las inspecciones para garantizar que todas las viviendas de uso turístico tienen la correspondiente autorización previa y para velar por la convivencia, ya que en los últimos años ha crecido el número de viviendas dedicadas a alquiler residencial que se alquilan por días para usos turísticos.

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