Cuando estudiar en la universidad no asegura un buen puesto: España es el país de la UE con más graduados en trabajos poco cualificados

  • El 36% de los graduados superiores ocupa una posición inferior a su nivel de estudios.
  • Los graduados superiores españoles acaparan la tasa más alta de temporalidad de la UE, según la Fundación CYD. 
Estudiantes esperan antes de comenzar las pruebas de acceso a la universidad 2022, a 7 de junio de 2022, en Santiago de Compostela, A Coruña, Galicia (España).
Estudiantes esperan antes de comenzar las pruebas de acceso a la universidad 2022, a 7 de junio de 2022, en Santiago de Compostela, A Coruña, Galicia (España).
Álvaro Ballesteros / Europa Press
Estudiantes esperan antes de comenzar las pruebas de acceso a la universidad 2022, a 7 de junio de 2022, en Santiago de Compostela, A Coruña, Galicia (España).

Hasta hace poco predominaba la creencia entre la sociedad de que sacarse un título universitario era garantía de éxito, o por lo menos estabilidad, en el futuro laboral. La fórmula era sencilla: elegir una carrera e hincar codos durante, mínimo, cuatro años... y lo demás vendría rodado. Pero la teoría cojea cada vez más. Ni elegir un grado asegura un puesto alto, ni priorizarlo frente a otras vías educativas, como la Formación Profesional (FP), es el camino más seguro

Los datos así lo indican. Casi cuatro de cada diez graduados superiores ocupa una posición en su puesto de trabajo inferior a su nivel de estudios. O dicho de otro modo, solo seis de cada diez trabaja en un puesto acorde a lo que estudió. España es, de hecho, el país de la Unión Europea (UE) con más sobrecualificación: un 36,6% frente al 22,1% de la media de los 27 Estados miembros, tal y como se constata en el último informe anual de la Fundación CYD. Ni Grecia, ni Chipre, ni Austria, ni Italia tienen un desajuste igual entre formación y empleo. 

Según las cifras de 2021, los graduados superiores españoles acapararon la segunda menor tasa de empleo de la UE, la segunda mayor tasa de paro y la más alta temporalidad (duplica la media) respecto al resto de países europeos. Coyuntura que en el informe atribuyen a un "problema estructural de la economía española a la que todavía le cuesta recuperarse y situarse en los valores alcanzados antes de la Covid". España es, además, el único país del sur de Europa que sigue sin restablecer la tasa de empleo y paro para los graduados superiores. 

Porcentaje de ocupados graduados superiores empleados en ocupaciones que no son de alta cualificación.
Porcentaje de ocupados graduados superiores empleados en ocupaciones que no son de alta cualificación.
CYD

Todo ello teniendo en cuenta que en el estudio no se reflejan todavía los efectos de la reforma laboral, aprobada en diciembre de 2021, que aspira a reducir la temporalidad y a mejorar la estabilidad en el empleo. "Habrá que ver si los efectos que genera son positivos, o, por lo contrario, acaba creando nuevas disfunciones", apunta el análisis. 

Faltan cualificados medios

La situación tiene su explicación también en la fotografía general de cómo deciden estudiar los españoles. El informe habla de "predilección" de los ciudadanos de España por la formación superior, sobre todo entre la población más joven. Hay muchos ciudadanos que cursaron estudios superiores (universidad, grado superior, etc.) y muchos que se quedaron al terminar la enseñanza obligatoria. Pero en medio de esos dos grupos, la proporción es mínima.

En concreto, un 40,7% de la población adulta entre 25 y 64 años tiene estudios superiores (el 33,4% en la UE), un 36,1% tiene como mucho la ESO, y apenas un 23,2% cuenta con estudios postobligatorios no terciarios (bachillerato y ciclos formativos de grado medio). En la UE, la media de este último dato es de casi el doble, del 45,9%. "Hace falta apostar por un modelo de formación que potencie la relevancia de los estudios de nivel medio", apunta el documento. La tendencia se dispara entre los más jóvenes (de entre 25 y 34 años): casi la mitad (48,7%) poseen estudios superiores. 

Sin embargo, España es -junto a Grecia, Rumanía y Bulgaria- el país europeo con menor porcentaje de ocupaciones de alta cualificación. La investigación analiza también hacia qué puestos de trabajo se van esos graduados superiores que acaban en trabajos de baja cualificación. En España hay en torno a cinco puntos porcentuales más de ocupados graduados superiores que trabajan de contables, administrativos y otros empleados de oficina (13,4% frente al 8,3% de la UE) y como trabajadores de servicios de restauración, personales, protección y vendedores (11,2% frente al 6,5%).

Tasa de empleo de los graduados superiores (%).
Tasa de empleo de los graduados superiores (%) en 2021, y variación respecto a 2019.
CYD

Por comunidades autónomas, Navarra y Cataluña son las regiones con mayor tasa de empleo y menor tasa de paro entre sus graduados superiores (85 y 86% de tasa de empleo, respectivamente). En el lado opuesto se encuentran Canarias, Andalucía y Extremadura, que presentan tasas de desempleo del 14, 13 y 12%, respectivamente. 

Tasa de paro de los graduados superiores (%) en 2021 y variación respecto a 2019.
Tasa de paro de los graduados superiores (%) en 2021 y variación respecto a 2019.
CYD

Desajuste entre oferta y demanda

"El notable incremento del número de titulados superiores en las últimas décadas no ha ido acompañado de un aumento de la demanda por parte del tejido productivo español", apunta Montse Álvarez, miembro del gabinete técnico de la Fundación CYD. Para hacer frente a ese problema de sobrecualificación, añade, haría falta que el sistema productivo "fuera capaz de generar más empleo de alta cualificación", especialmente en algunos perfiles "claves" para el futuro, como los científicos, técnicos e informáticos, así como en el campo de la administración y dirección de empresas. 

Es precisamente en esos campos donde se observa un mayor desajuste entre oferta y demanda de empleo de alta cualificación. Donde no se genera suficiente empleo para los graduados. Esto, incide el informe, sugiere que la distribución de los titulados por ámbitos de estudio "no se corresponde" con la que necesitaría realmente la estructura productiva actual del país. 

Otra cuestión a destacar, incide Montse Álvarez a 20minutos, es que, si bien hay muchos graduados superiores, "también se observa un porcentaje relevante de empresas que se encuentran con dificultades para cubrir puestos de trabajo de determinadas cualificaciones". Esto, añade, significa que "los conocimientos y competencias con los que egresan los titulados de las instituciones españolas de educación superior no acaban de adecuarse enteramente a las necesidades de los que serían sus empleadores".

Más el 'qué' se estudia que el 'cómo' o el 'dónde'

Aun así, se mantiene la tendencia lógica. Cuanto más nivel de estudios, más garantías laborales: menor tasa de paro, mayor tasa de empleo, más porcentaje a tiempo completo y con contrato indefinido, y más ingresos por trabajo desempeñado. 

"Pero también encontramos que, desde el punto de vista de la empleabilidad, y dentro del grupo de la población con estudios superiores, el área de estudio de la titulación es un factor más determinante que el hecho de tener o no estudios universitarios", precisa la miembro del gabinete técnico de la Fundación CYD. 

Los de artes y humanidades obtienen peores indicadores que la mayoría de los que se han titulado en ciclos de grados superiores

Así, añade Álvarez, los graduados universitarios en ingeniería, industria y construcción, informática y salud obtienen buenos indicadores de inserción laboral. En cambio, los de artes y humanidades obtienen peores indicadores que la mayoría de los que se han titulado en ciclos formativos de grado superiores (con excepción de los ingresos percibidos).

Además, cabe destacar que las ramas con los mejores indicadores de inserción laboral (como ingeniería, industria, construcción, informática, etc.) han visto como sus titulados universitarios ibvan disminuyendo progresivamente en las últimas décadas. Lo contrario a ámbitos como las artes y humanidades o servicios (donde destacan deportes y turismo), con peores indicadores. En comparación con la UE, mientras que el porcentaje de egresados en educación en España es el doble (20,4% frente a 10,6%), los titulados en STEM suponen seis puntos menos (19% frente a 25%).

Más flexibilidad para las universidades

Para Álvarez, hace falta dotar a las universidades de una mayor autonomía y flexibilidad para que puedan acreditar titulaciones y "adaptarlas a las necesidades del mercado laboral", cada vez más cambiantes en un contexto de digitalización acelerada y transición ecológica. 

"Sería conveniente colaborar más estrechamente con el sistema productivo, incluso en el diseño de los planes de estudios, la realización de más y mejores prácticas en empresas e instituciones, fomentar la formación universitaria dual, así como una mayor relación entre la formación profesional y la formación universitaria, estableciendo pasarelas que faciliten la transición entre diversos niveles e itinerarios de aprendizaje", concluye. 

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