Revuelo en las aulas por la irrupción del ChatGPT, la inteligencia artificial capaz de hacer los deberes a los estudiantes

La introducción de ChatGPT en las aulas.
La introducción de ChatGPT en las aulas.
Carlos Gámez
La introducción de ChatGPT en las aulas.

¿Chat qué? ChatGPT. ¿Entrenado para qué? Para mantener conversaciones. ¿Que ayuda a hacer deberes escolares? Entre otras cosas. Es capaz de arrojar información de calidad aceptable sobre un tema del que le preguntas en cuestión de segundos. El problema: que se necesita un criterio de base para calibrar la rigurosidad del contenido que se ofrece como respuesta. Hablamos del ChatGPT, una nueva -surgida en noviembre del año pasado- herramienta de inteligencia artificial desarrollada por la empresa OpenAI que ha causado "un gran revuelo" entre la comunidad educativa. 

Tanto profesores como estudiantes conversan sobre este 'chatbot', que comparan, por ejemplo, con la irrupción en su momento de los buscadores de Internet, los correctores ortográficos o, incluso, con la calculadora. Los especialistas consultados por este periódico tienen claro que "ha llegado para quedarse" y, es más, esperan versiones de pago o para empresas en los próximos meses. Antes que prohibir su uso, como ya se ha hecho en las escuelas de Nueva York o Los Ángeles (EE UU) con el argumento de preservar el desarrollo del pensamiento crítico o proteger la honestidad académica, los expertos abogan por "integrar" esta herramienta en los contextos que lo permitan, al tiempo que apuestan por replantear las formas de evaluar a los estudiantes.

El sociólogo y experto en Educación José Saturnino Martínez, ahora director general de la Agencia Canarias de Calidad Universitaria y Evaluación Educativa, destaca a 20minutos el "potencial de democratización del conocimiento" del ChatGPT. Se refiere a que ahora la máquina es capaz de brindar el apoyo con los deberes fuera del aula que los escolares de familias de rentas bajas no pueden pagar o cuyos padres no pueden ofrecer por falta de tiempo o conocimientos. En su opinión, la ayuda con los deberes ya se está dando por parte de las familias que pueden pagarla o brindarla a sus hijos, por lo que debatir ahora este aspecto de la herramienta le parece un debate "tramposo" y "perturbado"

"Ahora habrá que replantearse cuál es la utilidad del trabajo autónomo que se pide a los estudiantes, pues ya sabemos que se corre el riesgo de que se lo haga otra persona". Por ello, el José Saturnino Martínez apuesta por que este "no sea la parte más significativa del trabajo" y por replantear la forma de evaluar a los estudiantes, de forma más "cualitativa e individualizada", por ejemplo con exámenes orales, para comprobar que se han adquirido los conocimientos pertinentes y los ha entendido. "La idea es poner deberes para que aprendas, pero si te los hace la máquina, o la familia, o una empresa, no aprenderás. Tú verás", resume.

Por el momento ningún centro ni ninguna institución se ha puesto en contacto con el departamento de la Consejería de Educación de Canarias que dirige Martínez para preguntar o pedir asesoramiento sobre cómo usar esta nueva herramienta, de la que reconoce que "tiene un potencial enorme" y "posiblemente hará que nos recoloquemos como cuando salió el móvil o internet". 

"Oportunidad", "beneficioso"

Como una "oportunidad" lo ve el presidente de la Confederación Estatal de Asociaciones de Estudiantes (CANAE), Antonio Amante. "Tanto para estudiantes como docentes". Este estudiante de Ciencias Políticas y Administración Pública de 19 años que pide aprovechar la irrupción de ChatGPT "para replantear el modelo de enseñanza y evaluación que queremos: centrado en la memoria o en el razonamiento". Por su parte, cuenta que ningún docente le ha trasladado indicaciones respecto al uso o prohibición de esta herramienta.

El joven asegura que no ha usado "todavía" ChatGPT porque está centrado en los exámenes del primer cuatrimestre, pero lo descubrió en TikTok, donde ha causado un "gran revuelo" entre los estudiantes. Afirma asimismo que no conoce a nadie que lo haya usado para presentar algún trabajo. Amante solicita "informar a los estudiantes" sobre cómo hacer un buen uso de este robot y "formar a los docentes", que les reconocen que "no tienen herramientas para detectar su uso". 

También por las redes sociales se enteró de su existencia el secretario de CANAE en Murcia, Andrés Campillo, que estudia primero de Bachillerato. El joven, de 16 años, tampoco ha usado ChatGPT ni sus profesores le han hablado de la herramienta, que ve "beneficiosa" porque "permite ahorrar tiempo, tiempo que se puede destinar a profundizar en el tema a estudiar". Como Amante, insta a "adaptar la educación a las nuevas tecnologías".

En esta línea, el doctor en Informática y profesor de la Universidad Complutense de Madrid Federico Peinado Gil rechaza su prohibición y opta por "integrar" esta herramienta en las dinámicas escolares. Sin embargo, y tras asegurar que es "sorprendente" la capacidad de respuesta de ChatGPT y destacar su "potencial", enumera los problemas que observa en sus primeros dos meses de andadura.

No es oro todo lo que reluce

Entre ellos, Peinado cita que no tiene información sobre hechos recientes -conoce hechos ocurridos hasta 2021, según explica el propio chat en 'conversación' con este periódico- y que se equivoca en datos concretos e incluso en operaciones matemáticas sencillas "por lo que no puedes fiarte de la información que te da". El profesor subraya que en ningún caso hay que confiar en la información médica que ofrece y que, si bien puede acertar al detectar una cláusula abusiva en un contrato, también puede fallar. "La desinformación es uno de los riesgos más importantes" que ve el especialista, que también anota que "aunque se defiende, sigue presentando sesgos".

Otra pega que mencionan los especialistas es que ChatGPT ofrece lo que denominan "alucinaciones", en referencia a "invenciones", porque no sabe diferenciar de lo que es verdad y es falso -más que mentir, que implicaría intención-. Por ello, añade el profesor de Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), Robert Clarisó, se necesita contar con un bagaje de base que filtre la información y calibre su fiabilidad para "que no te marque un gol, un error".

Sobre los problemas de plagios, José Saturnino Martínez reconoce que es "una cuestión de preocupación" que ya viene de las evaluaciones virtuales, para lo cual se desarrollan herramientas de software que lo detecten, pero contra las que los estudiantes contraatacan. "Es un proceso incierto sujeto a la lógica de la carrera de armamento: tú desarrollas la espada para detectar la copia y el alumnado inventa un escudo; tú haces un hacha y los estudiantes hacen una malla... Esto genera un modelo inestable, donde cualquier avance en un sentido se contrarresta con otro avance en el otro sentido, para acabar con estar prácticas, que pueden devaluar el sistema si no te tiene cuidado".

¿Prohibir o integrar?

Peinado abunda en que los profesores deberían ser más conscientes de que hoy en día "es muy fácil" cometer fraude en las tareas para casa. Pero lo acepta y se inclina por "integrar" esta herramienta, como en su día se hizo con la calculadora. "Si pides cuentas y resultados, es probable que use calculadora o Excel, por lo que no tiene sentido pedir el resultado, sino que hay que solicitar el desarrollo completo. Esto es lo mismo, pero con el lenguaje. Habría que pedir redacciones en el tiempo de clase, por ejemplo".

Consultado el sindicato independiente de profesores ANPE por esta herramienta, reconocen que entre sus colegas "nadie la conocía" y "no han detectado un uso generalizado", si bien entienden que podría llegar siguiendo el éxito que ha tenido en EE UU. Desde esta organización se muestran "a favor del buen uso" de la inteligencia artificial y las nuevas tecnologías.

A la UOC, en cambio, sí han llegado debates sobre esta herramienta y se discute sobre la conveniencia de "adaptar" las guías de estudiantes para indicar "si es legítimo o no utilizar ChatGPT para determinados tipos de actividades", reconoce Clarisó. Para ayudar a luchar contra el uso indebido de esta herramienta, este profesor asegura que ya se está desarrollando software que detectar "con cierta tasa de éxito" el empleo de inteligencia artificial.

La dicotomía prohibir o integrar no es tal para los especialistas consultados, que consideran que esta herramienta puede ser positiva en algunos casos. Como ejemplifica el especialista de la UOC, "entiendo que se prohíba en un ejercicio de comentario crítico de un texto de filosofía, pero en otros casos en los que el valor no sea la redacción, puede ser una herramienta para ser más productivo, como hoy en día usamos el corrector ortográfico. Creo que a la larga será una herramienta más de su día a día para mejorar los textos que escribes, pero en los escenarios cuando estás aprendiendo a escribir sí que habría que prohibirlo".

Por su parte, el antiguo profesor de la Universidad de La Laguna reconoce el factor "disruptivo" de la nueva herramienta, que "puede ser más efectiva que la Wikipedia a la hora de buscar información porque la da de forma más estructurada", pero pide no caer en un "falso dilema apocalíptico o integrado: ni va a ser el fin de la humanidad ni va a resolver todos nuestros problemas. Se puede usar bien o mal".

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