La subida del 8,5% de las pensiones prevista para el próximo año protagonizó de nuevo el pasado jueves un cruce de declaraciones entre Gobierno y oposición en el Congreso de los Diputados, donde Ciudadanos volvió a entonar la voz discordante tratando de poner sobre la mesa el debate sobre el ensanchamiento de la brecha intergeneracional en España, dado que los salarios, especialmente los de los jóvenes, no crecen al mismo ritmo que la retribución de los jubilados.
Mientras la formación naranja reclama velar por la sostenibilidad de las pensiones y las cuentas públicas y por evitar que su revalorización con el IPC "hipoteque el futuro de varias generaciones", el PP se limita a tildar de electoralista la medida y el PSOE defiende la viabilidad del sistema y pide que no se enfrente a "los abuelos con los nietos".
Tanto la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, como la líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, criticaron durante la sesión plenaria el "electoralismo" de las medidas del Gobierno de Pedro Sánchez, que compareció ante la Cámara Baja para informar sobre las medidas energéticas anticrisis. En particular, la presidenta de la formación naranja acusó a Sánchez de utilizar a los pensionistas con fines electoralistas y afirmó que el Ejecutivo de coalición "no es solo una máquina de división social", sino también "una fábrica de generar desigualdad".
"Las pensiones son el último escalón y claro que tiene que haber pensiones dignas en nuestra sociedad, pero lo que usted está haciendo es una brecha intergeneracional", afeó Arrimadas al Gobierno de Sánchez, del que añadió que está "llenando la hucha de las pensiones a costa de las cotizaciones que le acaban de subir a las pymes y los autónomos". Si bien la líder de Ciudadanos insistió en que "los pensionistas no son los culpables del problema", recalcó que "un país que gasta la mitad de su gasto en pensiones y en pagar la deuda es un país que no puede prosperar" y lamentó que ni el PSOE ni el PP quieran ver esta "verdad incómoda" porque ambos "tienen la misma realidad electoral".
Además, Arrimadas subrayó la necesidad de abordar la base del sistema y apeló a la valentía y a la responsabilidad de las formaciones políticas. "Ser valientes y responsables hoy es lo que va a hacer que las nuevas generaciones tengan oportunidad", defendió. En ese sentido, pidió al Ejecutivo la convocatoria del Pacto de Toledo para tratar los "mecanismos de sostenibilidad de las pensiones antes de que hipotequen el futuro de varias generaciones" y, al igual que Gamarra, puso el ejemplo de los socialistas portugueses, que han justificado no subir más de un 4% las pensiones "para no amenazar la sostenibilidad del sistema de Seguridad Social".
No enfrentar a "abuelos y nietos"
Por su parte, la secretaria general del PP, que evitó hablar de desigualdad intergeneracional, se limitó a criticar la "propaganda" y el "electoralismo" de las medidas del Gobierno de Sánchez, a quien afeó dar "lecciones" sobre el Estado de bienestar cuando él mismo como diputado votó a favor de "congelar" las pensiones en 2010. Estos reproches obtuvieron respuesta por parte del presidente del Gobierno, que acusó al PP de "clasismo" y "soberbia" al insinuar que el Ejecutivo utiliza las pensiones como arma electoral.
Asimismo, Sánchez señaló que es la formación de Alberto Núñez Feijóo quien trata de "enfrentar a abuelos y nietos" y defendió la subida de las pensiones anunciada por su Gobierno, asegurando que el sistema "es viable y de justicia" y que es posible mantener el poder adquisitivo de las pensiones y avanzar en nuevas reformas. "El problema está en la indignidad que cobran muchos trabajadores jóvenes", afirmó apuntando a la otra parte de la ecuación. "Los problemas de los jóvenes no están en los bolsillos de sus abuelos", añadió tras recordar la "devaluación" que supuso la reforma laboral y de las pensiones del Gobierno de Mariano Rajoy.
También el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, se refirió a este asunto y expresó que no se debería "odiar" al sistema público de pensiones, sino al sistema fiscal. El dirigente catalán criticó el "falso" debate creado en torno a las pensiones, que, a su juicio, se sustenta sobre la premisa "tú, joven precario, odia a tu abuelo y a los políticos y al Gobierno que le pagan". En ese sentido, lamentó que mientras la gente "odia a su abuelo y a los políticos, olvida al jefe que le explota o al rico que le miente" y recordó que casi 6 millones de pensionistas cobran menos de 1.000 euros al mes y que 500 multimillonarios "dejan de pagar en impuestos 1.000 millones de euros".
En la misma línea, fuera del hemiciclo, el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, también rechazó este jueves en un desayuno informativo este debate centrado, en su opinión, "indigno" y en las pensiones más altas. El líder sindical, que afeó que se hable de un "problema intergeneracional" como si los jubilados fueran responsables de "los salarios de miseria o de la penuria de los jóvenes en nuestro país", rehusó la posibilidad de congelar las pensiones más altas, porque corresponden a las personas que más han contribuido al sistema. Lejos de criticar la subida, Álvarez apostó por llevar a cabo un "proceso gradual de destope", "negociado" y "plenamente asumible para las empresas", tanto en la base máxima de cotización como en la pensión máxima.
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