Todo el mapa de Andalucía se tiñó este domingo de azul. Un resultado histórico para el PP y una hegemonía por provincias que no se veía en más de 15 años, cuando el PSOE en 2004 logró imponerse en las ocho provincias andaluzas. Ahora es el PP quien ha logrado ganar en todas, incluido Sevilla. En cuarenta años de autonomía y en las 12 elecciones autonómicas desde 1982, nunca la provincia de Sevilla había dado de lado al PSOE, hasta el punto de convertirse en su gran feudo, prácticamente su "casa".

El bastión ha caído y es la muestra más clara de la arrolladora victoria del PP. Sevilla es la provincia más poblada, con más electores y la que más diputados suministra al Parlamento. En 2018, los populares fueron cuarta fuerza en la provincia, por detrás de PSOE, Adelante Andalucía y Cs. Solo 3 escaños frente a los 6 del PSOE. En estos comicios, sin embargo, tanto la capital como la gran mayoría de las localidades sevillanas votaron por Moreno frente a Espadas. El PP ganó incluso en Dos Hermanas, Alcalá de Guadaira y Utrera, tres localidades de importancia que siempre habían optado por el PSOE.

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En 2015 y 2018, los populares solo ganaron en Almería. En 2012, con la victoria de Javier Arenas, lograron cinco de las ocho provincias. El PSOE pierde todas las provincias que le habían sido fieles en la última década, con feudos tradicionales como Huelva y Jaén, que han virado a la derecha. Moreno se hizo también con El Ejido (Almería), localidad que votó decididamente por Vox hace cuatro años. Además, arrasó en Cádiz y logró la capital, que en 2018 quedó en manos de Adelante Andalucía. En Jerez, gran feudo de Ciudadanos, y en Sanlúcar de Barrameda, localidad de Juan Marín, también se sobrepuso el PP al resto de partidos.

Henar de Pedro

En Málaga también convenció mayoritariamente Moreno, en la capital incluso doblando el porcentaje de votos del PSOE. En todas las capitales ganó el PP, una circunstancia muy distinta a la de 2018, cuando los populares consiguieron solo cuatro capitales: Córdoba, Granada, Almería y Jaén.

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Más allá de las capitales, la clave en el histórico vuelco de color en el mapa hay que buscarla en la Andalucía rural, que tradicionalmente ha sostenido al PSOE y que este domingo apostó de manera inédita por el PP. Durante décadas, los populares encontraron serios problemas para convencer a un electorado «de interior» muy fiel al PSOE. Estas duodécimas elecciones andaluzas ofrecen ya una imagen del mapa de la comunidad nunca antes vista.