La irrupción de la tecnología en la educación

La enseñanza telemática ha visto acelerada su implementación a causa del contexto pandémico.
La enseñanza telemática ha visto acelerada su implementación a causa del contexto pandémico.
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La enseñanza telemática ha visto acelerada su implementación a causa del contexto pandémico.

Comenzar estudios formativos superiores en España en plena pandemia ha sido un desafío para todos, desde los docentes hasta los discentes. Esta complicada etapa que hemos atravesado ha puesto a prueba nuestra capacidad de adaptación y resiliencia y en el ámbito educativo no ha sido menos.

No obstante, no todas las conclusiones que puedan extraerse durante este periodo han sido negativas, puesto que las duras condiciones sanitarias han impulsado una nueva modalidad que ha llegado para quedarse: la enseñanza telemática.

"Durante este periodo se ha trabajado para fomentar la competencia digital de docentes y alumnos"

Además, todos los cursos, MOOC y Grados en línea han sido muy solicitados, sobre todo en los albores de la pandemia. Según el informe Situación actual de la educación en España a consecuencia de la pandemia, elaborado por el Ministerio de Educación y Formación Profesional, durante este periodo se ha trabajado "para disminuir la brecha digital mediante la incorporación del aprendizaje telemático y de estrategias para fomentar la competencia digital de docentes y alumnos".

La formación a distancia ha propiciado, además, que no solo los grupos etarios más jóvenes hayan disfrutado de un proceso formativo, al favorecer que los mayores aprendan a manejar dispositivos inteligentes.

Consecuencias

Todos los españoles que desearon iniciar estudios universitarios durante la pandemia se vieron en una encrucijada, debido a la incertidumbre que reinaba en el primer semestre de 2020. Aunque todavía es pronto para saber si los alumnos que comenzaron en dicho año terminarán sus formaciones entre 2023 y 2024, los estudios existentes nos indican que la crisis económica que acarrea el coronavirus podría afectar a la demanda de la educación superior en un doble sentido.

Por un lado, la recesión económica que lleva consigo la pandemia puede hacer que el paro juvenil aumente y los individuos sigan estudiando hasta completar sus estudios superiores. Pero, por el contrario, los periodos de crisis económica como el que estamos viviendo también reducen la capacidad de financiación para comenzar dichos estudios, sea por falta de empleo del propio estudiante o por falta de solvencia económica de los padres.

Muchos jóvenes deciden prolongar sus estudios hasta que la situación sanitaria se solucione

Por otra parte, la crisis sanitaria sobrevenida por el SARS-CoV-2 también ha provocado que muchos estudiantes que ya estaban inmersos en una carrera universitaria o en otros estudios superiores cuando surgió la pandemia decidan esperar dentro del sistema educativo hasta que mejore la situación macroeconómica. Así han evitado adentrarse de lleno en el mundo laboral en estas condiciones sociosanitarias o por falta de oportunidades por parte de las empresas.

Digitalización

No en vano, no todas las noticias son negativas. Como mencionábamos anteriormente, la enseñanza a distancia se ha consolidado y la COVID-19 ha marcado un antes y un después en las entidades, escuelas y centros de estudios superiores.

No solo el teletrabajo o clases en línea, también la adquisición de bienes y servicios se ha generalizado en España, incluso en ciudades pequeñas. Las universidades y centros de formación no son una excepción en cuanto a la introducción de cambios muy relevantes en la praxis y en la rutina del día a día de trabajadores y alumnos.

La adaptación a la digitalización va a implantar el aprendizaje en línea de forma permanente

Según un reciente estudio de la Universidad de Cambridge, pese a que la pandemia fuera circunstancial, los cambios que trae consigo en cuanto a la adaptación a la digitalización van a implantar, de forma permanente y parcial, el aprendizaje en línea, especialmente en esta etapa de formación.

¿Y ahora, qué?

Después de más de dos cursos académicos repletos de incertidumbre y cambios constantes, se espera un futuro más halagüeño en cuanto al número de egresados y de demanda en las carreras y grados superiores.

"La COVID-19 está impulsando una revolución en la educación que se debió hacer hace mucho tiempo"

No obstante, parece que la cultura digital se ha impuesto en los campus universitarios. El Foro Económico Mundial ha publicado un artículo en el que afirmaba que "la COVID-19 está impulsando una revolución en la educación que se debió hacer hace mucho tiempo", lo que hace que se atisbe "un nuevo paradigma educativo".

La naturalización de la enseñanza en línea, las conferencias online y su aceptación masiva en la mayor parte de las universidades europeas y españolas ha hecho que la distancia física para comenzar unos estudios en ciertos centros no suponga un problema, algo que sí que era motivo de reticencia por parte del alumnado antes de la pandemia. Se trata de una nueva forma de democratizar la educación superior, ya que el coste de desplazamiento (que se evita en esta modalidad) deja de suponer un freno.

Esta ruptura de las barreras físicas y la disrupción digital posibilita que personas de todo el mundo puedan dirigirse a grandes audiencias y aprender, enseñar y trabajar a un costo cercano a cero, lo que revolucionaría no solo la educación, sino la investigación científica.

Se prevé un aumento exponencial de solicitudes en másteres, grados y posgrados para el próximo curso

Por ello, se espera que las universidades de España reciban más solicitudes ahora que en los dos cursos pasados, aunque muchos másteres, grados y posgrados tengan un cariz telemático y los lugares de residencia del alumnado sigan siendo sus ciudades de procedencia.

Perfil del alumnado

En 2019-2020, momento en el que surge la pandemia con el curso ya comenzado, dos de cada diez alumnos se habían matriculado en una universidad no presencial, según queda reflejado en el informe de Datos y cifras del sistema universitario español del curso donde comenzó la pandemia elaborado por el Ministerio de Universidades.

Asimismo, el perfil de estos estudiantes era en su mayoría del grupo etario de entre 18 y 21 años, seguido por el de 22 a 25 años. Ahora, tras dos años de recesión económica en el que muchas personas han perdido sus empleos o no consiguen uno nuevo, el perfil del estudiante es más heterogéneo y variado.

El nuevo perfil del alumnado y la adopción de nuevas técnicas de enseñanza posibilitadas por la transformación tecnológica ya ha empezado a tener consecuencias este año, tal y como se refleja en el informe de los Datos y cifras del curso escolar 2021/2022, del Ministerio de Educación y Formación Profesional.

Los Ciclos Formativos de Grado Superior han incrementado el número de alumnos en un 5,2%

Según este estudio, se han superado las cifras de estudiantes en Formación Profesional registradas en el año académico anterior en un 4,1%, siendo los Ciclos Formativos de Grado Superior los que más han incrementado el número de alumnos, con un 5,2%.

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