A partir de esta semana, Raúl Magallón y Álex Igual van a tener una misión muy concreta e importante en el instituto en el que actualmente estudian 3º de la ESO. Después de haber estado formándose durante el curso, ambos han pasado a engrosar la lista de 'ciberayudantes' con los que cuenta el Clara Campoamor Rodríguez de Zaragoza. Y ahora ha llegado el momento de trasmitir a los compañeros de 1º todo lo que han aprendido sobre ciberacoso y sobre el uso responsable de internet y las redes sociales.

"Se nos ha instruido sobre identidad y privacidad digital, sobre qué son conceptos como el sexting [envío de contenido erótico o sexual] y el grooming [engaño pederasta] y saber prevenirlos, y sobre cómo enseñar todo eso a los alumnos de 1º", explica Raúl a 20minutos en una conversación telefónica a tres bandas y 72 horas antes de la celebración este lunes del Día Internacional contra el Acoso Escolar. Junto a él se encuentra Álex y también está María Pilar García, directora de un centro que hace ocho años fue pionero en España en poner en marcha esta iniciativa. El programa arrancó bajo el liderazgo de Jesús Prieto, orientador del centro ya jubilado y que sigue colaborando en él.

El instituto, en aquel tiempo bajo el nombre Parque Goya, contaba ya con una iniciativa de mediación informal. Conocida como Alumnos Ayudantes, su objetivo era prevenir y transmitir la idea de que los enfrentamientos deben resolverse mediante el diálogo. "En ese contexto nos dimos cuenta de que, cada vez más, los conflictos empezaban a surgir en entornos diferentes a los físicos. Muchos de los que suceden en el propio centro se han iniciado en las redes. Participamos entonces en un concurso y se nos ocurrió la idea de presentar a los 'ciberayudantes'. Nos dieron el premio y a partir de ahí fuimos nutriendo el programa de actividades formativas para los chicos. La idea surge, por tanto, de la necesidad de resolver situaciones que dañan la convivencia y con unos antecedentes que son la mediación entre iguales", recuerda la directora.

A raíz de aquello, cada año se genera una cantera de una veintena de chavales, a razón de unos dos o tres por clase. Los ayudantes comienzan a formarse en 2º de la ESO y los 'ciberayudantes', a partir de 3º. Los dos años académicos más complicados por la pandemia del coronavirus supusieron un frenazo, pero ya lo han retomado. El proyecto ha tenido tanto éxito que fue incorporado como programa institucional en la normativa de convivencia, igualdad y lucha contra el acoso escolar del Gobierno de Aragón. Y su repercusión no se ha limitado a esa comunidad autónoma: otros centros educativos del resto de España también lo han implantado.

"Es muy importante saber ayudar a la gente, tanto en temas de redes sociales como en la convivencia día a día", responde Álex a la pregunta de por qué decidió formar parte del programa. "Quería aportar mi grano de arena pasando a ser ayudante y 'ciberayudante' porque para que el centro funcione es fundamental que exista una buena convivencia entre todos, alumnado, docentes y resto del personal del IES. Todos tenemos derecho a estar felices y contentos en el instituto. No podemos permitir que nadie impida esa felicidad porque nos esté maltratando", apostilla Raúl. 

Los ayudantes, en lo que ambos chicos ya se formaron el curso pasado, tienen una doble misión ante los conflictos. Por un lado, si es de baja intensidad, intentar mediar y por otro, trasmitirlo a los adultos, principalmente si se trata de una situación de mayor gravedad. Los 'ciberayudantes' tienen la función añadida de impartir tutorías a los más pequeños y de estar pendientes de detectar problemas que puedan surgir en el espacio virtual. "Tener una clase no instruida por profesores, sino por el propio alumnado les parece algo diferente y si desde el equipo de 'ciberayudantes' somos capaces de transmitirles un mensaje claro y conciso, creo que les gustará mucho y podremos concienciarlos", comenta Raúl sobre las charlas que están a punto de impartir a compañeros dos años menores que ellos.

La iniciativa trata de mostrar a los estudiantes que todo lo que hacen en internet deja huella y que pierden el control sobre las imágenes que comparten, a la vez que les alerta del peligro de acceder a contenidos inadecuados y del efecto tan nocivo que pueden tener sobre terceros determinados mensajes. De forma paralela, motiva a las posibles víctimas a contar lo que les está ocurriendo. "Tenemos que educar a la gente para que no haya casos de acoso, pero si los hay, lo más importante es que la persona sea capaz de contarlo para intentar frenarlo", señala Álex. "Según cifras oficiales, solo el 3% de los alumnos que sufren acoso lo dice. Uno de los principales objetivos de los ayudantes y de los 'ciberayudantes' es conseguir que los compañeros confíen en nosotros cuando tengan algún problema", añade Raúl.

Savic, protagonista de la campaña del Atlético de Madrid contra el acoso escolar: "A veces, los verdaderos cracks son los que defienden"

En todo este contexto, ¿cómo se toma dichas funciones el resto del alumnado? ¿Corren el riesgo estos mediadores de ser tildados de chivatos? La respuesta de la directora es contundente: "El respeto es fundamental. Transmitimos que la palabra chivato es propia de la mafia y que en el centro no somos mafiosos. Aquí lo que hay son personas que cuando ven que alguien lo está pasando mal no miran para otro lado y que lo que hacen es ayudar. Con esa premisa desmantelas la idea del chivato". 

"Nunca hemos tenido ningún conflicto porque alguien se haya metido con ellos", continúa y destaca que los chavales que deciden formar parte del equipo suelen ser proactivos, con habilidades sociales, empáticos y hasta con ciertas capacidades de liderazgo, lo que hace que no suelan tener ese tipo de problemas. Ver que realizan "un servicio a la comunidad educativa y que son una parte importante de ella" igualmente "les empodera" y "a veces surge de ellos otro tipo de propuestas para ayudar a los demás". 

"La palabra chivato es propia de la mafia y en el centro no somos mafiosos. Lo que hay son personas que cuando ven que alguien lo está pasando mal no miran para otro lado"

María Pilar hace un balance muy positivo de los años que lleva en marcha la iniciativa y afirma que ha mejorado la convivencia en el instituto: "Aquí hay diariamente mil personas y conflictos tenemos todos los días, pero este es un centro tranquilo. Afortunadamente son pocos los casos de verdadero acoso". Álex y Raúl lo corroboran. De hecho, ninguno de los dos ha sido víctima de bullying ni tampoco lo ha vivido en su entorno más cercano. "Pasa alguna cosa, pero no hay grandes problemas", indica el primero. La intención de ambos es que siga siendo así y por eso esperan que el programa de Alumnos Ayudantes y 'Ciberayudantes' continúe "pasando de generación en generación".

REPORTAJES QUE TE PUEDEN INTERESAR:

Si quieres contactar con 20minutos o realizar alguna denuncia o alguna corrección sobre algún tema, puedes enviarnos un mail a zona20@20minutos.es. También puedes suscribirte a las newsletters de 20minutos para recibir cada día las noticias más destacadas o la edición impresa.