El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se comprometió este jueves en Bruselas a contribuir a que la UE reduzca su dependencia del gas ruso aumentado las exportaciones a los Estados miembros de gas natural licuado y un día después ya se conocen más detalles. Según ha informado la Casa Blanca, en 2022 está previsto que lleguen a la UE 15 millones de metros cúbicos más de gas estadounidense, una cantidad que supone un 36% del gas procedente de Rusia, que en 2019 fue de 41,1 millones de metros cúbicos.

La UE no aprueba más sanciones contra Rusia pero se conjura para evitar que Moscú eluda las que ya existen

En los años sucesivos, la intención es que esta cantidad se vaya incrementando, según la información entre el acuerdo que sellaron Biden y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que prevé también que el Ejecutivo comunitario trabajará con los países de la UE para "asegurar, al menos hasta 2020 la demanda para aproximadamente 50 millones de metros cúbicos adicionales de Estados Unidos".

Lo que no han trascendido han sido detalles del precio que pagará la UE por las importaciones extras de gas desde Estados Unidos que, en todo caso, ya este año contribuirán para reducir en más de un tercio la necesidad del gas ruso. el principal origen de este recurso que consume la UE y que se ha convertido en un arma de Vladimir Putin contra ella en la guerra de Ucrania.

Rusia, principal origen del gas

Rusia es el principal exportador de gas natural a la UE y, según datos de la Comisión de 2019, ese año los Veintisiete consumieron en conjunto 41,1 millones de metros cúbicos, el 27% del total. Ese año, el gas de Estados Unidos representó el 18%. Sin embargo, esta dependencia de Rusia es desigual y mientras prácticamente el 100% del gas que consumen los países Bálticos viene de Rusia o el 65% en el caso de Alemania, en el de España no representa más que alrededor de un 7%.

Según la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolífero (CORES), en 2011 España importó gas por 59.816 gigavatios/h desde Rusia y 37.027 de Estados Unidos. Con mucho, el principal origen del gas que se consume en España viene de Argelia.

Gas natural licuado

A diferencia de este gas argelino y del ruso que la UE quiere reducir, el gas natural que llegará de Estados lo hará en estado líquido y transportado por barco, no a través de gaseoductos.

Se trata del gas natural licuado, que se pasa a estado líquido antes de meterlo en barcos, que, en este caso, llegarán así desde Estados Unidos a puertos europeos específicamente equipados para ello, con regasificadoras donde el gas natural licuado recuperará de nuevo su estado gaseoso.

En la UE hay una veintena de gasificadoras, de las que seis están en España -una de ellas inactiva, en Asturias-. Se desconoce de momento a qué puertos arribará el gas estadounidense, pero España tiene el inconveniente de sus "deficientes" interconexiones con el resto de Europa. En este sentido, el acuerdo entre Washington y Bruselas contempla que "los Estados miembros acelerarán la regulación para revisar y aprobar infraestructuras para la importación de gas natural licuado".

Precisamente, la falta de conexión entre la Península Ibérica y el esto de la UE es el argumento que está empleando estos días el presidente, Pedro Sánchez, para conseguir que la UE permita que, junto con Portugal, España pueda fijar un tope máximo al precio del gas para que así baje el precio de la luz. Aunque sea solo de manera temporal, mientras dura la guerra en Ucrania.

Además de mediante el incremento de los envíos de gas natural -licuado- de Estados Unidos a la UE, Biden y Von der Leyen acordaron que la UE reducirá también su dependencia del gas ruso mediante el desarrollo de energías renovables, como el hidrógeno verde o la energía solar y eólica, de manera que puedan reemplazar ya este año otros 20 millones de metros cúbicos de gas ruso para generar electricidad en la UE.